La mortal frontera minada entre Chile y Perú: ¿qué pasó con los 180.000 artefactos explosivos?
Durante la dictadura de Augusto Pinochet, se colocaron miles de minas antipersonales y antitanques para evitar una invasión que nunca ocurrió, pero que dejó cientos de muertos y mutilados.
Francy Mamani Aquino trabajaba de agricultor, tenía 27 años y dos hijos de 2 y 4 cuando falleció intentando cruzar la frontera entre Perú y Chile, el 6 de febrero de 2016. Una bomba antipersona le destruyó la pierna y, pese al intento de los jóvenes que lo acompañaban —le pusieron un torniquete y pidieron socorro—, murió desangrado al poco rato. La onda expansiva hirió incluso su estómago.
Al igual que Mamani, Victorio Perlacios, un taxista de Tacna, pereció cerca del control fronterizo en Cacalluta, Arica, cuando su vehículo pasó sobre una mina y explotó. Dejó dos hijos de 5 y 17 años de edad.
Ambos buscaban un futuro mejor y querían ganar un poco más de dinero, pero no regresaron más por los explosivos que Pinochet esparció en las fronteras durante la dictadura.
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La mortal frontera minada entre Chile y Perú
Se tiene estimado que, durante el gobierno de Augusto Pinochet, se colocaron al menos 180.000 minas en zonas fronterizas con Bolivia, Argentina y Perú. Eran años de tensión en Latinoamérica. En Chile temían una invasión que nunca llegó y solo dejó más de 40 años de muertos y heridos (194 víctimas, según BBC).
En 2002, el entonces presidente de Chile, Ricardo Lagos, firmó la Convención de Ottawa —sobre prohibición de minas antipersonales— y se comprometió a desminar todos los pasos fronterizos.
Pese a que dicho acuerdo también debía reparar el daño causado, recién en el 2017 se promulgó una ley que otorgaba asistencia y pensiones a las víctimas de accidentes por estos artefactos abandonados sin estallar.
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Chile se comprometió que, para 2020, desactivaría todas las minas antipersona. Para ello, constituyeron la Comisión Nacional de Desminado (CNAD) y se encargó la destrucción al Ejército.
Adams Lagos, sargento segundo de Chile, perdió dos dedos del pie mientras trabajaba en la desactivación de una mina el 1 de octubre de 2005, a más de 4.000 metros de altura, cerca de la frontera con Bolivia.
Después de la rehabilitación —que le costó años—, Adams no solo se reincorporó al Ejército, sino que volvió a la misma Unidad de Desminado Humanitario (UDH), conforme reportó BBC.
¿Qué pasó con los 180.000 artefactos explosivos?
Para octubre de 2017, el Ministerio de Defensa afirmaba que se había destruido más de 120.000 artefactos y que despejaron 81 de los 88 campos con los explosivos.
“El reporte es que los militares chilenos han desmontado el 80% de las minas. Estamos hablando de unas 181.000 minas antipersonales y antitanques. Queda un remanente de 16.000 artefactos”, dijo el ministro de Defensa de Bolivia de aquel entonces, Reymi Ferreira.
A finales de 2019, el Ejército de Chile anunciaba un 96,41% en el avance en el desminado tras trabajos de la UDH en Arica, Parinacota, Antofagasta y otros sectores.
El 22 de julio de 2020, Chile anunciaba que culminaba las operaciones en los que “se trató de 200 áreas, en las que fueron destruidas 179.815 minas y liberados más de 27 millones de m2, trabajo especializado en terreno que concluyó el pasado 27 de febrero”.
“Chile es un país con vocación de paz y es en ese contexto que hace más de 20 años asumimos el compromiso de desminar nuestro territorio. Hoy debemos sentirnos orgullosos, ya que Chile cumple con lo que acuerda y hoy nuestro país es más seguro”, puntualizó el canciller de ese momento, Teodoro Ribera.
Sin embargo, en 2022, una mina antipersonal destruyó un vehículo en la frontera entre Perú y Chile, según denunciaron vecinos de Pampa Concordia (Tacna). El Ejército y la Policía de Investigaciones (PDI) corroboró la información y hallaron un auto destruido.