PNP: El 90% de burriers que sale con cocaína es de Perú
Están de vuelta. En los primeros 38 días de este año fueron detenidos en el aeropuerto Jorge Chávez 20 burriers, de ellos 18 son peruanos. La mayoría viaja a España y cobran hasta 3 mil euros.
Anhelaba ser famoso, pero los sueños de Sergio Mateo Aguirre Vernal se desvanecieron cuando llegó al body scan del aeropuerto internacional Jorge Chávez. Los nervios le vencieron a este bailarín peruano de 21 años. Transpiraba sin razón aparente y la ilusión de convertirse en un artista conocido en París, Francia, se truncó al pasar el examen no invasivo de rayos X: llevaba 49 cápsulas con un kilo 645 gramos de cocaína en el estómago.
“Con el escáner se logró visualizar cuerpos extraños en la cavidad abdominal”, reveló un agente de la Dirección Antidrogas.
De inmediato lo condujeron al hospital Daniel Alcides Carrión, donde procedieron con el recojo de los envoltorios de látex con la droga.
Historias como la de Sergio Mateo llegan a los medios cuando el final trágico se desencadena. Pero la mayoría permanece en las sombras. ‘Burriers’ o ‘capsuleros’ son algunos de los nombres con los que se deshumaniza a estos jóvenes, el último y el más débil eslabón de la cadena del narcotráfico.
Mayoría va a España
Solo en los primeros 38 días de este 2023 han sido capturados en el primer terminal aéreo del país 20 ‘burriers’ que trataron de sacar más de 45 kilos de cocaína bajo distintas modalidades. De ellos, 18 (90%) eran peruanos, uno español y otro de Israel.
“Son 13 varones y siete mujeres. Uno viajaba a Chile, otro a Israel, tres a Francia, cuatro a Italia y once a España”, reveló un detective.
Ronald Fabrizio Vásquez Rosas (27) es otro peruano que pretendía viajar a Punta Cana, el extremo más oriental de República Dominicana. Solo llegó hasta los molinetes del control TUA (arco de seguridad), ubicado en el segundo piso del aeropuerto Jorge Chávez. Entre sus prendas de vestir que llevaba en su equipaje de bodega tenía 6 kilos 127 gramos de cocaína.
Maleta. Equipaje con más de 6 kilos de droga incautados a Ronald Vásquez Rosas. Foto: difusión
“El perfil de un burrier en general es de alguien muy necesitado, con un compromiso social con el narcotraficante que lo recluta en su barrio y conoce a su familia”, nos dice un agente de la Dirandro.
Hasta 3 mil euros
Y explica: “En el caso de los ‘tragones’, la droga se suele fraccionar en cápsulas de unos 10 gramos. Un burrier con destino Europa puede llegar a cobrar entre 2.500 y 3.000 euros, que se le pagan al evacuar la droga”, indicó.
PUEDES VER: Fuero Militar Policial pide prisión contra Jhon Torres, agente que renunció tras masacre en Juliaca
Para los que van a países sudamericanos la paga es bastante más baja: se habla de entre 1.200 y 2.000 dólares por viaje. El pago de la droga se hace habitualmente a través de los mismos burriers para evitar que el flujo de dinero quede registrado.
Hasta noviembre del año pasado, de acuerdo con el Instituto Nacional Penitenciario (INPE), había 3.523 extranjeros presos. De ellos, 546 estaban por tráfico ilícito de drogas (TID), 283 por promoción y favorecimiento a ese mismo delito y 199 por TID en forma agravada.
Escondida dentro de envases de shampoo y frascos de talco, disimulada entre ropas y calzados o adherida al cuerpo, sea en el abdomen o en los tobillos, en maletas de doble fondo, en tarjetas, detentes, son algunos de los métodos usados por las personas contratadas por narcotraficantes para transportar droga.
Bomba de tiempo
Pero ¿cómo detectan a quienes ocultan las cápsulas de látex en el estómago?
“Es necesario armar en poco tiempo el perfil del posible burrier. Generalmente, mientras esperan que salgan los vuelos, estas personas, ante la eventualidad de un inconveniente de salud provocado por la droga en su estómago, se sientan cerca de los baños. En sus bolsos de mano nunca olvidan llevar agua mineral y pastillas laxantes. Pero lo más importante es que no pueden ocultar su nerviosismo”, detalla un agente.
Detenido. El peruano Sergio Aguirre Vernal iba a viajar a España con más de un kilo y medio de droga en el estómago. Foto: composición/La República
Con las cápsulas en sus estómagos, estas personas son bombas de tiempo. Un médico del hospital Daniel A. Carrión, especialista en cardiología, explica que las cápsulas son de látex –se suelen usar preservativos o dedos de guantes–, para que el ácido clorhídrico del estómago y los jugos gástricos no las degraden.
No solamente llevan las cápsulas en el estómago, también en la vagina y el recto. Los riesgos son altísimos.
“Si se rompen y la cocaína se libera bruscamente, no hay forma de salvarlas: el corazón hace un proceso que se llama arritmia ventricular y tienen muerte súbita. Otras veces, la cápsula se ‘lastima’ y la droga se va eliminando poco a poco: ahí comienzan a tener síntomas de intoxicación y su vida depende de si llegan al hospital a tiempo”, asegura el médico.