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Sociedad

Un rescate de película, pero la criminalidad sigue avanzando

A merced del hampa. Liberación de la empresaria Jackeline Salazar fue un logro de la Policía, pero los resultados siguen negativos en la lucha contra el crimen. Continúan los secuestros y la extorsión, y el Gobierno no parece tener una real estrategia. 

A salvo. Jackeline Salazar Flores permaneció 11 días en cautiverio. Por su rescate pedían 2 millones de soles. La Policía descartó torturas en sus manos. Foto: difusión
A salvo. Jackeline Salazar Flores permaneció 11 días en cautiverio. Por su rescate pedían 2 millones de soles. La Policía descartó torturas en sus manos. Foto: difusión

La escalada delictiva que sacude al país, en especial Lima y algunas regiones del norte, parece estar fuera de control, y sus efectos se reflejan en la preocupación y angustia de millones de peruanos abrumados que reclaman cambios en la lucha contra la criminalidad.

Nadie está libre y eso ha quedado demostrado con la serie de secuestros, asesinatos, atentados y la diaria extorsión que sufren miles de empresarios, comerciantes, emprendedores y profesionales de todo rubro.    

Y ya no se trata solo del temor a ser víctima de un robo callejero o domiciliario, sino también a caer en las garras de malhechores que actúan con violencia desmedida como el mostrado contra la empresaria Jackeline Salazar Flores, secuestrada el 13 de mayo por falsos policías, en Los Olivos.

Un gran logro de la PNP

Tras permanecer 11 días cautiva, maniatada sobre un colchón, Jackeline fue rescatada durante un exitoso operativo de la Policía en un inmueble de la asociación de vivienda Costa del Sol 2, en Carabayllo.

Ahí fueron capturados Brian Thonney Yomona Quezada, Luis Andrés Chaupis Morales, Armando Vásquez Jara y Alfredo Tino Cano Aliaga, todos de nacionalidad peruana.

Las investigaciones determinarán si Erick Luis Moreno Hernández, alias Monstruo, quien es intensamente buscado, es el autor intelectual de este secuestro por el que se exigía 2 millones de soles.

La familia no llegó a desembolsar ni un sol. “Gracias a la Policía, a mi familia y a los que estuvieron pendientes de todo”, dijo Jackeline tras ser sometida a un examen médico.

El padre de la Jackeline agradeció a la policía y aseguró que pese a su pedido de que no intervengan en la negociación, ellos actuaron de oficio, en forma exitosa.

“Gracias a la Policía, a pesar de haberle dicho que no intercedan, continuaron investigando, y para mí son unos ángeles y agradezco el apoyo que me han dado. No tengo palabras”, dijo.

Este año se han cometido 10 secuestros típicos que no han sido resueltos aún por las autoridades. El año pasado también se perpetraron plagios que causaron gran conmoción no solo a las familias sino a todo el país, como el de Angélica Vásquez Barrientos, de 12 años, el de Lucero Trujillo, de 27 años, o el del empresario Iván Díaz Garrido secuestrado en Trujillo por sujetos que llevaban chalecos de la Policía y, tras el pago de un rescate, fue hallado con vida, pero con evidentes signos de tortura. Le habían cortado tres dedos.

 Detenidos. Brian Yomona, Luis Chaupis y Armando Jara. Foto: difusión

Detenidos. Brian Yomona, Luis Chaupis y Armando Jara. Foto: difusión

Bandas ‘injertadas’

Para el excoronel PNP Jorge Mejía Asanza, exjefe de la División de Investigación de Secuestros (Divise) y experto en seguridad, ahora los delincuentes utilizan una forma de amedrentar a las familias con montajes (audios y videos).

“Sin asesoramiento, ellos pueden manejar a la familia de una víctima de secuestro a su antojo”, advierte.

Mejía también sostiene que algunas bandas podrían ser mixtas (peruanos y extranjeros), pues últimamente estos criminales se están injertando para cometer secuestros, sicariato y robos. Recordó que entre el 2007 y el 2010 este delito se redujo a cero. No hubo casos.

Agrega que falta decisión en las autoridades para preparar buenos agentes. “Cuando era jefe de Secuestros hice tres cursos con la Policía española, alemana y de los Estados Unidos. Traje cuatro veces al FBI para capacitar a nuestro personal. Ahora no se da eso”, señala.

Entre tanto, nada parece frenar el accionar de los malvivientes frente a una fuerza policial casi siempre sobrepasada y de lenta reacción en las zonas más críticas el país.

Gobierno a la deriva

Para el exministro del Interior Rubén Vargas, “el Gobierno de Dina Boluarte sigue a la deriva, especialmente en materia de seguridad ciudadana. En lo que va de su gestión (16 meses), hemos tenido seis ministros del Interior. La única respuesta al desborde criminal ha sido las declaratorias del estado de emergencia, lo que ha fracasado”.

A su juicio, ahora tenemos regiones, provincias y distritos secuestrados por las estructuras criminales y las economías ilegales. La provincia de Pataz, en La Libertad, y San Juan de Lurigancho, en Lima, son algunos ejemplos de ello.

“Cada día vemos cómo las organizaciones criminales locales o extranjeras controlan territorios donde extorsionan, secuestran o explotan sexualmente con absoluta impunidad. A pesar de que la población considera a la inseguridad como su principal preocupación, los políticos siguen pensando en favorecer o ser funcionales a la minería ilegal, a los colectiveros y varios otros sectores de la informalidad donde la delincuencia se mimetiza”, señala.

Falta de liderazgo

El penalista Wilfredo Pedraza, también exministro del Interior, considera que en los últimos tres años se ha visto una fuerte migración de delincuencia organizada, la cual se ha hecho difícil de combatir debido a la inestabilidad política en el Ministerio del Interior (seis ministros con Dina Boluarte y siete con Pedro Castillo).

La inestabilidad se traduce en falta de liderazgo en la Policía, paralización de las inversiones, desconcierto en los mandos policiales. Por lo tanto, lo que ha pasado en el Interior es que no hay compras, no hay liderazgo, no hay control, se incrementa la corrupción, no hay políticas de mediano plazo”, acota.

La delincuencia extranjera, dice, “tiene mucha experiencia en crimen organizado, secuestros, trata de personas y extorsiones al menudeo”.

“Hemos ido perdiendo espacio en seguridad, sin la menor duda. Pero, en rigor, el tema preocupante va a venir más adelante cuando consoliden dominios territoriales, y tienen ese propósito; cuando el secuestro se convierta en una industria. Mi impresión es que, en el tema de los secuestros, las bandas están en perspectiva de asentar una metodología sanguinaria para generar temor y lograr una negociación más rápida”.

Y agrega que “estamos a tiempo de frenarlo, pero si eso no ocurre, se van a consolidar. En los últimos dos años, la policía no ha tenido la capacidad de reaccionar y rediseñar sus estrategias contra la delincuencia, la está enfrentando con procedimientos ordinarios”.

 Tortura. Al empresario Iván Díaz le cortaron tres dedos. Foto: difusión

Tortura. Al empresario Iván Díaz le cortaron tres dedos. Foto: difusión

“El objetivo es realizar este año 100 megaoperativos”

El ministro del Interior, Juan José Santiváñez, instó a los generales y jefes policiales a liderar en las calles la lucha contra la criminalidad. Subrayó que un objetivo claro de su gestión es atacar la criminalidad con la mayor contundencia para obtener cada día mejores resultados frente a la delincuencia común en todo el país y así recuperar la confianza de la ciudadanía.

Indicó que el primer eje de su gestión es la lucha frontal contra la delincuencia, según el cual se han dispuesto diversas acciones, entre ellas, el incremento de los operativos policiales a nivel nacional.

En esa línea, se tiene como meta este año ejecutar 100 megaoperativos.

Una trilogía de delitos agravados

Ricardo Valdés, exvicem. del Interior

Más allá de las razones estructurales que están en la base del incremento de la criminalidad en el país (corrupción, pobreza, impunidad, informalidad, tolerancia social), en el caso de los secuestros, estos forman parte de una trilogía de delitos, junto con la extorsión y el sicariato, que conforman un combo criminal de alta rentabilidad.

Estos vienen incrementándose por: a) la internacionalización de la criminalidad que ha incorporado nuevos actores; b) la escasa inversión del Estado en investigación, tecnologías e inteligencia sustentada en “grandes bases de datos”; c) deficiente control de los penales; d) alta impunidad por inacción de los operadores de justicia; e) mayores y nuevos núcleos de riqueza y f) alta rentabilidad del delito. Para empezar a combatir estos delitos debemos empezar por responder a los cuatro primeros factores (que lo originan).

Reacciones

Wilfredo Pedraza, exministro del Interior

“Tenemos que exigir a la Policía Nacional una tarea más estable, redireccionar sus planes contra la criminalidad en el país, si no hacemos eso, entonces la ciudadanía estará muy desprotegida”.

Jorge Mejía Asanza, exjefe Antisecuestros

“Los policías que estamos en retiro y que conocemos este problema nos vamos a reunir para llevar un diagnóstico y una propuesta al ministro del Interior para frenar este flagelo de la delincuencia”.

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