
Estados Unidos en alerta por la 'gran y hermosa' ley de Donald Trump
Donald Trump promulgó su ambiciosa 'One Big Beautiful Bill', que reduce programas sociales, elimina incentivos verdes y aumenta el gasto militar y fronterizo. La ley ha sido criticada por su impacto económico, ambiental y humanitario.
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Dicen que la belleza está en los ojos de quien la ve, y para Donald Trump su nueva ley es “hermosa”. En un discurso por el Día de la Independencia de Estados Unidos, el presidente celebró la aprobación de su One Big Beautiful Bill, una ley que concentra gran parte de su agenda política. “Lo que hicimos fue poner todo en una sola ley. Esto nunca había ocurrido antes”, declaró. Fue aprobada en la Cámara de Representantes por un estrecho margen: 218 votos a favor y 214 en contra. El mandatario asegura que ahora el país será un “cohete económicamente”, aunque su efectividad ha sido ampliamente cuestionada.
La ley extiende recortes fiscales del primer gobierno de Trump en 2017, introduce nuevos por un total de 4,5 billones de dólares, aumenta el gasto en defensa y seguridad fronteriza y elimina créditos para energías limpias. Además, reduce casi un billón en programas sociales como Medicaid —que permitía atención médica para 73 millones de personas que no pueden pagar seguros de salud— y asistencia alimentaria. Por eso, lejos de verse 'hermosa', para los críticos proyecta incertidumbre y exclusión.
A parte de los previsibles daños colaterales humanitarios, la interrogante acerca de si la ley traerá consecuencias positivas para la economía estadounidense está en el centro del debate. “Estados Unidos tiene un déficit fiscal crónico. Entonces, varios congresistas y senadores están preocupados por el aumento del déficit”, señala Rossana Montero, economista y directora de la carrera de International Business de la USIL. “Una buena parte de la discusión ha sido si esta ley es autofinanciable”, apunta. Explica que para ello tendría que haber más empresas y más ingresos a partir de los aumentos y recortes de impuestos que la ley propone.
El 4 de julio, a la ‘gran y hermosa ley’ se sumó el anuncio de Trump de fijar aranceles antes del 9 de julio, con la amenaza de que pueden subir hasta el 70% para algunos países. El presidente dijo que empezaría a enviar cartas oficiales a los países con los que Estados Unidos no ha alcanzado acuerdos comerciales, con la notificación de nuevas tarifas que entrarían en vigor el 1 de agosto.
Una ley grande y excluyente
“En Economía hay un tema filosófico que habla del uso de impuestos para beneficiar a ciertas industrias y no a otras porque se considera a algunas como prioritarias. La manera de pensar de Trump ha hecho que esta ley perjudique a toda la industria relacionada con energías verdes”, observa Montero. La nueva legislación elimina créditos fiscales destinados para paneles solares, energía eólica y vehículos eléctricos, aprobados durante la administración de Joe Biden.
“Ahora, hay muchos estados que habían comprado energía verde. Es dinero invertido, puestos de trabajo, empresas que se van a quedar colgadas”, comenta la economista. La medida también ha generado críticas por parte de expertos en cambio climático que advierten que limitar estos incentivos puede frenar el desarrollo de energías limpias en Estados Unidos y aumentar las emisiones contaminantes.
“El año pasado había sido el primer año en que la energía solar y la energía eólica habían producido para Estados Unidos más electricidad que el carbón”, acota Montero.
Pero, el recorte más drástico de la gran ley es con Medicaid. Según The New York Times, estos recortes son los más profundos en la historia del programa y se traducirán en que aproximadamente 11.8 millones de personas perderán su cobertura médica para 2034.
A pesar de que Trump prometió no tocar Medicaid, salvo para eliminar “desperdicios y fraudes”, la ley implementa ajustes significativos que han generado preocupación incluso entre gobernadores republicanos, quienes temen el impacto negativo en sus electores y en los sistemas de salud estatales.
“Lo que está haciendo es endurecer las condiciones para el acceso a estos seguros. Tienes que haber trabajado cierta cantidad de horas el mes pasado y cada seis meses presentar una documentación para validar que aún cuentas con este derecho. Va a haber mucha gente que no podrá cumplir con todo ese papeleo y se va a quedar sin seguro”, explica la economista.
Una ley consecuente, a pesar de todo
La ‘gran y hermosa ley’ ha destinado aproximadamente 150 mil millones de dólares adicionales para la seguridad fronteriza y la deportación de inmigrantes. También ha elevado el presupuesto de ICE (Servicio de Control de Inmigración y Aduanas) de 10 mil millones a más de 100 mil millones para 2029, lo que la convierte en la agencia de seguridad con mayor financiamiento federal.
Para Montero, la inversión de Trump para el control migratorio es acorde a sus propuestas. “Es evidente que sigue endureciendo la posibilidad de que más personas vayan a Estados Unidos y que se queden quienes están en una condición migratoria ilegal. En eso está siendo consecuente. Ahora, el tipo de medidas y la manera de cómo está fortaleciendo a esas instituciones que tienen que ver con tema fronterizo abre la posibilidad de maltrato hacia migrantes”, asevera.
Por otro lado, la Casa Blanca ha promovido la ley mediante una campaña publicitaria que resalta beneficios fiscales tanto para ciudadanos como para pequeñas empresas. Entre ellos: la devolución de dinero y la eliminación de ciertos impuestos, con el objetivo de presentar la medida como un mecanismo para mejorar la calidad de vida y aliviar la carga fiscal de la población y los negocios.
“Cuando hablas con empresarios en Estados Unidos, sean latinos o no latinos, más allá de ser republicanos o demócratas, dicen que cuando un republicano sube al gobierno ellos ganan más plata”, comenta Montero. La economista explica que el concepto republicano implica reducir la carga fiscal sobre las empresas, lo que fomentaría la inversión. Trump estaría siendo coherente en ese aspecto, aunque las críticas apuntan a que estos beneficios se concentran en sectores de mayores ingresos.
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Retorno de la guerra de aranceles
Además de los recortes y aumentos en gasto público, Trump anunció una escalada en su política arancelaria. Entre los países afectados están China, con un nuevo arancel del 34% adicional a los gravámenes existentes; Vietnam, que enfrenta un gravamen cercano al 50%; India, con un arancel del 26%; la Unión Europea, con un arancel básico del 20%; y Japón, que podría enfrentar tarifas del 30 al 35%.
“El efecto va a ser inflacionario. Sí es cierto que los aranceles le van a dar una caja a Estados Unidos. Ahí hay un dinero. Pero, toda la plata que va a recaudar, por un lado, se va a ir por otro”, comenta Eduardo Recoba, economista de iFOREX. “No va a haber ningún resultado desde la economía real que pueda decantar en, por ejemplo, gastos de alto impacto como mejorar el sistema sanitario, la infraestructura o mejorar la calidad de educación”, analiza.
Recoba advierte que Trump estaría actuando sin una estrategia clara, en medio de un contexto de déficit fiscal crónico en el país. “Retomar la guerra comercial arancelaria, podría sumarle mayores expectativas de inflación y recesión a Estados Unidos. No se trata de empresas chicas las que serán afectadas. Pueden cerrar sus plantas matiz e irse a otro lugar. La estrategia parece ser que no hay estrategia”, señala.