
La vez que José Mujica calificó a Trump tras convertirse en presidente de EEUU: "Impresentable, delincuente"
Poco antes de su fallecimiento, Mujica habló sobre Donald Trump y alertó sobre el daño que líderes autoritarios pueden causar a la democracia.
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José “Pepe” Mujica, expresidente de Uruguay, dejó un legado que trascendió su mandato. Fiel a su estilo directo y a sus convicciones, expresó en sus últimos años preocupaciones profundas sobre el rumbo de la política mundial. Uno de sus señalamientos más duros fue dirigido hacia Donald Trump, a quien calificó como “impresentable” y “delincuente” tras su llegada a la presidencia de Estados Unidos. Sus palabras, lejos de la corrección diplomática, fueron una advertencia sobre el avance de figuras autoritarias en democracias modernas.
En una entrevista reciente antes de su fallecimiento, Mujica reflexionó sobre el impacto de líderes como Trump y Javier Milei. Consideró que estas figuras representaban una reacción desesperada de la sociedad ante una crisis de representación política y de desigualdad económica. “Cuando la gente no ve salida, se lanza a cualquier cosa”, explicó. Su análisis, cargado de preocupación y crítica, muestra cómo incluso fuera del poder, el expresidente uruguayo continuó actuando como una voz influyente en el debate público de América Latina y el mundo.
Críticas de Mujica a Trump: "Un impresentable, un delincuente"
Para José Mujica, la figura de Donald Trump encarnó lo que él llamaba un “retroceso civilizatorio”. En la entrevista, el exmandatario aseguró que la elección de Trump fue un “desastre para la democracia”, no solo en Estados Unidos, sino a nivel global. Sus palabras no buscaban el escándalo, sino despertar una reflexión seria sobre los riesgos de entregar el poder a quienes promueven el egoísmo político y la intolerancia.
Mujica argumentó que Trump representaba una ruptura con los valores democráticos básicos. “No solo es un impresentable; además es un delincuente”, afirmó, en referencia a las múltiples causas legales que han rodeado al exmandatario estadounidense. También lamentó que un sistema político tan consolidado como el estadounidense permitiera el ascenso de figuras que, en su opinión, atentan contra la institucionalidad y la ética pública.
El ascenso del autoritarismo y la advertencia de Mujica
José Mujica también extendió su crítica al auge de líderes populistas en América Latina y otras regiones del mundo. Mencionó como ejemplo a Javier Milei, actual presidente de Argentina, a quien también observó con preocupación. Según Mujica, estos personajes logran apoyo popular porque capitalizan el desencanto con la clase política tradicional, aunque su llegada al poder termina por agravar los problemas.
“Esto ya lo vivimos en el siglo pasado”, recordó Mujica al mencionar a Hitler y el colapso de la República de Weimar. Para él, la historia ofrece lecciones claras: cuando las democracias no atienden las necesidades sociales básicas, se vuelven vulnerables al avance del extremismo. Por ello, insistía en la necesidad de renovar los liderazgos y reforzar el compromiso con la equidad y la justicia.
Un mensaje final sobre la política y la esperanza
Antes de su muerte, José Mujica insistió en que, pese al panorama adverso, no todo estaba perdido. Llamó a las nuevas generaciones a involucrarse activamente en la vida pública y no rendirse ante el cinismo. Defendió la importancia de una política honesta, con vocación de servicio y sentido colectivo. En sus propias palabras: “La política no es para enriquecerse, es para luchar por los demás”.
Su visión contrastaba profundamente con la figura de Trump, a quien consideraba como el ejemplo opuesto de lo que debe ser un líder. Mujica rechazaba el individualismo, el culto a la imagen y la política del espectáculo. En cambio, reivindicaba la humildad, el trabajo constante y la coherencia entre el discurso y la acción. Sus palabras finales, tanto en entrevistas como en apariciones públicas, mantuvieron ese espíritu hasta el último día.