¿Contra el crimen? Trump despliega a la Guardia Nacional y critica a las ciudades de la región
Donald Trump comparó la seguridad de Washington D. C. con la de ciudades en América Latina, catalogándolas como "las peores del mundo". Pero, ¿qué tan real es su afirmación?
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Donald Trump aseguró que la violencia per cápita registrada en Washington D.C. es mucho peor que en Lima, Bogotá, Ciudad de México o Bagdad: “¿Quieren vivir en lugares asi?", cuestionó, con las cifras impresas, y las catalogó como "las peores del mundo". De esta forma, el presidente de Estados Unidos buscaba justificar el despliegue de la Guardia Nacional para detener las supuestas olas de criminalidad, en una maniobra para reubicar "inmediatamente" a la gente sin hogar lejos del centro de la ciudad.
Trump aseguró en una conferencia de prensa en la Casa Blanca que las medidas impuestas buscan proteger a su nación. Expertos, no obstante, consideran que se trata de una política interna para ganar popularidad y una respuesta para evitar que Estados Unidos llegue a situaciones similares a las de países como Brasil, Costa Rica, Panamá e Irak, a los cuales también mencionó.
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Un informe del Departamento de Policía Metropolitana de Washington D.C. (MPDC, por sus siglas en inglés) revela que la ciudad presenta una elevada tasa de homicidios, considerando que en todo Estados Unidos esta se ubicó en 6,3 por cada 100,000 residentes. En comparación, Washington D.C. tiene 27 homicidios por cada 100,000 habitantes, lo que atenúa, en cierta medida, la afirmación de Trump. No obstante, los datos preliminares de 2025 muestran una caída considerable respecto a este mismo periodo del año anterior.

En comparación con otros crímenes violentos, el homicidio presenta cifras relativamente bajas. Foto: Factchequeado/ Policía Metropolitana de D. C.
América Latina y el Caribe, que representan solo el 8% de la población mundial, concentran un tercio de los homicidios a nivel global, destacando la grave crisis de seguridad que enfrenta la región. Este problema no es homogéneo, ya que una gran parte de estos crímenes se concentra en unos pocos países. Según los informes del Fondo Monetario Internacional y del Banco Interamericano de Desarrollo, Brasil, Colombia y México, que albergan cerca del 60% de la población regional, son responsables del 70% de los homicidios, lo que los convierte en los epicentros de la violencia en la región.
El informe del FMI señala que la violencia y la inseguridad son obstáculos cruciales para el desarrollo de la región latinoamericana. El crimen violento, alimentado por la disponibilidad de armas y el crimen organizado, debilita las instituciones y el Estado de derecho. Esta situación socava la confianza de la población en la capacidad de sus gobiernos para garantizar la seguridad, convirtiéndose en una barrera significativa para la prosperidad de la región.
La violencia en América Latina y el Caribe es un problema grave. Aunque la atención se centra en la alta concentración de homicidios en países como Brasil, Colombia y México, y el aumento en Ecuador, la inseguridad es una preocupación que afecta a toda la región. Chile y Perú tienen menos homicidios; sin embargo, el crimen sigue afectando la confianza de la población en el gobierno y en la sociedad.
¿Qué tan inseguro es América Latina?
Las declaraciones de Donald Trump y la creciente preocupación por la seguridad en América Latina han abierto la posibilidad de analizar con más detalle los aspectos relacionados con la seguridad en cada país. En Lima, Perú, existen pocos informes detallados sobre los homicidios; sin embargo, en 2024, SINADEF confirmó que, para noviembre de ese año, se superaron las 1,800 muertes, convirtiéndolo en el peor año de los últimos ocho en cuanto a esta causa de muerte. Además, un informe de COMEX señaló que la delincuencia común ha escalado en los últimos años, siendo el uso de armas de fuego la principal herramienta para llevar a cabo robos y agresiones que terminan en crímenes fatales.
En línea con ello, Rubén Vargas, exministro del Interior peruano, asegura que los desafíos que afronta la seguridad en Perú actualmente responden a "un gobierno a la deriva, que no ha podido construir una estrategia ni proponer medidas para enfrentar el desborde criminal".
Respecto a emular alguna estrategia de seguridad efectiva en América Latina, como la de El Salvador, por ejemplo, Vargas considera que "no existen fórmulas mágicas que vayan a salvar al Perú de este problema". Además, asegura que, si el gobierno entrante no cuenta con firmeza y una lectura clara de la magnitud del problema, "seguiremos viendo uno complaciente con las economías".
En Bogotá, se registró un incremento del 7,1% en los homicidios entre enero y mayo, en comparación con el mismo periodo del año anterior, según el reporte de la Secretaría Distrital de Seguridad, Convivencia y Justicia. La oficina gubernamental también indicó que la principal causa de los homicidios en la ciudad, con un 50% de los casos, es la lucha por el control del narcotráfico. Con el paso del tiempo, Bogotá se ha convertido en un mercado atractivo para la venta de estupefacientes, lo que ha provocado disputas violentas entre bandas criminales por el control de las "ollas" o puntos de venta de drogas.
Las comunes de la inseguridad en América Latina es la delincuencia común y los hurtos, además de la presencia de estructuras criminales y grupos armados. Los factores sociales que pueden desencadenar la criminalidad, según informes de "Bogotá Cómo Vamos" y otras entidades como el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE, por sus iniciales), son la pobreza a nivel general, las altas tasas de desempleo y la informalidad laboral.

En 2025, en Colombia, la tasa de homicidios en hombres es del 7,3%, mientras que en mujeres es del 0,8%.
En México, entre octubre de 2024 y abril de 2025, se registró una disminución del 25% en los homicidios diarios, según reportes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y el gobierno de México. Asimismo, se destacó que la pobreza es uno de los factores que inciden en la inseguridad. Según el informe más reciente y detallado del Consejo de Evaluación de la Ciudad de México (EVALÚA CDMX), en colaboración con el CONEVAL, se documentó que, en 2022, aproximadamente 5,84 millones de personas vivían en situación de pobreza, lo que resalta la desigualdad como una variable clave de vulnerabilidad social.
La tasa de informalidad laboral y el desempleo juvenil son factores que pueden exponer a la población mexicana a la delincuencia. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), en el cuarto trimestre de 2024, la tasa de informalidad laboral en México se ubicó en un 54.5%, lo que representa a aproximadamente 32.4 millones de personas con trabajos en condiciones precarias.
Según Vargas, los países mencionados por Donald Trump se caracterizan por tener contextos desbordados por la criminalidad, donde las líneas del Estado son "cada vez más estrechas, cada vez más débiles", calificándolos además de "fallidos".
La percepción de Donald Trump sobre la inseguridad en América Latina, según expertos
La migración en Estados Unidos puede estar generando un prejuicio en Donald Trump respecto a que América Latina cuenta con ciudades inseguras. Esta afirmación es respaldada por el analista político Francisco Belaúndez, quien señaló que la coyuntura de los cárteles latinoamericanos podría ser el verdadero motivo por el que Trump mencionó a Perú, México, Brasil, Colombia, Costa Rica, Panamá e Irak.
Sin embargo, pese a que el experto considera a América Latina como una región "sumamente violenta", debido a que existen más muertes que en lugares donde hay guerras a raíz del crimen organizado, destaca que las declaraciones de Trump responden a "un tema interno", lo que considera una falta diplomática, aunque no cree que llegue a mayor escala.
Esta estrategia de Trump desencadenó la reacción de líderes de algunos de los países que mencionó. En México, Claudia Brugada, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, catalogó a Trump de "mal informado", asegurando que "en muchas ciudades del mundo quisieran tener la tasa de homicidios registrada en México".
Por otra parte, en Brasil, las autoridades del Distrito Federal de Brasilia aseguraron que las declaraciones de Trump "no reflejan la realidad de la capital brasileña". Según datos del Departamento de Seguridad Pública del distrito, en Brasilia hay 6,9 homicidios por cada 100,000 habitantes, lo que permite un análisis sobre qué tan veraz es la información de Trump al incluir a esta ciudad entre "las peores del mundo".
En el caso de Colombia, Petro declaró contra Trump y aseguró que "su país es uno de los pocos lugares en los que los niños no mueren de hambre". Aunque no comentó directamente sobre el crimen violento, afirmó que "si no conoce Bogotá, no puede saberlo" (haciendo referencia a su afirmación sobre la inseguridad).
De acuerdo a Óscar Vidarte, internacionalista y experto en derecho, el hecho de que Trump haya incluido en este listado exclusivamente a ciudades de América Latina, excepto Irak, refleja "la narrativa completamente negativa que tiene respecto a la región".
Finalmente, señala que Trump es un presidente que no tiene mucha consideración por América Latina. Él lo considera como una "pena" debido a que estos países, especialmente Perú, cuentan con una serie de intereses en los que podrían trabajar; sin embargo, parece que a nivel bilateral no existe un interés por parte de Estados Unidos, y eso podría cerrar muchas puertas.
El efecto de las declaraciones de Donald Trump
A pesar de que las afirmaciones de Trump respecto a algunas ciudades de América Latina hayan sido superficiales y carezcan de sustento, lo que ha llevado a un posterior análisis sobre su veracidad, los expertos consideran que, por ejemplo, Perú ya está "en el saco de México, Colombia o Ecuador". Así, bajo esta premisa, se cataloga un punto de no retorno, del cual se debe tomar acción; sin embargo, dependerá de lo que haga el próximo gobierno, uno que sea capaz de garantizar seguridad, según apunta el exministro Rubén Vargas.
A modo de contraste, Belaunde señala que no todos los países mostraron reacciones adversas tras las declaraciones de Donald Trump. El ejercicio diplomático no se ve muy afectado, debido a que, según el propio experto, los países ya saben que el presidente de Estados Unidos es un "tipo imprevisible" a la hora de brindar declaraciones.
En línea con ello, para Óscar Vidarte, resaltando las posibles afecciones a nivel comercial y cooperativo, señaló que las relaciones bilaterales no dependerán mucho de las declaraciones de Trump, sino de otro tipo de dinámicas, negando así cualquier tipo de consecuencia.
En un contexto donde quizás las relaciones de Trump se basen en temas económicos (específicamente en la imposición de aranceles), el presidente estadounidense ha adoptado un estilo agresivo y unilateral, impulsado por su ideología "America First". Esta postura ha tenido tanto efectos positivos como negativos, repercutiendo en aspectos como la migración, la economía y el combate al crimen organizado.
Donald Trump ha buscado siempre ser aliado de gobiernos que compartan su visión, y es por ello que ha generado grandes alianzas con países que adoptan la ideología de derecha, como el caso de Argentina y El Salvador. En la otra cara de la moneda, ha sido firme respecto a las posturas con gobiernos a los que considera autoritarios, como el caso de Venezuela —con una conexión especial con Nicolás Maduro—, además de presentar rechazo hacia Cuba y Nicaragua mediante medidas que prohíben cierto tipo de actividades que involucren a dichos países con Estados Unidos.
En Perú, Belaunde considera que las relaciones diplomáticas no tendrán mayor consecuencia, ya que lo consideran un tema netamente interno de Trump y no un mensaje que pueda desencadenar tensiones que rompan la conexión entre países. Vidarte, de igual manera, considera que las declaraciones del presidente no afectan sus intereses. Vargas, por su parte, concluye que la ineficacia del gobierno actual impide que se tomen cartas en el asunto.
Las últimas relaciones entre Estados Unidos y Perú, basadas en ámbitos de seguridad espacial, intercambio comercial y motivos conmemorativos, han permitido que ambos países mantengan relaciones fructíferas. Por lo tanto, una declaración, tal vez sosegada, no generará un mayor impacto en la relación peruano-estadounidense.

























