Política

Congreso: Alejandro Soto compró casa por US$252.000 con presunto dinero obtenido de estafa

Residencia de ensueño. Tres años después de haber engañado a la empresa donde trabajaba, vendiéndole un terreno por US$265.000 cuando le había costado US$5.000, Alejandro Soto adquirió una lujosa residencia en el distrito de San Jerónimo, Cusco

Alejandro Soto es sindicado de adquirir una lujosa residencia en el distrito de San Jerónimo, Cusco, con dinero proveniente de estafa, presuntamente. Foto: Antonio Melgarejo/La República
Alejandro Soto es sindicado de adquirir una lujosa residencia en el distrito de San Jerónimo, Cusco, con dinero proveniente de estafa, presuntamente. Foto: Antonio Melgarejo/La República

Fue en diciembre del 2012 que Alejandro Soto Reyes vendió un terreno por US$265.000 a la empresa donde trabajaba como asesor legal, Transportes Waynapicchu. Lo hizo ocultando que ocho meses antes había adquirido el mismo predio por US$5.000 a una comunidad campesina.

Menos de tres años después, Soto compró un lujoso inmueble el 20 de octubre del 2015, por US$252.000, ubicado en el distrito cusqueño de San Jerónimo. ¿De dónde obtuvo el dinero para pagar al contado, según la partida respectiva de Registros Públicos?

El presidente del Congreso efectuó la adquisición cuando la empresa donde trabajaba aun no había descubierto que fue víctima de un timo.

En efecto, recién en 2017, cuando un nuevo directorio asumió la conducción de Transportes Waynapicchu, y ordenar una auditoría de su patrimonio, descubrió la maniobra de Soto. Por eso lo denunció por estafa y falsedad genérica.

Transportes Waynapicchu detectó que Alejandro Soto, en complicidad con miembros del anterior directorio, hizo que la empresa pagara US$265.000 por un predio por el que él había abonado US$5.000 a unos pobres campesinos.

Es muy probable que los US$265.000 que Soto obtuvo por la venta del terreno luego los destinara a la adquisición de la residencia por US$252.000. No existe en la partida registral respectiva que Soto haya pagado dicho inmueble mediante una hipoteca.

La fiscal Ethel Marquina Rodríguez pidió una pena de 8 años y 8 meses para Soto. Pero el 21 de julio de este año, cuando el juez cusqueño Carlos Morán Gil tenía que sentenciarlo, el congresista se acogió a la prescripción del caso en aplicación de la Ley n° 31751 (ahora llamada ley Soto).

De este modo, el juez Morán aceptó la solicitud de Soto, y así salvó de una condena de prisión, en aplicación de una ley que el mismo legislador promovió y por la que votó, como ha demostrado este diario.

Alejandro Soto: residencia en San Jerónimo

Pero la decisión del juez Morán no implica que no existió el delito, como lo acreditó fehacientemente la fiscal que investigó el caso, Ethel Marquina Rodríguez. La prescripción no implica absolución.

La autoridad comprobó que Alejandro Soto, en complicidad con el exgerente de Transportes Waynapicchu, Mario Sequeiros Fajardo, embaucó a esta empresa con la venta de un terreno por US$265.000, cuyo valor original fue de US$5.000. ¿Con este dinero adquirió la residencia de San Jerónimo?

Vinculado. Exgerente general Mario Sequeiros Fajardo. Foto: difusión

Vinculado. Exgerente general Mario Sequeiros Fajardo. Foto: difusión

La República en repetidas ocasiones solicitó al presidente del Congreso una entrevista para que explique con qué fondos pagó US$252.000 al contado por el inmueble que consigna como su domicilio, pero no respondió, ni siquiera para decir que no quería hacer comentarios.

De la denuncia de la fiscal Ethel Marquina Rodríguez se desprende que Alejandro Soto pudo haber usado el dinero que obtuvo de la venta del terreno de la comunidad campesina para la adquisición de la residencia en el distrito de San Jerónimo, Cusco.

 El Corredor. Juan Durand Gonzales fue usado por Soto. Foto: difusión

El Corredor. Juan Durand Gonzales fue usado por Soto. Foto: difusión

En el expediente judicial contra Soto, documentación a la que tuvo acceso este periódico, está descrito cómo el actual presidente del Congreso burló a Transportes Waynapicchu.

El 24 de diciembre del 2012, el presidente del Directorio de Transportes Waynapicchu, Cristóbal Mora Soto, el gerente general, Mario Sequeiros Fajardo, y el corredor de la inmobiliaria Los Faros, José Durand Gonzales, suscribieron contrato por un terreno de la comunidad campesina de Ayarmaca Pumamarca, en San Sebastián, por US$265.000. En realidad, José Durand era la pantalla del verdadero dueño del terreno, Alejandro Soto.

Según la imputación de la fiscal Ethel Marquina, Alejandro Soto impulsó la adquisición del terreno a la empresa Transportes Waynapicchu en complicidad del gerente general, Mario Sequeiros Fajardo. Soto y Fajardo ocultaron al Directorio que el verdadero propietario era el primero.

Esta boca es mía

En 2017, luego de recibir los informes de auditoría sobre la compra fraudulenta, la Junta General de Accionistas de Transportes Waynapicchu denunció al expresidente del Directorio Cristóbal Moraly al exgerente general Mario Sequeiros Fajardo, además de la contadora Datne Flores Medina, y al mismo Alejandro Soto. Es decir, dos años después que este se comprara la residencia por US$252.000.

 La residencia. El enorme inmueble ubicado en el distrito de San Jerónimo, que compró Alejandro Soto Reyes, luego de haber participado de un caso de estafa, según la Fiscalía. Foto: Luis Álvarez/La República<br><br>

La residencia. El enorme inmueble ubicado en el distrito de San Jerónimo, que compró Alejandro Soto Reyes, luego de haber participado de un caso de estafa, según la Fiscalía. Foto: Luis Álvarez/La República

El inmueble de tres pisos y de aproximadamente 180 metros cuadrados está ubicado en una zona exclusiva del distrito de San Jerónimo y a 20 minutos de la plaza de Armas del Cusco.

En su declaración ante la Fiscalía, Alejandro Soto no negó su participación en los hechos. Más bien se quejó porque cinco años después de lo sucedido Transportes nunca le dijo nada. Así lo manifestó:

“Durante cinco años no recibí ninguna carta notarial ni de otra índole en la que tengan alguna reclamación respecto a la compraventa antes indicada. La venta del terreno se realizó a través de la inmobiliaria Los Faros, que puso como asesor de ventas a Juan Durand Gonzales, precisando que la empresa denunciante compró el terreno por acuerdo del Directorio”.

 La inmobiliaria <strong>Los Faros</strong> y José Durand Gonzales, suscribieron contrato por un terreno de la comunidad campesina de Ayarmaca Pumamarca, en San Sebastián. Foto: Luis Álvarez/La República

La inmobiliaria Los Faros y José Durand Gonzales, suscribieron contrato por un terreno de la comunidad campesina de Ayarmaca Pumamarca, en San Sebastián. Foto: Luis Álvarez/La República

Empero, el corredor inmobiliario Juan Durand Gonzales lo delató. Esto es lo que declaró:

Me dedico al corretaje inmobiliario y en ese entonces laboraba para la empresa inmobiliaria Los Faros y le tocó atender a Alejandro Soto Reyes por el terreno ubicado en el distrito de San Sebastián. Se hizo la respectiva publicación de su terreno. Luego vinieron cuatro personas que decían que eran de la empresa Waynapicchu, de la cual no tenía conocimiento. Estas personas estaban interesadas en el terreno, así que les puso en contacto con el propietario (Alejandro Soto), Posterior a esto, tuvieron reuniones para conversar acerca de la compraventa. Todas las reuniones se realizaron en la oficina del propietario (Soto) ubicada en la calle Maruri”.

Contó el corredor de inmuebles a la Fiscalía:

“Firmé la minuta a favor del vendedor (Alejandro Soto) porque (me) dijo que no tenía tiempo ya que viajaba mucho. Luego se les entregó el terreno, y posterior a ello, no (tuve) mayor participación. Cabe precisar que en el procedimiento de venta siempre se contacta con el propietario, con quien fija el precio final, pues la inmobiliaria solo le otorga un precio referencial”.

Soto le pidió al corredor que pusiera su firma para que no fuera identificado como vendedor.

Además, el exgerente Mario Sequeiros admitió que el propio Alejandro Soto fue quien ofertó el predio y también fue de la opinión de comprar el terreno a precio sobrevalorado, cuyo verdadero dueño era el mismo Alejandro Soto: “Fue Alejandro Soto quien dio a conocer acerca del predio que estaba ofertando la inmobiliaria Los Faros y nos puso en contacto con el corredor Juan Durand Gonzales. (El Directorio tomó la decisión de la compra) “con las opiniones de la asesora contable Datne Flores Medina y el asesor legal Alejandro Soto Reyes”.

Los cómplices de Alejandro Soto, Mario Sequeiros, Datne Flores y Juan Durand, también se beneficiaron con la ley Soto.

Testigo ratifica que empresa fue engañada

El exfiscalizador de Waynapicchu Alejandro Sequeiros Fuentes confirmó la estafa de Alejandro Soto.

“La empresa desconocía quién era el propietario del predio y los únicos que intervinieron en dicha compra fueron el exgerente Mario Sequeiros y la contadora Datne Flores”.

“Cuando le preguntaron al presidente del Directorio, Cristóbal Mora, este le manifestó que el terreno ya había sido adquirido por Sequeiros y Flores. Luego se enteraron de que era de propiedad de Alejandro Soto”, indicó.

La lujosa propiedad

larepublica.pe

La estafa fue en 2012; y en 2015, Alejandro Soto adquirió el inmueble en San Jerónimo por US$252.000 de un solo golpe.

Alejandro Soto mintió en declaración jurada para postular al Congreso

Mientras La República informaba sobre las maniobras del presidente del Congreso para hacerse acreedor de más de $250 000, el dominical de Panorama reveló que, el titular de la Mesa Directiva , presentó una declaración jurada en la que afirmó no tener ninguna deuda por concepto de reparación civil.

De acuerdo con un informe periodístico, Soto mintió. En el 2016, el Quinto Juzgado Civil de Cusco le ordenó el pago de S/10.000 por el delito de difamación agravada contra el comandante PNP Nilo Chávez Luna, y este monto no fue cancelado hasta el año en que postuló al Congreso. Tal hecho cobra relevancia al tener en cuenta que una persona que presenta deudas por reparación civil no puede postular al Parlamento.

El dato

¿Con qué dinero Alejandro Soto adquirió el inmueble por US$252.000? La compra se hizo dos años después que vendiera fraudulentamente el terreno por US$265.000.