El falso pastor de EE.UU. que se hacía llamar “el papa”, decía resucitar muertos y fue desenmascarado luego de morir
Dan Johnson fue un obispo evangélico de Kentucky, Estados Unidos, que escondía un pasado oscuro. Cerró su vida con un enigmático mensaje en Facebook antes de acabar con su vida.
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Dan Johnson era conocido como 'el papa', aunque su vida transcurría lejos del Vaticano. Era obispo de una iglesia evangélica y legislador en Kentucky, en Estados Unidos. Decía haber sido capellán de varios presidentes y aseguraba haber realizado milagros, entre ellos, resucitar a un hombre. Se presentaba como un ser extraordinario, dotado de dones divinos. Al menos, eso aseguraba él.
Sin embargo, el 13 de diciembre de 2017, Johnson publicó un mensaje en su cuenta de Facebook que concluía con una frase enigmática: "El cielo es mi casa". Nadie imaginó que serían sus últimas palabras. Poco después, condujo su auto hasta las afueras de la ciudad y se detuvo en un puente en Mount Washington. Abrió la guantera, sacó un arma y se disparó en la sien. Su cuerpo fue hallado dentro del vehículo horas más tarde.
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Así se descubrieron las mentiras de Dan Johnson
Un grupo de periodistas independientes, con apoyo económico de los medios de Kentucky, lanzó los primeros episodios de un pódcast titulado 'La larga estafa del Papa', centrado en la figura de Dan Johnson. La producción ofrecía una investigación que escarbaba en los rincones más oscuros de su pasado y ponía al descubierto una serie de falsedades e imposturas que había construido a lo largo de su vida.
El trabajo también recuperaba un episodio que tanto los medios como sus seguidores habían preferido enterrar: una denuncia de abuso sexual contra una adolescente ocurrida algunos años atrás. La investigación no solo se difundió en formato de audio, sino que vino acompañada por un extenso artículo de más de diez mil palabras que detallaba la trayectoria, los engaños y los excesos del pastor que había llegado a convertirse en legislador.
Danny Ray Johnson nació el 18 de octubre de 1960 en Louisiana. Según relataba, durante su infancia sufrió un accidente que lo dejó ciego. Sin embargo, afirmaba que a los siete años recuperó la vista de manera milagrosa, un hecho que, aseguraba, marcó su destino y lo encaminó hacia la vida religiosa. A los 23 años ya era padre, estaba divorciado y había tenido varios altercados con la ley y la policía.
Las particularidades de Dan Johnson como pastor
A los 25 años, Johnson decidió fundar su propia iglesia evangélica, a la que llamó Heart of Fire (Corazón de Fuego). Como entidad religiosa, la institución gozaba de exenciones tributarias, algo que Johnson aprovechó al máximo: el templo terminó convirtiéndose en el centro de una red de negocios diversos que operaban bajo la protección de esos beneficios fiscales.
Su objetivo era atraer a la mayor cantidad posible de fieles. Para lograrlo, Johnson, que ya se hacía llamar 'el papa', supo ganarse la lealtad de una comunidad particular: los motociclistas. Ellos se convirtieron en sus primeros seguidores y en la base de su iglesia. Con el tiempo, adoptó una estrategia poco convencional: relajó las normas tradicionales del culto y marcó distancia con el tono rígido y solemne de la liturgia católica.
En Heart of Fire estaba permitido fumar, beber alcohol e, increíblemente, se alentaba el topless. Según su prédica, las mujeres que asistían a los oficios con el torso desnudo estaban “más cerca de Dios”. Desde el púlpito, el Papa no solo predicaba su particular visión de la fe, sino también discursos cargados de racismo e islamofobia, y dedicaba largas homilías a expresar su apoyo al entonces presidente Donald Trump.
El templo también funcionaba como bar y al mismo tiempo albergaba un estudio de tatuajes, donde los asistentes podían grabarse en la piel cualquier diseño que desearan. Pese al carácter religioso del lugar, pocos elegían motivos sagrados o citas bíblicas: la mayoría optaba por tatuajes seculares, provocadores o abiertamente irreverentes.
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Más mentiras de Johnson y su posterior suicidio
Durante un par de años de su juventud, se perdió el rastro de Danny Ray Johnson. Más tarde, él aseguraría que ese tiempo lo había pasado viajando por Sudamérica como misionero. Contaba que, durante esa etapa, había logrado que una mujer venezolana recuperara la audición y que incluso había resucitado a un colombiano que llevaba varias horas sin vida.
Como prueba de aquellos supuestos milagros, mostraba una carta firmada por otro predicador que, según decía, había compartido con él esas misiones. Sin embargo, cuando los periodistas que investigaban su historia localizaron a ese hombre, este negó haber presenciado algo semejante.
En 2017, un año después de que se difundiera una investigación periodística que exponía sus engaños, Johnson publicó un mensaje de despedida en Facebook. En él agradecía a su familia y amigos. Poco después, decidió quitarse la vida. Tras el hallazgo de su cuerpo, su esposa responsabilizó a los periodistas por el suicidio.



















