Caso Estación 6: testimonio de tres nativos absueltos
‘Baguazo’. Eufemia Atamaín, Jorge Yampis y Alberto Tiwi, acusados del asesinato de diez policías, cuentan a La República cómo vivieron los últimos doce años. Todos los testimonios aseguran que la turba que ingresó agredió y desconoció a los apus.
“Ya acabó ese problema del juicio, y ahora hemos quedado más tranquilos. Hemos sufrido mucho con esas cosas, pero por fin terminó”, reflexiona Eufemia Atamaín Majuash, la única mujer entre los 26 indígenas awajún y wampis procesados por el asesinato de diez policías en la Estación 6 de Petroperú durante el levantamiento conocido como ‘Baguazo’ el 5 de junio del 2009.
Luego de 12 años de juicio, todos fueron absueltos de los cargos de secuestro agravado, extorsión, arrebato de arma de un oficial y disturbios.
“No fuimos culpables de las muertes. Yo acompañaba a mi esposo solamente”, relata. Recuerda que esa mañana la turba entró y a ellos también los maltrataron. “La gente entraba y a mi esposo lo empujaba y le tiraban con lanza, y lo tumbaban. Y no sabemos nada de lo que ha pasado”, refiere con voz entrecortada.
Su esposo era Simón Weepiú Bijush, uno de los apus que lideraban la protesta contra los decretos legislativos del gobierno aprista que afectaba la Amazonía. Él también fue incluido en el proceso, pero el año pasado falleció producto del COVID.
Eufemia vive en una comunidad cerca de Imacita con sus cuatro hijos, el mayor de 11 años, y varias veces tuvo que dejarlos solos para ir a las audiencias.
“No hicimos algo malo, pero hemos pasado años en este problema. Solo queremos vivir en paz en nuestras tierras”, señala.
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Su abogado, Juan José Quispe, del Instituto de Defensa Legal (IDL), remarca que las declaraciones de los policías y funcionarios de Petroperú que estuvieron en las instalaciones de bombeo fueron decisivas para que la Sala Penal Liquidadora de Bagua la absuelva junto con otros 18 nativos. Cuatro murieron durante el largo proceso judicial y se retiraron tres casos al comprobarse que no estuvieron en el lugar.
Destaca que ninguno sindicó a los acusados como instigadores de la violencia, y más de uno relató que los apus también fueron agredidos por la turba que ingresó a la estación.
Entre los heridos figuraba Pedro Tiwi Jempe, dirigente del Comité de Lucha, a quien le clavaron una lanza al costado de la cabeza y, aunque sobrevivió, falleció en el 2013 producto de las secuelas. Insólitamente, fue incluido en el proceso.
Baguazo, juicio.
Persecución sin sentido
El profesor Jorge Yampis también figuraba entre los acusados, pese a que nunca estuvo en la Estación 6. Informa que en el 2009 era apu de la comunidad de Nazareth y como tal le tocó estar en la Curva del Diablo.
Materialmente era imposible haber estado en la instalación de Petroperú, pues entre ambas hay aproximadamente cuatro horas de viaje.
Por eso no entiende por qué lo procesaron, y menos aún que de pronto tenía una orden de captura. “No sabía qué hacer. Tuve que ocultarme en mi pueblo. CEAS nos apoyó para variar el mandato por comparecencia y pude ir a declarar a la Fiscalía y estuve en todo el juicio”, indica.
Otros no tuvieron tanta suerte y fueron detenidos varios meses con prisión preventiva.
“Lamento mucho la muerte de los policías y de mis paisanos. Nosotros salimos a protestar por nuestras tierras. Nadie pensaba llegar a ese extremo”, dice.
Algo parecido vivió Alberto Tiwi Pape, nativo awajún wampis, quien sostiene que su vida cambió con este proceso. Tenía que viajar varias horas para llegar a las audiencias cada 18 días, y al principio debía ir a firmar cada mes, lo que le implicaba un gasto de entre 250 y 350 soles por vez. Por suerte, instituciones de la Iglesia los apoyaron con ese gasto.
“Sufrimos mucho estos años, perseguidos sin culpa. Nosotros solo queremos proteger nuestras tierras. Estamos tranquilos ahora que reconocen nuestra inocencia”, expresa.
Segundo Herrera, abogado del Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (Caaap), los acompañó en todo el proceso y estuvo presente en la lectura de la sentencia. “Cuando escucharon que los absolvieron, uno me dijo: ‘Doctor, estamos libres’. Varios lloraron. Fue muy emotivo”, cuenta feliz.
El dato
Proceso. Abogada de Conferencia Episcopal Peruana (CEAS), Gery Vásquez, que representaba a varios acusados, recuerda que al principio no había traductores oficiales awajún wampis. “Pueden hablar castellano, aunque a veces no entendían el sentido de las preguntas. Costó mucho, pero se consiguió”, dice.
Declaraciones de policías
Suboficial Lucho García Villanueva, al igual que otros policías, sostuvo que los apus también fueron agredidos por la turba.
Declaraciones de policías.