Fallo del Tribunal Constitucional desincentiva cumplimiento de los pagos, según expertos
Amnistía tributaria promovida por tribunal permitirá a empresas usar el dinero de impuestos para invertir en lugar de prestarse con bancos.
¿Cuál es el sentido de cobrar intereses de una deuda impaga? Que el dinero se devalúa con el tiempo: S/10 hoy no son lo mismo que hace una década. Con el fallo del Tribunal Constitucional (TC), que condona los intereses a las empresas deudoras que judicializan su caso incluso por décadas, se genera un incentivo perverso para que todas busquen llegar hasta esta instancia a fin de apalancarse financieramente, según expertos consultados por este medio.
El mecanismo es sencillo: los intereses que la Sunat cobra están por debajo del valor de mercado. En consecuencia, resulta hoy más rentable tomar el dinero que era de los impuestos para seguir invirtiendo —y terminar pagando luego con intereses recortados— que prestarse a tasas más altas con el banco por el mismo tiempo. Mientras tanto, el dinero se va moviendo.
“El TC desincentiva el cumplimiento voluntario y oportuno, con una práctica que solo soportarían grandes contribuyentes que pueden pagarse los abogados”, señala la fuente.
Así, se promueve una carrera, con plazos calculados, para alargar todo lo posible el proceso, medida cautelar mediante, para congelar cualquier pago.
No es la única prerrogativa con la que el TC inclina el terreno. Cuando se tiene una deuda con el mercado, la tasa es muy alta y no hay periodo de suspensión, como sí en una controversia con el Estado. Si se impugna y luego se pierde, al banco sí se le terminan pagando los intereses que corrieron en el proceso.
MEF: grandes contribuyentes prefieren litigar su deuda
Sunat estima una pérdida de S/12.000 millones que dejarían de cobrarse por concepto de intereses a empresas que mantienen deudas con el Estado.
En etapa administrativa, solo se generan intereses para una deuda en controversia dentro de los plazos establecidos: 9 meses para Sunat y 12 para Tribunal Fiscal. Pero al llegar al Poder Judicial, ya no hay plazos. El problema es que el TC, que ya habría aceptado revisar su propia sentencia, tampoco los tiene.
De los 3.783 RUC que, a noviembre del 2020, estaban en litigio, 956 eran de grandes contribuyentes que disputaban deuda tributaria de más de S/27.000 millones, de un total de S/118.000 millones. "De la deuda tributaria que se litiga, la mayor proporción se concentra en los grandes", según MEF.
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En el ideario colectivo, existe la creencia de que la Sunat solo presiona a los 'pequeños', y no a los 'grandes'. En realidad, es porque estos últimos van a juicio.