Masivas protestas que dejan 6 muertos y 20 desaparecidos en Indonesia obliga a cancelar aumento de congresistas
Indonesia vive una crisis social con muertos, desaparecidos y sedes parlamentarias en llamas, tras la indignación ciudadana contra subsidios millonarios a legisladores.
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Las protestas en Indonesia contra los aumentos económicos de los legisladores han dejado al menos seis muertos y 20 personas desaparecidas, según la Comisión para los Desaparecidos y las Víctimas de la Violencia (KontraS). El organismo informó que recibió 23 denuncias, de las cuales tres fueron verificadas, mientras que los 20 casos restantes siguen sin resolverse. Los incidentes se registraron en Yakarta, Bandung, Depok y un lugar aún no identificado, en medio de denuncias sobre un uso desproporcionado de la fuerza por parte de la policía.
Las movilizaciones, que se intensificaron tras la difusión de imágenes de un mototaxista atropellado por una camioneta policial, obligaron al presidente Prabowo Subianto a retroceder en las polémicas ventajas otorgadas a los legisladores, quienes iban a recibir un subsidio de vivienda equivalente a casi 10 veces el salario mínimo en Yakarta. Sin embargo, las manifestaciones continúan en varias ciudades del país, con miles de personas en las calles y la presencia del ejército en Yakarta. La ONU instó a Indonesia a investigar los abusos denunciados y a garantizar la protección de los derechos humanos en el marco de las protestas.
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Protestas en Indonesia dejan muertos y edificios del parlamento en llamas
La noche del último viernes 29 de agosto, una turba incendió el edificio del parlamento local en Makassar, capital de la provincia de Sulawesi del Sur, lo que en ese momento dejó tres muertos y cinco heridos, según las autoridades. Los rescatistas recuperaron los cuerpos la mañana del sábado, mientras que varios heridos fueron hospitalizados con quemaduras y fracturas tras saltar del inmueble en llamas. Las imágenes televisivas mostraron el consejo provincial envuelto en fuego durante horas, tiñendo de naranja la ciudad.
Ese mismo día, manifestantes en Bandung, Java Occidental, incendiaron otro parlamento regional sin causar víctimas, mientras que en Surabaya, la segunda ciudad más grande de Indonesia, las protestas derivaron en la toma de una sede policial. Allí, los manifestantes quemaron vehículos y destruyeron cercas, enfrentándose con gases lacrimógenos y cañones de agua lanzados por las fuerzas de seguridad. La violencia, ocurrida el 30 de agosto, evidencia la creciente tensión política en el país, que sigue desbordándose en las calles.
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Indonesios exigen reformas y acusan al Gobierno de traicionar al pueblo
Miles de manifestantes regresaron el lunes a las calles de Yakarta y otras ciudades, acusando a los legisladores de gozar de privilegios económicos desmedidos. “Nuestro objetivo principal es reformar el parlamento. Queremos que salgan y hablen directamente con nosotros, porque son nuestros representantes”, declaró para AFP Nafta Keisya Kemalia, estudiante universitaria de 20 años, frente al parlamento nacional. Pese a que el Gobierno anuló los polémicos subsidios de vivienda, la indignación se mantiene tras la muerte de seis personas desde el inicio de las protestas.
El descontento también fue expresado por ciudadanos de mayor edad, que acusaron al Ejecutivo de engañar sistemáticamente a la población. “El gobierno indonesio es un desastre. El gabinete y el parlamento no van a escuchar las súplicas del pueblo. Siempre nos han mentido. Por eso la gente siempre está enojada”, denunció Suwardi, un vendedor de 60 años. Aunque la violencia llevó al despliegue de militares y francotiradores en Yakarta, muchos indonesios insisten en que los cambios adoptados no serán suficientes para calmar la crisis social.
























