El satélite PerúSAT-1 se acerca a su séptimo año en el espacio, a 702.5 kilómetros de la Tierra, capturando imágenes de alta resolución de nuestro territorio, las cuales luego son entregadas a diferentes entidades públicas. Esta información es utilizada para la planificación en distintas áreas, entre ellas, el transporte, defensa, minería y la agricultura. Y también se emplean para atender emergencias, como los incendios forestales, inundaciones, deslizamientos y derrames de petróleo.
El satélite fue lanzado al espacio en la Guyana Francesa, el 15 de setiembre del 2016, tras un acuerdo entre el Gobierno peruano y el francés. Y desde el 2017 ha entregado más de 104 mil imágenes, que significan un ahorro de S/1.818 millones, una cifra que supera los S/600 millones que costó. Pero ¿de qué manera se logra esto si el material se distribuye gratuitamente?
El general FAP José Antonio García Morgan, jefe de la Agencia Espacial del Perú (Conida), explica que "en el mercado las imágenes tienen un valor", entonces, según ese valor y el número de fotografías entregadas, se puede determinar un aproximado del ahorro que ha tenido el Estado; sin embargo, agrega, esto no considera el impacto y efecto del trabajo producido por imagen capturada. "Por ejemplo, DeVida, con imágenes del PerúSAT-1, ha podido controlar y monitorear los cultivos de coca, igual con la minería ilegal o la agricultura. Nosotros entregamos las imágenes y ellos, según ese material, es que pueden impactar en la economía. Esa es la idea".
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En cuanto a emergencias, las capturas del satélite fueron de gran utilidad durante las lluvias e inundaciones por El Niño costero de 2017, por ejemplo. Al respecto, el ingeniero Gustavo Henríquez, jefe de Cooperación y Relaciones Internacionales de Conida, cuenta que las fotos tomadas por el satélite fueron para "poder atender todas las necesidades de información porque son una herramienta para tomar decisiones".
Precisamente, el PerúSAT-1 tomó múltiples imágenes del derrame de petróleo causado por Repsol en el 2022. En esa ocasión, la OEFA recibió de manera directa las fotos captadas, precisa el general García. Sumado a ello, también se tuvo acceso a alrededor de 600 imágenes de diferentes satélites del mundo gracias a los convenios internacionales que tiene Perú con otros países.
Daños. El derrame de Repsol movilizó a las autoridades. Luego se pidió apoyo al Conida. Foto: Marco Cotrina/La República
Una ventaja de contar con un satélite propio es que el país puede acceder a material de otros satélites: existe una ''cooperación internacional'', sostiene el jefe de Conida. ''Como país, nosotros ya estamos en el espacio, no podemos retroceder: eso nos ha abierto puertas. Tenemos presencia en la región, presencia internacional''.
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El intercambiar imágenes permite complementarnos, pues cada tecnología de los distintos países tiene sus propias características. En el caso peruano, es un sistema satelital óptico de observación terrestre submétrico, que significa que su resolución es menos de un metro, específicamente 0.7 metros. El ingeniero Henríquez explica que ''en el caso de las imágenes del PerúSAT-1 podemos ver objetos de 70 centímetros o más grandes''.
En la región, solo Perú y Estados Unidos tienen satélites con estas características, señala el general FAP José Antonio García, por lo que otros países nos buscan. Esto ha llevado a que el Perú, que antes siempre solicitaba asistencia, ahora tenga la capacidad de ofrecerla. Al Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC), en Colombia, se le brindó experiencia e imágenes nuestras, con lo que pudo desarrollar el plan piloto de un proyecto propio de forma exitosa.
Desde el espacio. Así se veía el derrame de petróleo. Las manchas alcanzaron varias playas. Foto: difusión
En la actualidad, dice el jefe de Conida, ''ya nosotros estamos en el espacio, por lo que no podemos retroceder''. Por ello, es importante que una vez que finalice el tiempo de vida útil de nuestro satélite se pueda contar con otro. En la actualidad, la Agencia Espacial del Perú, que depende del Ministerio de Defensa, ya trabaja en una propuesta para renovar el PerúSAT-1 en los siguientes años.
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El exministro de Defensa y expremier de Ollanta Humala Pedro Cateriano–gestión durante la cual se ejecutó la compra– del satélite, recuerda que la decisión de comprar el PerúSAT-1 se dio por una ''necesidad'', debido a que un país como el Perú cuenta con una ''vasto territorio, con una geografía difícil de supervisar'', por lo que tener un equipo de alta tecnología ayuda a enfrentar distintos ''flagelos'', como la minería ilegal, la tala ilegal, contaminación, temas de seguridad, entre otros.
104 mil imágenes han sido tomadas por el PerúSAT-1 desde el 2017.
S/1,800 millones es el ahorro que ha tenido el país en casi siete años.
10 años es la vida útil del satélite, lanzado al espacio el 2016. Le quedan tres.