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Sociedad

Bandas captan cada vez más a menores para robar y matar

Peligroso. La cifra de adolescentes de 14 y 17 años que están implicados en diversos crímenes sigue en incremento. Hay 1.600 recluidos por robos y 230 por homicidio en los centros juveniles.

larepublica.pe
Crímenes que involucraban a menores como autores materiales han ido en aumento. Foto: difusión

‘Josesito’ creció en la Unidad Vigil, en el distrito chalaco de Bellavista, hogar de pandillas, asesinos a sueldo y diversos vicios. Nunca estuvo cómodo en la escuela y tuvo una infancia marcada por la violencia familiar: su padre estuvo seis años preso por tenencia de drogas y también su madre por robo.

José Henry Presiado Alegría, ‘Josesito’, tiene ahora 18 años y, según confiesa, fue el que disparó ocho tiros a Israel San Román Doroteo, alias ‘La Tota’, quien fue asesinado junto a otros cinco miembros de su familia.

Las autoridades se encuentran en alerta por el aumento de delitos que están ocasionando las bandas y organizaciones criminales que captan a delincuentes juveniles. “Aumenta la preocupación en la Policía porque cada vez hay más sicarios jóvenes y adolescentes en las calles y actúan con más frecuencia”, admite un oficial.

De acuerdo con el Programa Nacional de Centros Juveniles (Pronacej), este año se reportan 3.290 delincuentes, cuyas edades fluctúan entre los 14 y 21 años internados en los diversos locales de rehabilitación y diagnóstico juvenil. De ellos, el 93% son varones, 3.044 están sentenciados y 246 procesados.

Muchos de ellos son muy violentos. “Los líderes de las bandas y organizaciones criminales buscan cada vez más a más menores, porque son fáciles de influenciar, acceden con facilidad a lo que se les ofrece”, explica el exjefe de la División Antisecuestros y experto en seguridad Jorge Mejía Asanza.

Hay 230 homicidas

Un reciente informe del Poder Judicial señala que del total de internados, el 50% (1.600) está por robo, mientras que el 17% se encuentra por violación sexual a menores y el 7% (230) por homicidio. Sus vidas han pasado los límites, la mayoría ha robado, muchos han matado, todos siguen cerca de morir.

Tienen 14, 16, 17 años. El miedo es, en ellos, descontrol y se transforma en furia, esa que asusta en lo cotidiano a los limeños y chalacos, cuando estos adolescentes salen a robar o matar sin remordimiento.

Pero ¿se hace algo para evitarlo? El Estado tiene la obligación de reinsertarlos a la sociedad, de darles atención y oportunidades, pero no se cumple.

Los especialistas en el problema de la violencia juvenil coinciden en que los chicos se convierten en delincuentes empujados en buena medida por su contexto social y que es ese que hay que intentar modificar.

Penas son severas

El asesinato perpetrado contra seis personas, entre ellas dos menores en San Miguel, configuraría el delito de sicariato, que es sancionado con una pena que va en su extremo mínimo de 25 a 35 años y puede llegar hasta cadena perpetua si concurren circunstancias agravantes. Así lo explicó el juez Luis del Carpio Narváez, integrante del Primer Juzgado Penal Colegiado Nacional.

Señaló que, de acuerdo con el artículo 108-C del Código Penal, en el delito de sicariato concurren estos agravantes: si participan menores de edad como perpetradores materiales o si es cometido por una organización criminal. Hace falta un plan para acabar con este problema.

Adolescente asesinó a tiros a regidor en zona de Tumbes

La División de Homicidios identificó a A. A. P. L. como el adolescente de 15 años que asesinó al regidor de Zarumilla (Tumbes) Leonardo Aníbal Aguato Zapata (46). Este delincuente juvenil conocido como ‘Coco’ le disparó cuatro tiros y huyó en una motocicleta que conducía Abel Fabián Cruz Ascona, de 18 años.

Jóvenes estuvieron involucrados en asesinato en Tumbes. Foto: composición LR

‘Abelito’, como es llamado este último delincuente a sueldo, está detenido por otros dos asesinatos perpetrados en Zarumilla contra Moisés Aarón Vinces Ruiz (27) y Julissa Izquierdo Ruiz (40). En ese ataque también resultó herido Carlos Augusto Martínez Valladares.

La Policía teme que el autor material del crimen haya fugado a Ecuador.

No exaltar actitudes negativas de los niños

Enfoque. Carlos Bromley, médico psiquiatra

Desde la temprana infancia, estas personas crecen con patrones de conducta antisocial y conflictiva que no solo reproducen, sino que estos son incorporados e integrados dentro de su personalidad. Aprenden a ser violentos, no se compadecen, toman lo que no les corresponde y hasta lo suponen justificable y legítimo.

La mayoría tiene rasgos de trastorno psicopático, porque anexan y asimilan a su personalidad, patrones de conducta disociales.

Los sicarios se pueden detectar desde las primeras etapas de la infancia, por ejemplo, cuando golpean, maltratan y matan a un insecto o un ave sin sentir remordimiento; desde pequeños van mostrando agresividad y limitado sentimiento de culpa por los actos que cometen.

Descubrir ese tipo de conductas en el niño debe ser ocasión de un tratamiento psicológico inmediato, puesto que es terreno fértil para convertir a ese niño en infractor y potencial sicario. De ninguna forma se debe celebrar o exaltar las actitudes negativas y transgresoras que realiza el niño a esa edad.

Evaluación psicológica de ‘Josesito’

José Henry Presiado Alegría, alias ‘Josesito’, viene de un hogar disfuncional. Su padre estuvo preso por drogas y su madre también, por robo, tres veces.