Coronavirus: El golpe psicológico en los sanitarios
Estrés por la sobrecarga laboral, miedo al contagio, cuadros de ansiedad y depresión por perder tantas veces la batalla contra la muerte. La pandemia está golpeando la salud mental de los médicos y enfermeras como nunca antes. El Minsa y Essalud ya están desplegando estrategias para enfrentar este serio problema.
La psicóloga Delsy Caballero, coordinadora de Salud Mental del Hospital Emergencia Ate Vitarte, recuerda muy bien la historia de esa médica.
Trabajaba en el área a la que llegan primero los enfermos de COVID 19. Un día, llegó un paciente en silla de ruedas, acompañado de su hermano. Su estado era crítico. En cierto momento, empeoró tanto que ella tuvo que intervenir. Aplicó todos los procedimientos indicados, pero el hombre no respondía. El hermano, a su lado, le exigía desesperado que hiciera algo. La doctora hizo todo lo que podía hacer en esas circunstancias, pero fue inútil: el paciente falleció. Al ver morir a su familiar, el hermano cayó fulminado por un infarto. En un corto período de tiempo, la doctora tuvo que librar como pudo dos batallas desiguales contra la muerte. Perdió ambas. Y fue demasiado para ella.
Cuando Delsy Caballero la vio, la médica estaba en shock: se le había bajado la presión, le temblaba el cuerpo y no podía pronunciar palabra alguna. Después de que sus colegas se aseguraron de que físicamente estaba bien, la psicóloga se quedó con ella a solas.
-Ella me decía “yo soy médico, yo he estudiado para esto, para salvar vidas”. Se culpaba de lo que había pasado. Yo la escuché y traté de explicarle que era una situación que se le había escapado de las manos- dice.
Caballero se aseguró de que recordara todas las veces que había ayudado a mejorar o a lograr que le dieran de alta a un paciente. Rememoró con ella los logros que había conseguido en estos meses de emergencia sanitaria. Le dijo que hasta a los profesionales más experimentados les sucedían estos momentos terribles. La médica se fue a casa, con unos fármacos para reducir la ansiedad, y a los pocos días ya estaba trabajando de nuevo en su área.
Salvando vidas.
MIEDO Y ANSIEDAD
Todos los días, las noticias nos hablan del terrible impacto en la salud de los peruanos de la COVID 19. Nos hablan de los muertos, de los contagiados que no dejan de crecer. Muy pocos se fijan en el impacto que la pandemia está teniendo en la salud mental de esos médicos, enfermeras y técnicos que se enfrentan cara a cara con la muerte, muchas veces en las condiciones más difíciles.
Ataques de ansiedad, depresión, miedo o, en el mejor de los casos, solo estrés laboral, son algunos de los problemas de salud mental que estos profesionales vienen padeciendo durante esta crisis sanitaria.
Les está pasando incluso a los más experimentados. Como aquel médico que le contó a Delsy Caballero que todo el tiempo se estaba midiendo la saturación de oxígeno, por miedo a tener la enfermedad, y que una madrugada en la que no podía dormir, mientras veía televisión en su sala, sintió que le sobrevenía un ataque de ansiedad y tuvo que ponerse fuerte y decirse a sí mismo frases tranquilizadoras para calmarse.
O la enfermera que hace unos días se echó a llorar con ella en su oficina, al contarle que ese día había estado ayudando en el mortuorio del hospital y que viendo la enorme cantidad de cadáveres recordaba que el día anterior las familias habían estado preguntando por varios de ellos, siendo consciente, quizás por primera vez, de que nunca en su larga carrera había vivido una situación tan terrible como esta.
Algunos de los casos más difíciles son protagonizados por sanitarios contagiados, más de un centenar en ese nosocomio. Una enfermera entró en crisis cuando su prueba salió positiva pues era madre soltera, vivía con sus hijos y con su madre, adulta mayor, en una vivienda de una sola habitación. Cómo iba a hacer cuarentena sin contagiarlos. Cómo iba a contarles a sus hijos que tenía COVID, a ellos que le habían pedido tantas veces que no fuera a trabajar y a los que no les había hecho caso por cumplir con su deber.
Otra profesional, también positiva, que nunca había tomado medicamentos porque decía saber las consecuencias que provocaban en el sistema nervioso, fue a pedir cita con un psiquiatra que le recetara fármacos para la depresión, pues vivía sola, arrastraba muchos problemas emocionales y la sola idea de pasar una quincena encerrada, confrontando sus miedos, la aterrorizaba.
-Los médicos y enfermeras también son seres humanos- dice Delsy Caballero. -Usan mecanismos de defensa para hacerse los fuertes, pero igual se quiebran. Sufren ansiedad. Y se deprimen.
“SOMOS VULNERABLES”
Los cuadros de depresión y ansiedad están sucediendo en todos lados. En los hospitales del Minsa, como el Emergencia Ate Vitarte. Y en los de Essalud, como el Hospital Emergencias Grau, donde el psiquiatra Carlos Vera, de la Unidad de Psiquiatría y Salud Mental, está desarrollando un protocolo de ayuda en salud mental a los trabajadores de ese nosocomio.
Vera y sus colegas también han debido tratar a profesionales sanitarios experimentados que se han sentido sacudidos por esta situación de emergencia. Como la enfermera de UCI que vio morir a muchos pacientes y a la que le sobrevino un ataque de ansiedad luego de que falleciera un anciano por el que, al parecer, sintió apego. O el enfermero que sentía que tenía síntomas y que le faltaba el aire a pesar de que los exámenes y las pruebas habían salido negativas. O el galeno que fue a buscarlo a su oficina porque sentía que ya no podía más: el miedo al contagio le impedía abrazar a su mujer y a sus hijos y lo hacía bañarse y asearse exageradamente.
-Esta pandemia está tumbando todas las creencias que teníamos los médicos de que somos totalmente fuertes- dice. -No es cierto. Somos humanos, tenemos miedos. Por muchos años hemos puesto una coraza que aparentemente nos defendía. Ahora vemos que todos somos vulnerables.
Las áreas de salud mental están desplegando distintas estrategias para atender esta situación. En el Hospital Emergencias Grau, el equipo de Carlos Vera realizó una encuesta virtual que los ayudó a identificar los casos de depresión, ansiedad y estrés agudo, para concentrarse en los más graves individualmente. A ellos se les atiende en consultas psicológicas y psiquiátricas, se les medica cuando es necesario y se les hace seguimiento por videollamadas.
Para mejorar el clima laboral, han ensayado ideas como poner música ambiental -desde tangos hasta valses-, declarar la obligatoriedad de saludar a todo el mundo, de ser posible con una sonrisa, y enviar videos con frases motivacionales como “La tormenta pasará” o “Entramos todos, salimos todos”.
En Ate Vitarte, el equipo de Delsy Caballero -que atiende no solo a sanitarios sino también a pacientes y a sus familiares- ha crecido a ocho psicólogos y dos psiquiatras con el fin de cubrir toda la demanda de ayuda y comenzar a hacer visitas a cada área, con toda la protección requerida, para dirigir sesiones de relajación y activaciones que reduzcan el estrés.
-Lo que se nos viene después de que pase la pandemia va a ser muy difícil a nivel mental- dice. -Se vienen casos de estrés postraumático, habrá brotes de cuadros depresivos, de ansiedad. Cuando pase la ola, el personal va a hacer un respiro y entonces se va a enfrentar con todas sus emociones reprimidas.