Evelyn Matthei: la candidata hija de un militar que busca poner “orden y mano dura” de llegar a la presidencia de Chile
A sus 72 años, llega a las elecciones presidenciales 2025 con una larga trayectoria política, que la convierte en una de las figuras más destacadas de la contienda presidencial.
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Evelyn Matthei llega como una de las figuras más reconocibles de la política chilena para las elecciones presidenciales del 16 de noviembre. Economista, exministra, exsenadora y dos veces alcaldesa, la candidata de la derecha tradicional intenta abrirse paso entre una izquierda reforzada y una ultraderecha que ha ganado terreno. Con 72 años, afronta su segundo intento por llegar a La Moneda, apelando a su trayectoria, a su vínculo histórico con Sebastián Piñera y a un mensaje enfocado en seguridad, orden y eficiencia.
Entre sus propuestas, ha prometido combatir con medidas duras y un tono que busca diferenciarla de sus adversarios. “En un año vamos a acabar con el narcoterrorismo con la Macrozona Sur. Igual que a los del Tren de Aragua, o se van a ir a la cárcel o se van a ir al cementerio”, afirmó durante la campaña.
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Matthei también lideró una campaña con críticas al Gobierno de Gabriel Boric; la promesa de centrarse en la seguridad con “orden y mano dura” contra la delincuencia y generar un millón de empleos, entre otras propuestas.
Una candidata marcada por su historia familiar
Nacida el 11 de noviembre de 1953 en Santiago, Evelyn Matthei creció en una familia conservadora y militar. Su padre, Fernando Matthei, fue ministro de Salud, miembro de la Junta Militar y comandante en jefe de la Fuerza Aérea durante la dictadura de Augusto Pinochet. Esa biografía, que la acompaña desde sus primeros pasos en política, ha sido tanto una huella generacional como un campo de controversias que reaparece cada cierto tiempo.
En su infancia, vivió en la base aérea Cerro Moreno, donde fue vecina de la familia de Michelle Bachelet. Ese vínculo temprano entre ambas —hoy rivales históricas en la política— está narrado en el libro Hijas de General. Pero la ruptura llegó con el golpe de Estado de 1973: mientras Fernando Matthei ascendía como figura clave del régimen, Alberto Bachelet, general de brigada cercano al gobierno de Salvador Allende, fue detenido, torturado y murió en prisión.
Ese pasado ha sido uno de los flancos más sensibles para la candidata. Aunque ha reconocido públicamente los abusos cometidos por la dictadura, también protagonizó polémicas recientes, como cuando dijo que el plan de búsqueda de desaparecidos impulsado por el gobierno “para mucha gente no es búsqueda, es venganza”. Tras las críticas, matizó su postura: “Soy una persona que ha dicho públicamente que hubo violación de derechos humanos y que eso no se puede ni se debe repetir nunca”.
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De profesora de piano a economista y figura clave de la derecha tradicional
Mucho antes de ocupar cargos públicos, Matthei estudió piano, teoría musical y armonía, y ejerció como traductora en Inglaterra. Su carrera tomó otro rumbo cuando ingresó al Instituto de Economía de la Universidad Católica, donde se licenció en 1979. Desde allí pasó a colaborar con la CEPAL y comenzó a dictar cursos de Economía y Matemáticas, un perfil que moldearía la visión técnica con la que presenta hoy sus propuestas de gobierno.
Su inserción en la política comenzó en 1988, cuando entró a Renovación Nacional. Ese mismo año, defendió la continuidad de Pinochet en el plebiscito, una posición que la marcó y que sus críticos recuerdan de manera recurrente. En 1989 fue elegida diputada por algunas de las comunas más acomodadas de Santiago y poco después se convirtió en una de las figuras del círculo cercano de Piñera y Andrés Allamand.
Su ascenso continuó en el Senado, donde llegó a presidir la Comisión de Hacienda, siendo la primera mujer en ocupar ese cargo. Y en 2011, Piñera la convocó como ministra del Trabajo y Previsión Social. Ese paso por el gabinete consolidó su perfil de gestora, un rol que hoy reivindica en campaña: “Ustedes saben que yo me entrené con él. Yo sé gobernar”.
Primera carrera presidencial y su regreso como alcaldesa de Providencia
En 2013, Matthei vivió su primer intento serio por alcanzar la Presidencia. Fue nominada a última hora, tras la renuncia del candidato que había ganado las primarias, y aun así logró pasar a la segunda vuelta. Sin embargo, perdió ampliamente frente a Michelle Bachelet, quien obtuvo más del 62% de los votos. Matthei reconoció la derrota sin reservas: “No me arrepiento ni un minuto de haber aceptado esta candidatura”.
Tras ese episodio, se replegó hacia la gestión local y en 2016 fue electa alcaldesa de Providencia. Su administración, que se extendió hasta 2023, reforzó su imagen de autoridad pragmática, enfocada en seguridad, orden urbano y planificación. Ese período es uno de sus pilares en la campaña actual, donde reivindica logros en convivencia ciudadana y reordenamiento municipal.
La alcaldía también le permitió restablecer su influencia dentro de la UDI y volver al primer plano político con una base electoral consolidada en sectores de clase media y alta de Santiago.
La apuesta por la seguridad y el desafío de una derecha dividida
Su campaña presidencial actual se ha caracterizado por un mensaje centrado en la seguridad, la creación de empleo y la recuperación económica. Propone que Chile vuelva a crecer a un 4% anual, reducir el gasto público en US$ 8.000 millones y generar un millón de puestos de trabajo. En materia migratoria, plantea endurecer los controles y financiar nuevas infraestructuras de expulsión y vigilancia fronteriza.
Pero su avance se ha visto frenado por la competencia interna en la derecha. Aunque comenzó como favorita, las encuestas la muestran detrás de Kast y de la candidata oficialista Jeannette Jara. En las últimas semanas, incluso ha sido superada por Johannes Kaiser en algunos sondeos, lo que refleja una disputa intensa por el electorado conservador.
Para marcar diferencias, lanzó un videoclip de campaña con ritmo de trap, donde afirma: “No soy Kast, no soy Jara, soy Evelyn mirando pa’delante”. La pieza generó críticas internas y externas, pero también reflejó su intención de conectar con un público más amplio en un clima político crispado.
A las puertas de la elección, Matthei apuesta a que su experiencia y su imagen de orden puedan imponerse sobre la polarización. Su mensaje final es también su sello de campaña: “Chile volverá a ser un país donde quien trabaja y cumple, progresa. Donde el mérito vuelva a valer”.























