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Crisis económica argentina llega a peruanos residentes: “Ahora tenemos que ajustarnos para sobrevivir"

Ajustados. Con las últimas cifras de la pobreza alcanzando al 57% de la población de Argentina, los peruanos residentes en ese país sienten el golpe de la crisis económica, dejan de comprar artículos de primera necesidad y, mientras esperan que la situación se resuelva, advierten con preocupación: “Dicen que lo peor está por empezar”.

Hambre. Los comedores comunitarios en Argentina reciben cada vez más personas debido a la crisis.  Foto: difusión
Hambre. Los comedores comunitarios en Argentina reciben cada vez más personas debido a la crisis. Foto: difusión

A la hija menor de Fanny Jáuregui (51) le encantan los ravioles. Son su platillo favorito. Fanny y su esposo son dos padres engreidores y hasta hace algún tiempo se las arreglaban para cocinarle ravioles a la nena dos veces a la semana.

Pero ya no. Fanny dice que se han convertido en un producto de lujo. La caja de medio kilo cuesta 4.000 pesos (algo menos de 5 dólares). Ahora prefieren ahorrar esa plata y gastarla en alimentos proteicos. “Carne no. La carne está por los cielos. Compramos milanesa”, dice.

Fanny se crio cerca del jirón Cárcamo, en el Cercado de Lima. A los 20 años se fue con sus hermanos a Buenos Aires, buscando trabajo, escapando de la delincuencia y el terrorismo. Allí se casó, formó una familia y se convirtió prácticamente en una argentina más (hasta perdió sus ahorros en el “corralito” de 2001).

Ahora tiene miedo. La asusta que el empobrecimiento de la sociedad argentina, que se ha profundizado en los últimos meses, lleve al país a repetir las escenas de terror que se vivieron en la crisis de 2001. “La gente se metía a robar comida a los locales, a los supermercados. Se levantaba en las calles. Eso me da miedo”, dice.

 Hambre. Los comedores comunitarios en Argentina reciben cada vez más personas debido a la crisis. Foto: difusión

Hambre. Los comedores comunitarios en Argentina reciben cada vez más personas debido a la crisis. Foto: difusión

Fanny es uno de los aproximadamente 300.000 peruanos que viven en ese país. Trabaja como cocinera en la casa de un funcionario público. Su esposo, también peruano, labora en obras de construcción y haciendo taxi. Las recientes medidas de ajuste dictadas por el Gobierno de Javier Milei los han afectado. No al punto de dejarlos en la lona, dice, pero sí obligándolos a reorganizar la economía familiar. Hay productos de primera necesidad que ya no pueden comprar o que compran menos.

“Es tremendo. La carne que costaba 1.500 pesos, 2.000 pesos el año pasado, hoy es impagable, de 8.000 pesos para arriba. El pan antes estaba 300 pesos el kilo, lo más caro, 500, y ahora está 1.500 el kilo, lo mismo que un sachet de leche. Las facturas [una especie de pastelitos] estaban 500, 600 pesos, y ahora están 1.500. Ya no compramos facturas y casi no compramos pan. En el desayuno comemos fruta, tomamos licuados”, dice.

Las cuentas de la luz también han subido en casa de Fanny (en mayo del año pasado pagaban 200 pesos, dice, y hoy pagan cerca de 20.000). Está gastando 10 veces más por el boleto del colectivo para ir a trabajar. “Se han disparado los precios y los sueldos se han congelado. Yo gano 250.000 pesos al mes y cada vez me alcanza menos. Mi marido tiene que trabajar muchas más horas porque la gente toma menos taxi. Yo tengo miedo de perder el trabajo. No puedo reclamar para que me den aumento. De repente me reemplazan con alguien para pagarle menos”, dice.

 Alza. Los precios de los diferentes cortes de la carne se han disparado en el país. Foto: difusión

Alza. Los precios de los diferentes cortes de la carne se han disparado en el país. Foto: difusión

El momento más duro

La pobreza en Argentina sigue creciendo. De acuerdo a los últimos datos del Observatorio Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), en enero de este año, el 57,4 % de los argentinos estaban por debajo de la línea de la pobreza, 13 puntos más que a finales del año pasado. Es la cifra más alta desde que esta institución comenzó a recopilar estos datos, en 2004.

El informe del Observatorio Social anotó que este incremento se explica por la fuerte devaluación que llevó a cabo el Gobierno de Milei, que disparó los precios de la canasta básica, mientras que los ingresos de la población continuaron estancados. En febrero, el salario mínimo estaba en 180.000 pesos, pero el costo de la canasta básica familiar fue de 690.000.

En una entrevista, el presidente argentino señaló que, pese a todo, la inflación está bajando, pero reconoció que los costos sociales eran fuertes y adelantó que “el momento más duro será entre marzo y abril”. Después, dijo, vendrá el rebote.

“Vamos a tener que aguantarnos tres o cuatro meses más, esto recién está comenzando y ahora viene lo más fuerte”, dice el peruano Henry Rodas. “Ahora tenemos que ajustarnos para poder sobrevivir”.

Henry vive en el partido Vicente López, a una hora de la capital bonaerense. Tiene esposa y tres niños y trabaja en una fábrica de confecciones. Como todo el mundo en Argentina, acostumbraba hacer asados cada fin de semana con la familia. Tirar unos bistecs, unos chorizos, unas morcillas sobre la parrilla. Pero ahora, dice, ese es un lujo reservado solo para los cumpleaños y otras fechas especiales.

“No hemos dejado de comprar [víveres de primera necesidad], pero estamos comprando menos”, dice. “El pan está carísimo. Los huevos eran lo más barato, casi lo regalaban, y ahora está como 4.000 pesos. La leche, los fideos, todo eso ha aumentado el doble, el triple. Y los servicios también. Para alimentar a una familia promedio debes ganar unos 700.000 pesos. Yo gano un poco menos, pero tengo compañeros que no ganan ni 300.000 ni 400.000”.

A diferencia de Henry y Fanny, otros compatriotas residentes en Argentina han tomado

con mejor ánimo las medidas de ajuste del Gobierno. Una de ellas es Angélica [pidió omitir su apellido], una enfermera que reside en el partido del Pilar, al noroeste de la Ciudad de Buenos Aires. Angélica dice que los culpables de la crisis son los Gobiernos de Cristina Fernández y de Alberto Fernández, que “malacostumbraron a la gente a los subsidios y a la corrupción”.

“Estamos mal, esto va a tomar años en arreglarse, pero prefiero esto a que sigan robando

los de arriba y sometiendo a la gente por un plato de fideos. El país está destrozado, tenemos que trabajar duro para salir”, dice.

En los últimos días, el Gobierno de Milei ha celebrado que la inflación se está moderando gracias a la “disciplina fiscal”, que eliminó los subsidios y redujo muchísimo el gasto estatal. 

Fanny Jáuregui, que se precia de ser un ama de casa bien informada y que analiza la realidad del país, dice que la inflación está bajando simplemente porque la gente no está comprando lo que compraba antes porque no tiene dinero.

“¿La inflación en el país va a bajar? Sí va a bajar. ¿Sabe por qué? Porque no hay consumo”, dice. “Las tiendas están cerrando, porque la gente ya no compra. Va a bajar, claro que va a bajar, pero ¿a qué costo? La gente se muere de hambre. Las familias no pueden pagar el alquiler y terminan en la calle. La inflación está bajando, pero la gente se va a hartar.  Yo no sé si él [Milei] va a terminar su mandato”. 

 Aviso. El presidente Milei advirtió que “el momento más duro” sería entre marzo y abril. Foto: difusión

Aviso. El presidente Milei advirtió que “el momento más duro” sería entre marzo y abril. Foto: difusión

Una comunidad muy trabajadora

Con cerca de 300.000 integrantes, la comunidad de inmigrantes peruanos en Argentina es la cuarta más grande en ese país, detrás de la boliviana, paraguaya y chilena.

Los primeros inmigrantes llegaron en la década del 50. Eran estudiantes atraídos por el alto nivel académico y las facilidades que ofrecían las universidades bonaerenses.

En los 80 se produjo la segunda ola migratoria, conformada, en su mayoría, por personas de estratos sociales bajos, quienes llegaron a este país en busca de oportunidades laborales.

Los peruanos en Argentina constituyen una comunidad muy respetada y trabajadora. Están asentados, sobre todo, en Buenos Aires provincia y en la Ciudad de Buenos Aires.

Datos

291,000 peruanos, aproximadamente, viven en Argentina, de acuerdo al Registro Nacional de las Personas de ese país.

27 millones de personas viven debajo de la línea de la pobreza en ese país, según el Observatorio Social de la Universidad Católica Argentina.