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Sociedad

‘Samay’, la respuesta de técnicos peruanos ante la falta de respiradores

Gran esfuerzo para salvar vidas. Más de 100 hombres y mujeres especializados de la Marina de Guerra, con apoyo de ingenieros de la UPC, entregarán un lote de 100 ventiladores mecánicos fabricados por ellos mismos al Comando Covid-19.

samay respirador coronavirus covid
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Ingenieros y técnicos en alistamiento y reparación de armas de la Marina de Guerra son los genios detrás de ‘Samay’, el primer respirador mecánico hecho en Perú, cuyo lote inicial de 100 unidades será entregado al Comando Covid -19 para salvar vidas.

Este grupo, compuesto por medio centenar de hombres y mujeres, trabaja sin descanso para vencer al enemigo invisible. Son especialistas en armas e investigación, que dejaron sus tareas para dedicarse a construir los tan necesarios equipos.

Y es que desde que se inició la pandemia global, la demanda por adquirir respiradores mecánicos, una máquina que ayuda a pacientes con insuficiencia respiratoria aguda generada por el virus, se disparó; así como su precio por unidad: pasó de 15 mil a 70 mil dólares en el mercado internacional.

En el Perú, con más de 110.000 infectados y 3.200 muertos por coronavirus, conseguir una cama UCI con respirador mecánico es una odisea. Las clínicas privadas piden grandes sumas y los hospitales públicos no tienen suficientes equipos para atender la demanda.

Por ello, a principios de abril, el Gobierno compró medio millar de estas máquinas a China, sin embargo, dada la actual coyuntura internacional, su llegada se ha retrasado, complicando la situación de miles de pacientes hospitalizados.

Así, ante la urgencia de tener estos equipos, un grupo de ingenieros, programadores y técnicos electrónicos del Departamento de Investigación y Desarrollo de la Dirección de Alistamiento de la Marina inició la construcción de un prototipo de respirador mecánico con un sistema de control por presión positiva para asistir a pacientes.

El proyecto fue bautizado como ‘Samay’, palabra quechua que significa respira. En solo 7 días, estos técnicos, junto con ingenieros de la UPC y bajo la asesoría del Centro Médico Naval, lograron replicar la dinámica pulmonar a través de la ingeniería inversa aplicada a un ventilador Hamilton C2, un prototipo capaz de ser fabricado con sistemas industriales y componentes locales, y que puede ser fácilmente replicado en el tiempo que dure la emergencia.

“El prototipo fue denominado MK Cero, y con él demostramos el concepto de la funcionalidad de un ventilador mecánico. Con el ingeniero Nicolás Vinces y el equipo técnico logramos desarrollar la dinámica pulmonar, el ciclo respiratorio, el volumen, el aire que se exhala e inhala y los tiempos”, explica el capitán AP Jorge Orrego, piloto con maestría en Robótica y Optoelectrónica y director del programa.

A MK Cero se le adicionó un controlador lógico programable (PLC), que es el cerebro del respirador y se encarga de automatizar todos los procesos, una pantalla táctil para monitorear la presión, un UPS con autonomía de hasta dos horas en caso se vea interrumpido el fluido eléctrico, un calibrador para ver los parámetros en los que trabaja el sistema y un pedestal para hacer fácil su transporte.

“Se trata de un sistema compacto. Esto nos permite verificar que una vez que hacemos la fase de investigación y el prototipo cumpla con los parámetros, se pase a la parte de producción”, indica Nicolás Vinces, profesor de Mecatrónica de la UPC.

Ambos resaltan que la ventaja de los aparatos es su facilidad de actualización para permitir un control más automatizado.

“La siguiente mejora es que lo hagamos inteligente. Es un respirador básico, pero ya con sensores que se van a liberar con el tiempo y poner disponibles en el mercado, no va a tener nada que envidiar a componentes de alta gama”, explica Orrego.

El equipo de investigación está conformado además por el ST2 Edgar Rojas, especialista en sistemas de control de movimiento y armas, y el ingeniero electrónico Paulo Fernández, con maestría en Ciencias Electrónicas y encargado de la programación de los equipos.

Pasa las pruebas

El pasado 21 de marzo, cuando la emergencia apenas asomaba con 318 infectados y 5 muertos, ‘Samay’ pasó su primera prueba en el Centro Médico Naval, donde se determinó la capacidad real del volumen y presión que debería controlar. En los días siguientes, las pruebas continuaron con un equipo de calibración y un pulmón artificial.

El 2 de abril, representantes del Centro Médico Naval, personal especializado de la Dirección General de Gestión de Riesgo y Desastres del Minsa, de la Dirección Ejecutiva de Dispositivos Médicos y del Instituto de Evaluación de Tecnología y Salud e investigación de EsSalud le dieron el visto bueno a ‘Samay’, al cumplir con las expectativas.

Al día siguiente, la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (Digemid) autorizó al Centro Médico Naval de la Marina la fabricación y uso del respirador artificial básico, mientras dure la emergencia por amenaza del Covid-19.

Y hace unos días, la Marina entregó 10 de estas unidades al Comando Covid-19, y a principios de junio se tiene previsto otro lote de 100 ventiladores, dando así la oportunidad de vivir a más peruanos.

Industrial

Expertos en telecomunicaciones, mecánica naval y electrónica se encargan de armar el cableado interno de ‘Samay’. La Marina fabrica los componentes metálicos y conectores. En el ensamblado se incluyen un manómetro y válvulas de presión de flujo.

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Licenciado en periodismo por la Universidad Jaime Bausate y Meza. Con interés en temas policiales, sociales y violencia de género. Videorreportero multitasking de la Unidad de Respuesta Periodística Inmediata de La República (URPI-LR).