El cometa 3I/ATLAS aumentó su brillo al pasar detrás del sol mientras el mundo espera su reaparición
Se espera que 3I/ATLAS sea visible desde telescopios terrestres a principios de diciembre, los científicos tendrá más oportunidades de estudio antes de su acercamiento a Júpiter.
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Durante su paso cercano al Sol, el cometa interestelar 3I/ATLAS experimentó un notable aumento de brillo, captado por instrumentos espaciales antes de desaparecer temporalmente del campo de visión terrestre. Este fenómeno fue reportado por investigadores y astrónomos aficionados que monitorean su trayectoria utilizando naves espaciales como SOHO, GOES-19 y la misión PUNCH de la NASA.
El 29 de octubre, el cometa alcanzó el perihelio, el punto más próximo al Sol en su trayectoria, generando un gran interés en la comunidad científica. Su repentina luminosidad, comparable a estrellas de magnitud 9, fue registrada incluso cuando permanecía oculto tras el Sol. Las observaciones permitieron detectar no solo su resplandor, sino también su particular color azul, producto de la emisión de gases al calentarse su superficie.

Los investigadores y el astrónomo Worachate Boonplod siguieron la trayectoria de 3I/ATLAS utilizando datos del satélite meteorológico GOES-19. Foto: CCOR-1/GOES-19/NOAA
¿Por qué el 3I/ATLAS ha llamado tanto la atención?
El 3I/ATLAS es apenas el tercer cometa interestelar jamás identificado, lo que lo convierte en un objeto de enorme relevancia para la astronomía. Su designación "3I" indica que proviene de fuera del sistema solar, siguiendo los pasos de los también famosos 1I/ʻOumuamua y 2I/Borisov.

El perihelio tiene lugar el 30 de octubre, cuando el 3I/ATLAS debería, en teoría, estar en su punto más activo. Foto: Observatorio Gemini
Descubierto en julio, este cometa presenta características extraordinarias: posee una trayectoria recta y plana, diferente a la órbita elíptica de los cometas comunes, y viaja a más de 210.000 kilómetros por hora. Investigaciones recientes, respaldadas por datos del telescopio espacial Hubble, estiman que podría tener hasta 5,6 kilómetros de diámetro. Su velocidad y origen indican que ha cruzado el espacio interestelar durante miles de millones de años, lo que lo posiciona como uno de los cuerpos celestes más antiguos y rápidos jamás observados.
Incluso ha sido objeto de especulaciones en foros científicos y redes sociales, donde algunos sugirieron que podría tratarse de una nave extraterrestre. No obstante, la mayoría de astrónomos lo identifican como un fragmento natural procedente de un sistema estelar distante.
El viaje del 3I/ATLAS alrededor del Sol
Durante octubre, el cometa permaneció fuera del alcance de los telescopios terrestres al situarse detrás del Sol. Sin embargo, fue seguido de cerca por una serie de instrumentos espaciales. El astrónomo aficionado Worachate Boonplod, utilizando imágenes del satélite GOES-19 de la NOAA, lo localizó el 18 de octubre. Según reportó al grupo especializado Comets Mailing List, el cometa era visible y se movía de izquierda a derecha en las imágenes del instrumento CCOR-1, hasta salir del campo visual el 24 de octubre.

El Hubble capturó esta imagen del cometa interestelar 3I/ATLAS el 21 de julio de 2025. Foto: NASA
Otros dispositivos como SOHO, equipado con el coronógrafo LASCO C3, y la misión PUNCH de la NASA también contribuyeron al monitoreo. Estas herramientas, que bloquean la luz solar para estudiar la corona, detectaron un significativo incremento en la magnitud del cometa días antes del perihelio.
Un estudio publicado el 28 de octubre en el servidor arXiv concluyó que el brillo azulado del cometa se debe a la emisión de gases provocada por la sublimación de hielos. Este comportamiento es característico en cometas que se acercan al Sol y forman una cola compuesta por partículas y gases ionizados por la radiación solar.
¿Cuándo y podremos ver al cometa 3I/ATLAS desde la Tierra?
Aunque 3I/ATLAS ha estado oculto por la cercanía al Sol, los científicos anticipan que volverá a ser visible desde telescopios terrestres a comienzos de diciembre. Su reaparición permitirá nuevos estudios sobre su estructura, composición y comportamiento.
Además, se espera que su trayectoria lo acerque a Júpiter en marzo de 2026, donde podría ser detectado por naves que orbitan el planeta gigante. Esta nueva ventana de observación brindará otra oportunidad para analizar un cometa que, según algunas estimaciones, es hasta 3000 millones de años más antiguo que nuestro sistema solar.



















