Tubos inservibles que nos cuestan más de US$ 187 millones
Infraestructura. El Gobierno anunció la masificación del gas, pero para eso se necesitan ductos, como los del desaparecido Gasoducto Sur, que podría ayudar a ese propósito.
El viaje de la ciudad de Cusco a Acchahuata, provincia de Calca, dura cuatro horas en bus. Se asciende por una carretera serpenteante que trepa los andes a más de 4.400 metros sobre el nivel del mar. Desde esas alturas, donde escasea el oxígeno, se aprecia a la comunidad: casas de piedra, sembríos de papa, criadores de alpacas y enormes tubos.
Estos ductos, que dominan la geografía local, son uno de los ramales del Gasoducto Sur Peruano que transportaría el gas desde Camisea a las regiones del sur. El proyecto, a cargo de Odebrecht, Enagás y Graña y Montero, está paralizado desde el 2016. Los ductos de 14 pulgadas invadieron su hábitat.
Un dolor de cabeza
“Los dejaron abandonados, luego vino una empresa y los forró. Como ven es un obstáculo entre mi casa y mi chacra. No puedo pastear mis ovejas, debo buscar un caminito”, nos cuenta en quechua Martina Umeres mientras intenta pasar por encima del ducto.
Martina tiene más de 50 años. Recuerda que a ella y a su comunidad les dijeron que con el gasoducto disfrutarían de gas barato. Valía la pena hacer un sacrificio. Cinco años después y con el proyecto paralizado, la comunera solo reniega con los tubos. “Hace un tiempo mi casa se inundó. El tubo está sobre una acequia, cuando llueve estamos en problemas. Mis animales a veces se raspan en estos forros”, dice.
Tubos gas Cusco
El expresidente de la comunidad de Acchahuata Fermín Quispe denuncia que ellos otorgaron 25 metros para el paso del gasoducto, pero desde que se paralizó, la empresa a cargo del cuidado de los ductos exige 800 metros. Ellos no están dispuestos a la concesión. “Que el gobierno de Pedro Castillo haga algo, qué va a pasar con esos ductos. Vivimos de nuestras alpacas, de nuestros sembríos”, indica molesto.
Millonaria inversión
El Gasoducto Sur Peruano fue iniciado en el 2015. Transportaría gas desde el yacimiento de Camisea hasta la costa sur de Arequipa y Moquegua. El ducto recorrería mil kilómetros por seis regiones.
Odebrecht no pudo seguir en la obra por problemas financieros. En el 2017, el gobierno del presidente Pedro Pablo Kuczynski oficializó la conclusión del contrato. El gasoducto no solo es un elefante blanco, también cuesta.
El Ejecutivo contrató a la empresa colombiana Estudios Técnicos SAS para la preservación de los bienes. Le paga al año US$ 46 millones 899.000, en cuatro años ya se desembolsaron US$ 187 millones 596.000, plata de todos los peruanos.
“Se paga por un proyecto que está entrampado”, indicó el director de Hidrocarburos del Colegio de Ingenieros del Cusco, Carlos Aguilar.
Aguilar, al igual que el especialista Antonio Gamero, opina que el gobierno de Pedro Castillo debe retomar la obra. Es la manera más rentable de masificar el gas de manera sostenible en las ciudades del sur.
“Todos los peruanos hemos pagado para que la costa tenga gas. Aportamos a través de nuestros recibos de luz. Por eso es que las conexiones domiciliarias son numerosas en Lima e Ica, ellos tienen ductos. En el sur, las conexiones son limitadas porque el gas se lleva en camiones”. En Lima, las conexiones domiciliarias superan el millón 200.000 y en Ica se llega a 70.000. En el sur, entre Arequipa, Moquegua y Tacna no superaran las 13.000.
Tubos gas Cusco
Gas no aprovechado
Para Carlos Aguilar, sobre la promesa de masificación del gas del gobierno de Castillo, no hay plan concreto. “No se sabe aún cómo van a masificar y no es por la falta de reservas, sino por la falta de infraestructura”, explicó.
El representante de Pluspetrol, Daniel Guerra, reveló en un reciente foro en Cusco que ellos devuelven 400 millones de pies cúbicos de gas al día ante la falta de demanda.
Explicó que diariamente extraen 1.600 millones de pies cúbicos, 600 se destinan al mercado interno, igual cifra va para la exportación y lo restante se devuelve. “Prácticamente no se sabe qué hacer con el gas y eso es responsabilidad del Estado”, apuntó Aguilar.
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La premier Mirtha Vásquez fue consultada sobre esa oferta de gas suficiente para abastecer 20 millones de conexiones domiciliarias. “Es lo que acabamos de conocer. Que tenemos reservas muy importantes de gas, hay 400 millones que no se pueden aprovechar. El problema es que necesitamos mejorar la infraestructura o los mecanismos para que ese gas pueda llegar a las familias peruanas”, contestó.
Anunció que analizan varias propuestas. Se evalúa la construcción de ductos desde Camisea y construir pequeños city gates o continuar con el gas virtual a través de los gasocentros. “Nos hemos comprometido en ver si esa es la alternativa menos costosa y más rápida para la masificación del gas”, agregó.