Para que la economía cierre en 2,5% este 2023, como espera el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), habría que crecer 3,8% en los meses restantes, lo cual es “prácticamente imposible”, según el economista Luis Arias Minaya.
Pese al fenómeno El Niño, el titular del MEF, Alex Contreras, mantiene una lectura optimista, contraria al Banco Central de Reserva (BCRP), Banco Mundial y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que prevén que el PBI oscile entre 2,2% y 1,7% al término del corriente (ver infografía).
“Los datos de abril del INEI muestran un crecimiento menor a lo esperado, y hay algunos datos adelantados de mayo con una caída en el consumo de cemento e inversión pública en 15%. Mayo va a ser similar a abril y tendríamos un segundo trimestre bajo también. Prácticamente, alcanzar el 2,5% es poco probable”, comentó Arias Minaya a La República.
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Vale acotar que en el acumulado de enero a abril de este año la producción nacional se contrajo 0,24% tras los embates de El Niño Costero en el agro, al punto que este sector cayó 14,21% en el cuarto mes, su peor cifra desde el segundo semestre de 1992.
Minaya asegura que el MEF incurre en un innecesario sobreoptimismo al mantener su expectativa en 2,5%, y, por el contrario, su postura se traduce en una pérdida de la credibilidad.
MEF espera que la economía cierre en 2,5 este 2023. Foto: difusión
Julio Velarde, presidente del BCRP, reconoció que su estimado del 2,2% mantiene un sesgo a la baja, ya que solo se considera un impacto leve del fenómeno de El Niño: de 0,5% en el PBI para este año y para el próximo, de 0,6%.
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El banquero informó que se están guiando de las proyecciones científicas para sus cálculos, debido a que “hay un 77% de probabilidades de que el fenómeno climático sea débil o moderado”; en esa línea, aseveró que “el efecto más destructivo de El Niño se ha dado ya” y se espera un impacto económico más pronunciado recién hacia el cuarto trimestre de este año e inicios del próximo.
Aparte del fenómeno El Niño, la inestabilidad política es otro de los riesgos que amenazan al país, añade el director del Instituto Peruano de Economía (IPE), Diego Macera.
¿Qué implicaría una variación menor de la actividad económica? Macera sostiene que no se puede cerrar el año a tasas de entre 2% y 3% porque a ese ritmo “será imposible reducir la pobreza y ensanchar la clase media”.
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Ya desde el Consejo Privado de Competitividad (CPC) alertaron que el cierre de brechas sociales se dificulta con la pérdida de dinamismo económico, la conflictividad social y el repunte de la pobreza —que abarca al 27,5% de la población, es decir, 9,1 millones de peruanos al cierre del 2022—.
Así, prevén que de mantenerse el ritmo anual del 2% en la economía, demoraríamos 28 años en reducir la pobreza al 20%, su nivel prepandemia; e incluso dentro del escenario más optimista, con una tasa del 6% como ha ocurrido ya antes, recién en 10 años se “normalizaría” el ratio de pobreza en el Perú.
“Las últimas 2 décadas crecimos, en promedio, a 4.4% anual. Ese es el ritmo sostenido al que deberíamos aspirar”, manifestó Macera a través de su cuenta de Twitter.
Para Julio Velarde, el fenómeno El Niño ha impactado de manera negativa en la economía. Foto:
Arias Minaya advierte que el panorama se torna más complicado con la caída de 2,5% de la inversión privada en total —antes, proyectada en -0,5%—. Desgranando este indicador, la inversión minera retrocederá ahora 18,9% y la no minera, 0,5%.
Los factores mencionados, en un contexto en el que la inflación cerrará por tercer año fuera del rango meta, golpeará directamente a los hogares peruanos vulnerables, considerando que se crearán menos puestos de trabajo y la capacidad de consumo seguirá debilitándose, adicionó el también exjefe de la Sunat.
En esa línea, el economista José Távara apunta que el desplome de la inversión privada es fiel reflejo de que la crisis política no se ha resuelto pese al cambio de mando.
“No hay confianza de los inversionistas y no ven un norte claro de que el Gobierno dure hasta el 2026 como anuncia la presidenta Dina Boluarte. Sin inversión privada será complicado que la economía se reactive. Es tan importante como la pública y el consumo privado”, argumentó el también investigador de la PUCP para este diario.
Távara lamenta que desde las elecciones del 2016 —cuando Pedro Pablo Kuczynski derrotó a Keiko Fujimori— la vorágine política haya desincentivado las inversiones con las pugnas entre el Congreso y el Ejecutivo, y no resulta nada sano que desde entonces los presidentes hayan entrado y salido fugazmente.
A todo esto, en el último reporte de Expectativas Empresariales del BCRP, solo 8 de 18 indicadores están en el tramo optimista.
“Vemos una recuperación lenta de la confianza empresarial respecto a la economía, su sector y su empresa. Vemos una fuerte subida en diciembre, pero con las protestas descendieron en enero, y desde ahí comenzó a subir, pero de una forma gradual. Recién para 12 meses están en el terreno positivo”, dijo Velarde hace un par de días a la prensa.
La mejora de la confianza empresarial va a paso de tortuga, lo cual “dilata” alguna noticia mejor para el país, supo decir el titular del BCRP en una presentación con empresarios a inicios de junio, en referencia a la falta de proyectos de gran envergadura.
Susana Saldaña, presidenta de la Asociación Gamarra Perú, cuestionó que el Gobierno de Dina Boluarte hasta el momento no haya destinado ni un crédito a las mypes del emporio comercial pese a que desde hace 2 meses está en vigencia Impulso MyPerú.
“Las entidades financieras niegan la existencia del programa o les dicen que es para sus clientes”, recriminó, y, con ello, se les encarece los costos de producción y no se les permite competir en igualdad de condiciones frente a otras empresas.
Además, dijo que esta inacción pone contra las cuerdas a los negocios textiles, considerando que la manufactura, en la que está la industria textil y confecciones, ahora crecerá 0% para este año.
José Távara, economista y docente PUCP
“No hay confianza de los inversionistas y no ven un norte claro de que el Gobierno dure hasta el 2026, como anuncia la presidenta Boluarte. Sin inversión privada será complicado que la economía se reactive”.
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Luis Arias Minaya, exjefe de la Sunat
“Sorprende que el MEF mantenga esa tasa de 2,5% quizás para no contradecir al premier Alberto Otárola que dijo 3%. Es un sobreoptimismo que a lo único que lleva es a la pérdida de la credibilidad”.