La cuarentena ha dejado a su paso una estela de problemas económicos, sociales y psicológicos; este último ha sido poco abordado durante el estado de emergencia por el nuevo coronavirus, pues las medidas que salieron a la luz en aras del bienestar de los peruanos han sido ínfimas. En plena emergencia sanitaria, las personas que padecen enfermedades como diabetes, gastritis, artritis, entre otras, han tenido complicaciones para atenderse en los hospitales, pues la prioridad durante el aislamiento social fue la asistencia médica a pacientes que necesitaban balones de oxígeno medicinal y otros requerimientos.
Los casos de personas que padecen enfermedades crónicas o agudas han estado relegados, en algunos casos, al privilegio de estar en una habitación de un nosocomio o una clínica. Esta desatención también se presentó en personas con trastornos mentales, quienes experimentaron dificultades para contactarse con especialistas (léase un psicólogo o un psiquiatra).
Ante este panorama desolador, surgen preguntas en torno a la salud mental de los peruanos, que en los últimos meses se ha visto menguada por esta coyuntura. Una de ellas versa sobre la ansiedad, trastorno que, según estudios y especialistas, se ha agravado en la cuarentena que terminó en la mayoría de las regiones del Perú.
Según el Instituto de Estudios Peruanos (IEP), un 74% de la población peruana ha experimentado angustia o ansiedad durante el periodo de confinamiento. Vale decir, 7 de cada 10 personas tuvo este trastorno. Los resultados de esta encuesta evidencian las secuelas de esta medida, que fue necesaria para contrarrestar la propagación del coronavirus.
Asimismo, pone en la agenda de los medios de comunicación el tratamiento de temas como la depresión, la inteligencia emocional, la resiliencia, entre otros tópicos que están ligados a la salud mental. Respecto a la ansiedad, es menester conocer los síntomas, causas, tratamientos y soluciones de este trastorno. Por lo tanto, los conocimientos de varios psicólogos, un psiquiatra y una nutricionista han sido importantes para dilucidar este mal. En tanto, los testimonios han sido determinantes para poder sacar conclusiones.
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En diálogo con La República, el médico psiquiatra del Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado - Hideyo Noguchi, Rolando Pomalima, sostuvo que la ansiedad “es un estado emocional que suele ser normal en las personas, pues nos permite usar mecanismos de sobrevivencia”. Por su parte, la psicóloga Fiorella Párraga, especialista en terapia cognitivo-conductual, manifestó que “es una reacción emocional que tiene el individuo ante una situación amenazante o peligroso para él”.
Pese a que los especialistas aseveraron que padecer ansiedad es normal, hay que tener en cuenta que no todos lo experimentan con la misma intensidad y el mismo tiempo de duración. Por consiguiente, es pertinente indicar que la ansiedad patológica implica una sintomatología que amerita pedir ayuda a psicólogos o psiquiatras.
“En la ansiedad patológica ya estamos hablando de síntomas que están presentes de manera permanente y es más intenso. Este trastorno repercute en lo funcional de la persona, es decir, el ser humano ya no puede hacer algunas actividades que antes hacía con normalidad, e incluso restringe su autonomía”, sostuvo Párraga.
Lo que manifestaron los especialistas lo supo Evelyn G. hace 4 años. En ese tiempo, la joven consultó a profesionales de ciencias de la salud, luego de que tuviera problemas para conciliar el sueño, presentara desórdenes alimenticios y no pudiera concentrarse en sus actividades cotidianas y académicas.
La estudiante de 25 años reveló que dormía a las 4 de la mañana y comía en demasía. Asimismo, dio a conocer que le faltaba el aire o tenía una sensación de asfixia.
Es necesario precisar que el nuevo hábito alimenticio que tuvo no fue congruente con la obesidad; no obstante, los alimentos que consumía tenían alto contenido de grasa y azúcar. Frente a este caso, la nutricionista Giulianna Saldarriaga también conversó con La República para dilucidar esta sintomatología, que es muy recurrente en los pacientes con ansiedad. “Mayormente, la ansiedad se relaciona con una inadecuada hidratación. A veces no estamos consumiendo el agua que nuestro cuerpo requiere o necesita, y lo confundimos con hambre. Empezamos a comer mucho cuando solamente necesitamos hidratarnos”, aseveró.
Luego de que Evelyn pidiera ayuda profesional, los resultados favorables no tardaron en presentarse. A la mitad de su tratamiento, empezó a sentirse mejor. Según contó, el cuadro de ansiedad que padeció fue, básicamente, por cuestiones académicas. “El pensar que no llegaría a cumplir con los trabajos de la universidad empeoró mi situación. Tuve síntomas de ansiedad un mes antes de que culmine el ciclo. Sentía mucho nerviosismo antes de los exámenes”, expresó.
El trastorno que padeció la universitaria pudo ser tratado desde la óptica de la psicología cognitivo-conductual. Para saber este campo del conocimiento, conversamos con el psicólogo Mario García Almeyda, quien explicó el tema.
“Esta terapia se centra en el manejo de pensamientos para regular tus emociones y comportamiento. Partimos desde el principio básico de que son tus interpretaciones las que determinan cómo te sientes y actúas, más allá de las situaciones que vienen”, manifestó García.
El objetivo de la terapia es “la identificación de los pensamientos que quizás nos están perjudicando o llevando a experimentar emociones negativas”. Así lo dio a conocer el especialista, quien orienta a sus pacientes en interpretaciones que les ayuden a hacer afronte a las situaciones difíciles de la vida.
Evelyn nos contó que se sintió mejor luego de su tratamiento que duró 6 meses. Sin embargo, la ansiedad se apoderó nuevamente de ella en la cuarentena. Su preocupación tuvo varias aristas. Verbigracia, le preocupaba la salud de sus padres, sus prácticas profesionales y los gastos de la casa.
Podemos afirmar que su testimonio se condice con un informe de la Organización de Naciones Unidas (ONU) titulado “Covid-19 y la necesidad de acción en salud mental”, que se difundió en mayo de este año. En este documento se advirtió que los efectos de esta pandemia están siendo sumamente preocupantes debido a la posibilidad del fallecimiento de familiares, los desempleos, el miedo al contagio y el aislamiento social.
Omar Aguilar, psicólogo del Hospital Cayetano Heredia, indicó a este diario que los efectos de esta pandemia guardan relación con la ansiedad, y que la solución a este trastorno no está en el consumo de pastillas. “La ansiedad no se va a curar con medicamentos. Puede que durante un tiempo el paciente esté tranquilo, pero más adelante va a tener la misma dificultad por su misma percepción del mundo, por su misma forma de respuesta”, expresó.
“La idea es que el tratamiento psiquiátrico -con los medicamentos que el doctor te receta- pueda complementarse con el enfoque psicológico. Lo que se busca es superar o manejar la ansiedad”, añadió.
El testimonio de Melissa E., que también estuvo inmersa en la ansiedad, fue importante, pues dio a conocer las actividades que realizó para superar este trastorno. “Luego del diagnóstico del psicólogo, hice terapias de respiración y llevé sesiones en donde hablaba de mis problemas. Mi tratamiento duró un año. Durante ese tiempo, empecé a hacer varios deportes y practiqué el yoga. También traté de mejorar mi alimentación”, contó.
Respectó al último punto que comentó Melissa, la nutricionista Giulianna Saldarriaga recomendó tener en la mesa de nuestros hogares snacks saludables, con el fin de evitar las golosinas o la comida chatarra. “Podemos comer popcorn, un puñado de frutos secos (pecanas, nueces, almendras, etc), u otros productos saludables. Cuanto más mastiquemos estos alimentos, mejor para el organismo”, manifestó.
La sugerencia de la especialista es masticar los alimentos 20 veces. Esta práctica hace que el cerebro reciba la información de saciedad. El consumo de frutas también es importante para no caer en la tentación de la comida chatarra. “Debemos ingerir refresco de maracuyá, ya que disminuye la sensación de ansiedad o de estrés”, precisó.
Si la ingeniera ambiental Melissa hubiera conocido los consejos y recomendaciones de especialistas, su ansiedad hubiera sido enfrentada con entereza. Este mal se apoderó de su ser luego de ver a su hermano luchar contra la paranoia.
Hace 5 años, ella presentó síntomas como falta de aire, palpitaciones, sudoración y sequedad en la boca. Con el transcurrir de los días, la mujer tuvo problemas para conciliar el sueño y su concentración fue disminuyendo. Frente a este panorama, su psicólogo le recomendó consultar a un psiquiatra. “El médico me dijo que tomara ansiolíticos durante una semana. Me dio una receta médica para poder adquirir los medicamentos”, indicó.
Ante este caso, el psicólogo del Hospital Cayetano Heredia manifestó que el equipo de salud mental está conformado por psiquiatras y psicólogos. “Nosotros tememos mucha comunicación con psiquiatría. Los doctores nos pueden derivar casos y nosotros también hacemos lo mismo”, aseveró.
Durante la cuarentena, Melissa volvió a presentar algunos síntomas de la ansiedad y uno de ellos fue la falta de aire, que lo relacionó con el coronavirus. La percepción que tuvo la obligó a medirse la temperatura en más de una oportunidad. Cabe mencionar que su familia no se enteró de su ansiedad en pleno aislamiento social.
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Para el psiquiatra Rolando Pomalima, la familia cumple un rol importante para contrarrestar este estado mental. El especialista recomienda repotenciar los vínculos familiares y mantenerse en contacto con los amigos. Con el manejo de los vínculos afectivos, las personas se pueden calmar. La sintomatología de este mal podría disminuir si uno se siente acompañado.
“La recomendación para todos es realizar actividades con la familia: jugar con los hijos, escuchar música, leer y hacer ejercicio dentro de casa. Todas esas situaciones ayudan muchísimo. Algunas personas piensan que todo se soluciona en los hospitales y no es así”, arguyó.
La ingeniera ambiental Melissa (27) evocó con emoción las frases que le decía su madre tras enterarse que su hija padecía ansiedad. “Tú eres una chica fuerte y no te puedes derrumbar. Tienes que seguir creciendo” fue el mensaje de aliento que le dio su progenitora.
También recordó que las noticias sobre la COVID-19 perjudicaron su estado de ánimo. “Veía televisión con frecuencia y estaba al tanto de todos los acontecimientos relacionados a la pandemia. Quizás eso empeoró mi trastorno. Es bueno estar informado, pero una vez al día”, finalizó.
La psicóloga Fiorella Párraga sostuvo que a mediano o largo plazo, pacientes con estrés postraumático irán a los consultorios. “Nos estamos preparando para lo que se viene, porque creemos que después de la pandemia se va a dar esta situación”, afirmó.
Por su parte, el psicólogo Mario García planteó una solución que gira en torno a los integrantes de un hogar. “La familia te puede dar una retroalimentación, una interpretación diferente de lo que estás viviendo. Esto no sucede para el que está solo. Es importante tener otro enfoque de lo que consideramos problema”, declaró a este diario.
El 5 de junio de este año, el Ministerio de Salud aprobó el Documento Técnico: Plan de Salud Mental (En el contexto Covid-19 - Perú, 2020-2021), con la consigna de contar con un instrumento que permita a los peruanos enfrentar las secuelas de la pandemia originada por el coronavirus. Cabe recordar que la salud mental de los pacientes ha sido atendida a través de la línea 113; no obstante, el tratamiento no ha sido integral. Hay mucho por hacer en esta nueva convivencia social.
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