Maxi, la dulzura de Caraz, revela su historia de lucha, celos en el folclore y su estrecha amistad con Abencia Meza
'Maxi, la dulzura de Caraz' superó una infancia llena de tragedias para convertirse en una destacada artista del folclore peruano. A sus 54 años, se siente orgullosa de todo lo logrado y también se anima a contar la amistad que la une con Abencia Meza.
- Yarita Lizeth cuenta su verdad sobre el fin de su matrimonio con el europeo Patric Lundberg: “No hemos peleado”
- Folclórica Dayan Flor narra el terror que vivió en Juliaca durante las protestas contra Dina Boluarte: “Fueron momentos de pánico”

La infancia de la ancashina Maximina Eudolia Zanabria Villanueva estuvo marcada por la desgracia. El día que enterraban a su padre, su mamá perdió la vida. Los años venideros tampoco fueron los mejores. Se salvó de algunos intentos de violaciones y fue criada por una tía muy radical, que no le dejaba desarrollarse artísticamente. Por eso, ya casi adulta, se escapó a Lima con el firme propósito de convertirse en una reconocida artista. Fue así que nació ‘Maxi, la dulzura de Caraz’, reconocida como la ‘Princesa de las parranditas’.
Desde que tuvo uso de razón, Maxi amaba la música, pero su tía la limitaba, no la dejaba participar ni en los concursos del colegio. La única oportunidad que tenía de cantar era cuando la llevaban a la chacra a ayudar. Allí agarraba un palo, cantaba y se imaginaba que los maizales eran su público. “Los sueños y los anhelos que tenemos se hacen realidad siempre cuando tú lo disfrutes y lo trabajes”, dice en esta íntima entrevista con La República.
TE RECOMENDAMOS
¿COMO FUNCIONA EL ORÁCULO? CON LEANDRO LÓPEZ | ASTROMOOD CON JHAN SANDOVAL
PUEDES VER: Abencia Meza hoy: ¿cuántos años tiene y a qué edad saldría de la cárcel por la muerte de Alicia Delgado?

El difícil camino de ‘Maxi, la dulzura de Caraz’
Ya en la capital, Maxi Zanabria se dedicó a trabajar como empleada del hogar y ahorraba todo lo que podía. Fue en el año 1990 que inicia su carrera profesional y tres años después, lanza su primera producción. En más de una ocasión, la estafaron. “Era muy tímida, tenía miedo de poder hablar o reclamar. Muchas personas quisieron aprovecharse de mí. Pero aun así, nada me detuvo. Mi ilusión era llegar a escenarios, cantar y hacer música”, cuenta.
No todo fue malo en su vida. Uno de los momentos más emocionantes que vivió al inicio de su carrera fue cuando conoció a su ídola, Pastorita Huaracina, cuando fue parte del jurado de un concurso que se realizó en Lima. Con miedo, pero con mucha esperanza, cantó ‘Malvacina’, justamente uno de los temas más icónicos de la consagrada artista.

La vida de Maximina Eudolia Zanabria Villanueva, conocida como 'Maxi, la dulzura de Caraz', estuvo marcada por tragedias, pero su amor por la música la llevó a la cima del folclore peruano. Foto: difusión
Maxi recuerda que fue un día con sentimientos encontrados. Mientras otros participantes estaban cobijados por sus familiares, ella estaba sola. La pena la invadía, pero no podía ni llorar. También recuerda que Pastorita Huaracina era muy exigente con las concursantes y les cortaba la presentación. Finalmente, quedó en segundo lugar y con un mensaje de su artista favorita: “Las ancashinas estamos para sacar adelante nuestra música, pero te digo: ‘nuestra música es cultura. Y vístete bien cerrada, el vestido más abajo que la rodilla’”.
‘Maxi, la dulzura de Caraz’ y su estilo singular
El mensaje que le habría dado Pastorita Huaracina a Maxi le marcó para toda su vida. Por eso es que siempre ha apostado por un estilo sobrio y no ve con buenos ojos cuando una folclórica utiliza trajes muy ceñidos. “Para mí es una falta de respeto. Los sureños nos han traído esa moda y lamentablemente los peruanos somos mucho de imitar”, indica.

Después de escapar a Lima, Maxi comenzó a trabajar como empleada del hogar y lanzó su carrera musical en 1990, enfrentando estafas y dificultades, pero siempre manteniendo su pasión por el canto. Foto: difusión
Asimismo, Maxi asegura que nunca se ha denigrado para lograr sus objetivos. “Pasé tanto durante mi niñez, pero he luchado y hoy por hoy me puedo sentir muy feliz y orgullosa de mí misma. No debo nada a ni nadie y no me pueden decir ‘por mí eres’, porque hay muchas artistas que se implicaron con los promotores y músicos para salir adelante. Con la frente bien alta puedo decir que soy lo que soy gracias a Dios, a mi esfuerzo y mi perseverancia”, añade.
Por otro lado, Maxi considera que hay mucha envidia en el folclore, por eso es que aún no se anima a realizar su aniversario a lo grande en Lima, pues ha visto como algunos artistas mandan a quitar afiches de eventos de otros colegas. Por eso y porque ella se considera una artista del pueblo, ha elegido a Cajamarca para festejar sus 35 años de carrera. La cita es este sábado 13 de septiembre en el Holiday Club Cajabamba.
‘Maxi, la dulzura de Caraz’ y su vínculo con Abencia Meza
Son pocos los que conocen la estrecha amistad que hay entre Maxi y Abencia Meza. A pesar de que la caracina fue pionera en las llamadas ‘parranditas’, la alegría de la Abencia, natural de Huari, fue lo que la coronó como la ‘reina’ del género. Sin embargo, ese título nunca le ha hecho sentir menos a la ‘princesa de las parrandas’. Es más, cuando su colega terminó en prisión, ella ha seguido visitándola.
Por otro lado, Maxi asegura que Abencia Meza ha sido una gran amiga, pero se alejaron por Alicia Delgado, de quien no tiene el mejor concepto. Asimismo, espera que se mejore su situación carcelaria y pueda, algún día, volver a compartir escenario. “Espero que pronto ella esté fuera de toda esta situación”, sostiene la artista de 54 años.
























