La increíble historia del "Príncipe durmiente", el joven que pasó 20 años en coma, nunca despertó y murió en Arabia Saudita
Al-Waleed bin Khaled Al-Saud, conocido como el "Príncipe durmiente", falleció a los 36 años después de 20 años en coma por un accidente automovilístico. La noticia fue confirmada por su padre en redes sociales.
- La ruta de las armas de EE.UU. a Haití que alimenta a las bandas criminales y goza del silencio de Donald Trump
- Estados Unidos renueva alerta e insta a sus compatriotas a abandonar "inmediatamente Venezuela"

Al-Waleed bin Khaled Al-Saud, también conocido como el "Príncipe durmiente" murió este sábado a los 36 años tras haber permanecido en coma durante 20 años. El joven árabe había sufrido un terrible accidente automovilístico que le cambió la vida.
La noticia fue confirmada por su padre, el príncipe Khaled bin Talal Al Saud, en un mensaje a través de sus redes sociales.
TE RECOMENDAMOS
MÁS PERUANOS CONTRA FUJIMORI: LO QUE SE LE VIENE A KEIKO | LA VERDAD A FONDO CON PEDRO SALINAS
"Con el corazón creyente en la voluntad y el destino de Allah, y con profunda tristeza y dolor, lloramos la pérdida de nuestro querido hijo, el príncipe Al-Waleed bin Khaled bin Talal bin Abdulaziz Al Saud, que ha fallecido hoy. Que Allah tenga misericordia de él", manifestó a través de X.

Al Waleed bin Khaled, conocido como el "Príncipe durmiente", era sobrino del magnate Al Waleed bin Tala. Foto:. X
¿Qué pasó con el "Príncipe durmiente"?
Al Waleed bin Khaled, conocido como el "Príncipe durmiente", era hijo del príncipe Khaled bin Talal y sobrino del magnate Al Waleed bin Talal, uno de los hombres más ricos del Medio Oriente, cuya fortuna supera los 17.000 millones de dólares, según estimaciones de Forbes.
Antes del accidente que marcó su vida a los 15 años, la familia lo describía como un adolescente inquieto, que buscaba romper algunas de las estrictas reglas impuestas por la familia real saudí, reconocida por su postura conservadora y su respaldo público a causas islámicas y benéficas.
Respecto a temas como la eutanasia, la familia había mantenido una posición reservada. Sin embargo, esta postura se evidenció tras el accidente automovilístico que sufrió el joven príncipe: una hemorragia interna lo dejó en coma permanente, conectado a un respirador artificial.
Durante dos décadas, su padre luchó por mantenerlo con vida asistida, aferrándose a la esperanza de que algún día despertara. Ayer, sin embargo, esa esperanza se extinguió. Al Waleed bin Khaled falleció tras 20 años sin recuperar la conciencia.
























