Mails de Epstein reavivan escándalo en Estados Unidos y generan crisis política entre Trump y los republicanos
Legisladoras republicanas como Lauren Boebert, Nancy Mace y Marjorie Taylor Greene exigen la publicación de los archivos de Epstein, tras un cierre del gobierno que desvió la atención del caso.
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Los correos electrónicos de Jeffery Epstein divulgados por el Comité de Supervisión del Congreso de Estados Unidos reactivaron el caso y colocaron al presidente Donald Trump en el centro de una disputa interna. La presión por liberar los archivos del fallecido financista generó un quiebre en el Partido Republicano, donde legisladores como Lauren Boebert, Nancy Mace, Marjorie Taylor Greene y Thomas Massie exigieron una votación en la Cámara de Representantes para que se conozcan los documentos aún en reserva.
El episodio llegó después de un cierre del gobierno de 43 días, una crisis que había desplazado temporalmente la atención del caso Epstein. La Casa Blanca reconoció que conocía parte del material, aunque insistió en que “no prueba nada”.
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La ofensiva de Trump que podría empeorar la crisis
Trump pidió a sus aliados que evitaran el avance de la votación sobre los archivos de Jeffrey Epstein. Según fuentes citadas por medios estadounidenses, el presidente convocó a Lauren Boebert a la Sala de Crisis para insistir en su rechazo. La legisladora mantuvo su postura y explicó después que no recibió “argumentos sólidos” que justificaran frenar la publicación.
En Truth Social, Trump solicitó al Departamento de Justicia y a la fiscal general Pam Bondi abrir investigaciones sobre los vínculos de Epstein con Bill Clinton, Larry Summers, Reid Hoffman, JP Morgan y otras figuras, una medida que calificó como necesaria para “entender la red de poder que lo rodeaba”. También acusó a los demócratas de intentar “revivir un engaño” para distraer de la crisis del cierre del gobierno.
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El mandatario reclamó que “los republicanos no deben distraerse de lo importante” y llamó “blandos e insensatos” a quienes apoyaron la iniciativa. Sus aliados admitieron que él ordenó responder a cualquier filtración con el argumento de que se trata de un “engaño” o “algo sin pruebas”.
Los documentos difundidos esta semana incluyeron referencias de Epstein a Trump. En uno de los correos, el millonario aseguró que el entonces mandatario “pasó horas con una de las víctimas”. La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, afirmó que se refería a Virginia Giuffre, quien falleció en abril. También señaló que Giuffre declaró ante un juez que nunca vio a Trump cometer delitos sexuales.
Los documentos mencionaron además contactos con Ghislaine Maxwell, trasladada recientemente a una prisión de mínima seguridad en Texas. Un confidente señaló que recibe un trato especial y que recibió ayuda para preparar una posible solicitud de indulto. La Casa Blanca rechazó comentar ese punto.
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El rol de los demócratas
El Partido Demócrata impulsó la difusión de los correos electrónicos de Epstein, un cambio es su postura de años atrás en los que calificó este debate como una “obsesión conspirativa” de la derecha. Legisladores demócratas difundieron los primeros mensajes, que antecedieron a la publicación de más de 20.000 documentos realizada por los republicanos.
La filtración reabrió interrogantes sobre los vínculos de Epstein con figuras de ambos partidos y con ejecutivos de instituciones financieras. Entre los nombres incluidos aparecieron exasesores de la Casa Blanca, académicos y representantes de bancos como JPMorgan, entidad que ya pagó acuerdos millonarios relacionados con el caso. La portavoz del banco afirmó: “Terminamos nuestra relación con él años antes de su arresto” y señaló que la institución desconocía información clave sobre sus actividades.
La insistencia demócrata coincide con el anuncio del presidente de la Cámara, Mike Johnson, de programar una votación sobre la publicación total de los archivos. Legisladores republicanos estiman que entre 40 y 50 integrantes de su partido apoyarán la iniciativa. Aun así, la propuesta podría estancarse en el Senado o enfrentar un veto presidencial.
Los demócratas sostienen que el país necesita claridad sobre la red de poder Epstein y acusan a Trump de intentar frenar el escrutinio público. “Si no tiene nada que ocultar, debe permitir que se conozca todo”, afirmó una congresista demócrata durante el debate.



















