La noche del pasado domingo, la urbanización Los Ficus, en Santa Anita, estaba tranquila. El empresario transportista Luis Alberto Gaspar Pardo había retornado de cenar con su esposa, su hija, su yerno y su nieta de 7 años. Bajaron en una bodega cuando, de pronto, apareció un hombre joven, con mochila, tapabocas y una gorra de color rojo. Nadie sospechó nada raro hasta que desenfundó su arma y le disparó a quemarropa.
El pánico corrió a toda velocidad por la zona. Un segundo bastó para que el terror se apoderara de esa noche. Quedó entonces el oscuro acertijo: ¿quién lo mandó a asesinar?
Ese mismo día, Alejandro Cárdenas Campos, miembro de la Marina de Guerra, había ido a la urbanización Albino Herrera, en el Callao, a visitar a su familia. Pero apenas estacionó su automóvil, dos sicarios descendieron de una moto y le dispararon tres tiros en la cabeza.
Historias como las de Luis y Alejandro quedan encerradas en el miedo. Las balas que se disparan cada día tienen un mínimo margen de error.
De enero al 20 de noviembre se cometieron 512 homicidios en Lima metropolitana; de ellos 225 fueron por sicariato (44%), mientras que en el Callao, de los 264 asesinatos en el mismo periodo, 205 (78%) fueron por encargo. Es decir, de las 776 víctimas 430 (56%) fueron eliminadas por delincuentes a sueldo.
El año pasado, entre enero y octubre, hubo 114 casos de sicariato con 153 víctimas en Lima metropolitana. Este año, en ese mismo periodo, fueron eliminados 184 varones y 21 mujeres. De ellos, 21 eran venezolanos.
El 78% del total de las víctimas tenía denuncia por tráfico de drogas, 34% por robo, mientras que por violación 3%, al igual que secuestros y tenencia de armas. De acuerdo a la División de Homicidios, el 75% fue asesinado por ajuste de cuentas, el 5% por venganza y un 11% de los casos está en investigación.
Los ajustes de cuenta también tuvieron diversos motivos: el 10% fue por trata de personas, el 20% por dominio o hegemonía de determinada zona, el 30% por extorsión y cobro de cupos y el 40% por dominio del tráfico de terrenos.
Otro dato importante es que en Lima norte fueron victimadas 97 personas: San Martín de Porres (24), Comas (24), Independencia (1), Los Olivos (17), Carabayllo (10), Santa Rosa (2), Puente Piedra (9) y Ancón (10).
En tanto, en Lima este los sicarios mataron a 56 personas: San Juan de Lurigancho (33), El Agustino (6), Lurigancho Chosica (2), Ate (12), Cieneguilla (1) y Santa Anita (2).
Asimismo, en Lima sur hubo 39 víctimas: Villa El Salvador (15), Villa María del Triunfo (9), San Juan de Miraflores (8), Pachacámac (6), Lurín (1), En Lima centro sur se registraron 10 asesinatos por sicarios: Chorrillos (8), Surquillo (1), Surco (1).
Mientras que en Lima centro hubo 23 víctimas: Cercado (12), La Victoria (5), Rímac (4), Breña (1), San Miguel (1).
Empresario. Luis era un próspero transportista. Según las hipótesis, se habría negado a pagar cupos a una mafia de extorsionadores que opera en Lima. Foto: difusión
A través de otros datos de la Dirincri se estableció que los crímenes van en alza también en provincias. En Trujillo, este año se han cometido más de 190 asesinatos a manos de sicarios. En el Vraem también fue ultimado el alcalde de La Mar y su esposa. Este año, los asesinatos incluso se han triplicado en Ucayali. La gente en Pucallpa aún recuerda cómo la mamá de un joven baleado le pedía a gritos que no cerrara sus ojos mientras corría al hospital.
En los reportes de casos catalogados como sicariato figuran los asesinatos de defensores ambientales, y aunque el incremento es bajo de un año a otro, no deja de preocupar.
Por el momento, el nuevo ministro del Interior, Avelino Guillén, ha precisado que se evalúa la posibilidad de tipificar el sicariato y la extorsión como terrorismo para agravar las penas y sancionarlos como una modalidad de terrorismo.
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