¿Qué riesgo representan las operaciones militares de Trump en Venezuela? Esto dicen los expertos
Analistas políticos advierten que una posible intervención militar en Venezuela podría afectar gravemente a la población civil y exacerbar la tensión existente en el país sudamericano.
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El conflicto político entre Venezuela y Estados Unidos ha escalado en los últimos días con la amenaza de cortar contactos diplomáticos y operaciones militares terrestres. Las maniobras navales en el Caribe, el uso de retórica bélica por parte del presidente Donald Trump y la mención de una posible "segunda fase" de operaciones han reavivado temores sobre una intervención directa en territorio venezolano. En este contexto, las implicaciones para la estabilidad regional, los derechos humanos y los intereses geopolíticos son cada vez más difíciles de ignorar.
La República conversó con los analistas políticos Jesús Torrealba y Froilán Barrios, quienes desde diferentes perspectivas examinan las consecuencias de una ruptura diplomática sostenida, el impacto de una posible ofensiva militar, la legitimidad de las maniobras en el Caribe y los verdaderos objetivos de la política exterior de Trump hacia Venezuela.
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¿Podrían las operaciones militares de Trump en Venezuela afectar a la población civil?
Las visiones de los analistas coinciden en señalar que cualquier acción militar directa representa un riesgo importante para la población civil venezolana. Torrealba considera poco probable una intervención terrestre a gran escala, pero reconoce que "todo está en el tapete", incluyendo bombardeos a zonas vinculadas al narcotráfico o posibles extracciones quirúrgicas. A su juicio, la amenaza es real y ha generado un ambiente de tensión que afecta a la población general.
Froilán Barrios, en cambio, advierte con mayor firmeza que la guerra moderna ha evolucionado hacia una lógica de agresión directa contra poblaciones no combatientes. "En eso se ha convertido la guerra", afirma, citando ejemplos como Sarajevo, Gaza y Ucrania, donde las operaciones militares han impactado directamente sobre hospitales, escuelas y otras infraestructuras civiles. "Es desgraciadamente muy probable que eso implique la afectación de vidas humanas [...] y de infraestructuras civiles claves para el país", concluye.
¿Son legales y justificables las maniobras navales de Trump en el Caribe contra Venezuela?
Torrealba pone en duda la narrativa oficial sobre las operaciones en el Caribe. Menciona que de los 17 tripulantes muertos en ataques contra lanchas, solo hay testimonio confirmado en uno de los casos. "No hay testimonio alguno de cuántas drogas llevaba cada lancha", afirma, y considera que los presuntos narcotraficantes debieron ser detenidos, no abatidos.
Barrios va más allá, denunciando que se trata de una operación desproporcionada e ilegal. Asegura que Trump ha usado la figura de "combatientes ilegales", la cual, según él, "no aparece ni en la legislación norteamericana ni aparece en el derecho internacional". En su opinión, esto sirve para justificar lo que califica como ejecuciones extrajudiciales. "Estamos hablando de uso desproporcionado de fuerzas completamente asimétricas [...] una flota de guerra norteamericana contra unas lanchas con precarios motores fuera de borda".
También afirma que Trump evade la obligación constitucional de solicitar autorización al Congreso para llevar a cabo actos de guerra, al clasificar el conflicto como "armado no internacional".
¿Las acciones de Trump buscan derrocar a Nicolás Maduro o controlar los recursos de Venezuela?
Jesús Torrealba plantea que una motivación política como derrocar a Maduro puede existir, pero enfatiza que el problema es más complejo. Según explica, Maduro forma parte de un enclave internacional que incluye a potencias como Rusia, China e Irán, y que enfrentarlo implicaría desafiar intereses globales de alto calibre.
Barrios es categórico al negar que las acciones de Trump tengan como objetivo real el combate al narcotráfico o la defensa de la democracia. "Él sabe muy bien que por Venezuela pasa un porcentaje ínfimo de la cocaína que se produce en Colombia", afirma, basándose en estimaciones que oscilan entre el 5 % y el 13 %. Para él, las verdaderas intenciones están relacionadas con el acceso a los recursos estratégicos de Venezuela: "El nombre del juego no es narcotráfico, no es promoción de la democracia. El nombre del juego son los recursos naturales".
El analista también denuncia una narrativa peligrosa por parte de Trump, quien en lugar de centrar sus acusaciones en el régimen, se refiere frecuentemente a "los venezolanos" como un colectivo. "Si él logra estigmatizar a toda una nación [...] puede hacer más fácil despojar de sus recursos a este o a cualquier otro gobierno", advierte.
¿Qué consecuencias tendría una ruptura diplomática total entre Estados Unidos y Venezuela?
Ambos analistas coinciden en que la ruptura diplomática no es una amenaza futura, sino un hecho establecido desde hace años. En 2019, cuando el gobierno de Donald Trump reconoció al interinato de Juan Guaidó, se suspendieron formalmente las relaciones con el Ejecutivo de Nicolás Maduro.
Jesús Torrealba recuerda que desde entonces "ya hay de hecho una interrupción en las relaciones diplomáticas", y considera que las consecuencias de esa desconexión "la está viviendo el pueblo venezolano". Barrios complementa ese análisis con una dimensión migratoria: "Desde ese tiempo no existen relaciones diplomáticas entre Venezuela y Estados Unidos e incluso no ha habido relaciones consulares", lo que, según afirma, ha afectado gravemente a los venezolanos en EE. UU.
Barrios estima que hay alrededor de 1.300.000 venezolanos en territorio estadounidense, aunque las cifras oficiales hablan de cerca de 900.000. De ellos, más de 650.000 estaban bajo la protección del Estatuto de Protección Temporal (TPS), "que ha sido ahora suspendido, arrebatado por la administración Trump".


























