La laguna de Cconchaccota, otrora bello espejo de agua del distrito de Progreso, provincia de Grau, Apurímac, ha desaparecido debido a la sequía que golpea a la sierra. Los pobladores cuentan que antes iban a ella para que sus animales beban. Pero se ha secado y solo queda lodo. “Los animales corretean de un lado a otro buscando agua”, señalan. Pero no es la única que ha tenido este final, pues lo mismo ha ocurrido con las lagunas de Taqraqocha, Mellpoqocha y Chullumpi.
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En Oropesa, provincia de Antabamba, Apurímac, las familias criadoras de alpacas y llamas están siendo afectadas con el secamiento de los ojos de agua, puquios, ríos y lagunillas.
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Marcelo Ccoscco, dirigente de los alpaqueros del distrito de Totora, Oropesa, señala que hay alta mortalidad de alpacas por la falta de agua. “Las lagunas se están secando, al igual que los bofedales y riachuelos”.
Dijo que están perdiendo más del 50% de sus alpacas y cada una vale 30 mil soles con el mejoramiento genético de carne y fibra, y es el único ingreso que tienen para la educación, salud y alimentación de sus familias. “Esto es un tremendo fracaso para los hermanos alpaqueros, es la única fuente de ingreso que tenemos. Por ello pedimos al Gobierno la declaración de emergencia”.
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En tanto, en Huancavelica, la comunidad de Santa Rosa de Pachaclla ve con pesar la desaparición de riachuelos que antes eran su fuente de agua. “Antes, en el río había ranas, peces, pero ahora nada, no hay agua y los animales no tienen dónde beber”, dice la pobladora Victoria Melchor.
Y desde la Autoridad Nacional del Agua (ANA), Manuel Collas, director de Planificación y Desarrollo de Recursos Hídricos, señala que las represas del país están a la mitad de su capacidad o menos. “Son represas que abastecen de agua a la población”.
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Refiere que por efecto de la sequía habrá disminución en la cosecha de los principales cultivos. “Esto va a tener un efecto bastante grande, incluso donde hay represas, estas van a estar con bajo volumen de agua”.
En tanto, la Ing. Grinia Ávalos, del Senamhi, señala que en la sierra sur oriental (Puno, Cusco, parte de Apurímac) se espera que en la quincena de diciembre empiecen progresivamente a llegar las lluvias. Pero al otro lado de la cordillera, en la vertiente sur occidental, en la parte alta de Tacna, Arequipa, Moquegua, Huancavelica, sur de Ayacucho, “las lluvias todavía podrían regularse a partir de la última semana de diciembre”.
En la sierra central ha habido algunas lluvias, muy localizadas, pero todavía no se equilibra la disponibilidad del recurso. Y en la sierra norte “estas deficiencias van a estar presentes gran parte de diciembre”.
Agrega que si La Niña continúa es probable que enero y febrero sean meses con más lluvias de lo usual. Ojalá así sea. Es una situación de vida o muerte.
Sedapal informó que debido a la escasez de lluvias en la sierra central no se ha logrado almacenar la cantidad de agua que se esperaba. Al cierre de noviembre se tenía previsto almacenar 130 millones de metros cúbicos (MMC). Sin embargo, solo se ha logrado almacenar 102,5 MMC, 21,5% menos.
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Los pronósticos señalan que entre mayo y noviembre del 2023 los niveles de almacenamiento serán menores.
Por eso Sedapal pide a la población cambiar sus hábitos y cuidar el recurso y así evitar medidas como dosificación del agua en Lima y Callao.