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NASA: descubren agua en el planeta K2-18b por primera vez

El exoplaneta K2-18b tiene un clima similar al de la Tierra y se ha convertido en el primer candidato para un futuro refugio de la humanidad, gracias a observaciones del telescopio de la NASA.

Representación del planeta K2-18b, que alberga vapor de agua en su atmósfera. Imagen: ESA/Hubble.
Representación del planeta K2-18b, que alberga vapor de agua en su atmósfera. Imagen: ESA/Hubble.

Los astrónomos pasaron muchos años buscando un lugar donde la humanidad podría refugiarse luego de dejar la Tierra, y parece que finalmente han encontrado al primer candidato, ya que el telescopio Hubble (NASA y ESA) ha detectado vapor de agua en la atmósfera de un planeta aparentemente de clima templado.

Es la primera vez en la historia que el hombre halla este vital elemento en otro planeta, lo que da inicio a una nueva etapa en la búsqueda de señales de vida fuera de nuestro sistema solar.

Este exoplaneta, llamado K2-18b, está ubicado a 110 años luz de la Tierra y se encuentra en la “zona habitable” de su estrella. Según el estudio publicado este miércoles en la revista Nature Astronomy y difundido por la NASA, el descubrimiento lo lleva al rango de “mejor candidato” para la búsqueda de vida extraterrestre.

“Hallar agua en un mundo potencialmente habitable (...) nos acerca a la respuesta a la pregunta fundamental: ¿la Tierra es única?”, expresó Angelos Tsiaras, del University College de Londres y coautor del estudio.

Las observaciones del telescopio espacial Hubble efectuadas entre 2016 y 2017 “nos permitieron descubrir que el planeta posee una atmósfera y que ésta contiene vapor de agua: dos buenas noticias en cuanto a la habitabilidad del planeta”, explicó a la AFP Giovanna Tinetti, coautora del estudio.

“No se puede deducir que haya agua líquida en la superficie del exoplaneta pero creo que es muy posible”, destacó la astrofísica.

El hecho de que el planeta K2-18b esté situado en la “zona habitable” de su estrella quiere decir que no está demasiado lejos ni demasiado cerca de su fuente de calor. Está en un área donde la temperatura permite que el agua exista en estado líquido, lo que podría permitir el desarrollo de la vida tal y como la conocemos. Por lo tanto, tiene una temperatura similar a la de la Tierra.

Un viejo conocido

Este exoplaneta fue hallado en 2015 por el telescopio espacial Kepler de la NASA mientras orbitaba su estrella K2-18, una enana roja situada en la constelación de Leo, a 110 años luz del sistema solar (un año luz equivale a 9,46 billones de km).

Está seguramente compuesto por silicatos, como la Tierra, Marte y Venus, y de hielo. Además, es ocho veces más grande que la Tierra, es decir, es una “Supertierra”, como todos los exoplanetas con una masa comprendida entre 1 y 10 veces la de nuestro planeta.

Aún se debe determinar la cantidad de vapor de agua presente en la atmósfera de K2-18b, la presencia o no de indicios de química orgánica, de oxígeno, de ozono, etc.

No obstante, el estudio sugiere que entre el 20 y el 50 % de la atmósfera del planeta podría ser vapor de agua. Teniendo en cuenta que el vapor de agua en la atmósfera de la Tierra varía entre 0 y 5 %, se deduce que K2-18b sería un lugar bastante húmedo.

K2-18b tendría una atmósfera aún más húmeda que la de la Tierra. Imagen: NASA.

K2-18b tendría una atmósfera aún más húmeda que la de la Tierra. Imagen: NASA.

“Por ahora, el único planeta que conocemos que alberga vida es la Tierra. Pero esto no quiere decir que para ser habitable, un planeta deba ser a la fuerza exactamente como ésta”, según Tinetti.

La nueva era de Supertierras

La idea de hallar agua en la atmósfera de planetas potencialmente habitables pertenecía a la ciencia ficción hasta hace algunas décadas. Pero la ciencia nos sigue dando pistas sobre la posibilidad de que no estemos solos en el Universo.

Ahora, las expectativas de exploración son más altas y están puestas en los telescopios de nueva generación, como el satélite TESS de la NASA, la misión ARIEL de la Agencia Europea Espacial (ESA) y el Telescopio Espacial James Webb.

“Con todas las nuevas Supertierras que esperamos descubrir en las próximas dos décadas, se trata seguramente del primero de una larga serie de planetas potencialmente habitables”, según Ingo Waldmann, también coautor del estudio.