Informar desde Gaza, donde periodistas son asesinados y sufren de hambruna
Desde el 7 de octubre de 2023, cuando Israel inició su ofensiva militar contra Hamás, 238 comunicadores —entre periodistas y trabajadores de prensa— han muerto en Gaza, lo que refleja una clara censura a la difusión de información.
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El periodismo en Gaza atravesó uno de sus momentos más difíciles en las últimas dos semanas. El 10 de agosto, cinco periodistas de la cadena Al Jazeera y un corresponsal independiente fueron asesinados en la zona de conflicto entre Israel y el grupo Hamás. Con este hecho trágico, la cifra de comunicadores muertos ascendió a 238, un número sin precedentes en la historia reciente de los conflictos armados.
Anas al Sharif, periodista fallecido en el último atentado contra comunicadores en una tienda de campaña en Gaza, era reconocido por su labor al informar sobre el conflicto entre Israel y Hamás. Sin embargo, a lo largo de su trabajo en la zona se registraron hechos —como las acusaciones de Israel de que pertenecía al movimiento terrorista— que ponen de manifiesto los retos que enfrenta el periodismo y, en general, todas las personas que informan sobre la guerra en Palestina.
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Casos como los de Anas al Sharif y Wael al-Dahdouh —quien conmovió al mundo cuando se viralizó su reacción al enterarse de que había perdido a casi toda su familia, incluidos padres, hijos y un nieto— reflejan cómo, en Gaza, el periodismo se convierte en un reto que, pese a la adversidad, logra sobreponerse gracias a la vocación de quienes lo ejercen.
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¿Cuáles son los retos de hacer periodismo en Gaza?
De acuerdo con Artur Romeu, director para América Latina de Reporteros Sin Fronteras (RSF), existe la intención de las fuerzas israelíes de asesinar a profesionales de la comunicación con el fin de mantener un mayor control sobre los flujos de información.
Un ejemplo de ello es la destrucción de sedes de medios de comunicación en Gaza. Un caso concreto fue el bombardeo, en enero de 2024, del edificio de la Oficina de Medios del gobierno gazatí. Este ataque, enmarcado en la ofensiva de Israel, eliminó un centro clave de difusión informativa y generó mayores dificultades para la cobertura en el terreno.
Romeu, quien participa en las denuncias de Reporteros Sin Fronteras ante la Corte Penal Internacional (CPI) por la muerte de periodistas en Gaza, también sostiene que existe una estrategia de "blackout" o "apagón informativo", en la que Israel impide la salida de periodistas de la zona de conflicto y restringe el acceso de corresponsales internacionales que buscan cubrir la situación desde el terreno
Según un informe de Reporteros Sin Fronteras (RSF) y del Sindicato de Periodistas de Israel, ningún periodista extranjero independiente ha recibido autorización para ingresar a Gaza. Esta restricción, sumada a las interrupciones de internet y telefonía móvil, ha impedido que periodistas y civiles dedicados a la comunicación puedan desarrollar su labor con normalidad.
Zuliana Lainez —vicepresidenta de la Federación Internacional de Periodistas (FIP) — afirmó que el periodismo en Gaza enfrenta "un entorno letal". En una conversación con periodistas palestinos, relató que muchos de ellos deben vivir en sus automóviles porque las zonas donde residían fueron arrasadas por los bombardeos, además de haber perdido a familiares cercanos en los ataques.
Estas dificultades se suman a la escasez de recursos básicos, como alimentos, electricidad y espacios adecuados para ejercer un periodismo de calidad, lo que expertos califican con firmeza como una violación del derecho internacional humanitario.
Las redes sociales, un arma de doble filo en el conflicto de Gaza
Ante la falta de recursos que permitan al periodismo alcanzar mayor difusión en Gaza, las redes sociales surgen como una herramienta valiosa; sin embargo, para Artur Romeu esto representa una "externalidad negativa", pues funcionan como "cajas de resonancia de desinformación" y, en muchos casos, dificultan la verificación de información veraz.
Un estudio de la Universidad Complutense de Madrid identificó 232 noticias falsas sobre el conflicto en Gaza, la mayoría difundidas durante el primer mes de la guerra. El informe también señaló que el contenido audiovisual —que combina texto y video— destaca por su capacidad de persuasión.
"En la misma medida en que reconocemos las ventajas de las redes sociales, debemos admitir que también son un espacio donde circulan la polarización y un sensacionalismo que ya no tiene que ver con periodismo, sino con propaganda", aseguró.
Por su parte, Zuliana denunció los cortes recurrentes de las telecomunicaciones en la zona y resaltó la importancia de las aplicaciones de mensajería, como WhatsApp, Facebook y Telegram, para alertar en tiempo real sobre los bombardeos y difundir información sobre las víctimas, especialmente cuando los canales formales están caídos.
En respuesta a esta estrategia de información inmediata, un informe de la ONG 7amleh —The Arab Center for the Advancement of Social Media— reveló que Israel ha realizado miles de solicitudes para eliminar publicaciones de palestinos. Además, se documentaron amenazas digitales por parte de las fuerzas israelíes, que utilizan las redes sociales para intimidar a periodistas y activistas, lo que demuestra que las plataformas se han convertido en una herramienta para generar miedo y silenciar a los testigos.
Más que una herramienta para producir buen periodismo, la experta considera que las redes sociales funcionan, sobre todo, como una ventana de denuncias y testimonios sobre lo que ocurre en Gaza, lo que paradójicamente puede convertir en "blanco" de Israel a cualquier persona, sea o no periodista.
¿Cómo puede América Latina apoyar al periodismo en Gaza?
"La solidaridad no solo puede salvar al periodismo en Gaza, sino también en todo el mundo", aseguró Artur Romeu. Visibilizar los ataques contra los periodistas, afirmó, contribuye de alguna manera a fortalecer esta vocación en la región y reafirma el compromiso con la función social del periodismo y con la búsqueda de la mayor objetividad posible.
Por su parte, Zuliana Lainez ya habla de acciones concretas de la región para afrontar la crisis del periodismo en Gaza. La Federación Internacional de Periodistas —al igual que Reporteros Sin Fronteras— lleva casos específicos no solo ante la Corte Penal Internacional, sino también ante el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) en Nueva York.
La experta también destacó las posturas claras y firmes de organizaciones como la Asociación Nacional de Periodistas del Perú. A ellas se suman la Federación Nacional de Periodistas de Brasil, la Asociación de la Prensa Uruguaya, la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa y la Asociación de Periodistas de Guatemala, todas unidas en la condena a los ataques contra los periodistas palestinos en Gaza. "No se han callado y eso ha sido fundamental", aseguró.
Gaza representa un desafío complejo para quienes ejercen el periodismo; sin embargo, la vocación de mostrar la realidad del conflicto es un aliciente para los miles de profesionales presentes en la zona y se convierte en un símbolo de resiliencia y valentía frente a las múltiples barreras impuestas por Israel, apuntan los expertos.

























