Cargando...
Política

Julio Schiappa Pietra: “Yo creo que la presidenta Dina Boluarte no va a terminar su mandato”

El consultor político y periodista, Julio Pietra, comenta la oportunidad que perdió Dina Boluarte con el informe de la CIDH. “Si ella se hubiera allanado a la investigación de la CIDH y salía Alberto Otárola (del gabinete), quedaba fortalecida”.

larepublica.pe
Análisis. Julio Schiappa afirma que la presidenta Boluarte no escucha a sus asesores. Foto: Gerardo Marín/La República

En esta entrevista, el exasesor de campaña de Dina Boluarte, Julio Schiappa no se muestra optimista sobre el futuro político de la mandataria. Además, explica el papel de Alberto Otárola en el discurso de la presidenta ante los diversos informes que comprometen a esta gestión con las muertes en regiones a comienzos de este año.

—¿Qué opina sobre las declaraciones de la presidenta Dina Boluarte ante el informe de la CIDH? Ella dice que si bien, formalmente, es jefa de las Fuerzas Armadas, no tiene un comando para tomar decisiones.

Ella es jefa suprema de las Fuerzas Armadas, ella puede intervenir en cualquier fase de los procesos militares. Ella no es congresista, es una presidenta.

—¿Es una presidenta cercada por las circunstancias?

Es difícil pensar que está acorralada. Es algo que le puede pasar cuando ya no le importa la opinión pública, sino preservarse en el poder. Eso es lo que viene: un estado para evitar investigaciones. El político siempre busca agrandar su base y eliminar las investigaciones judiciales.

—Usted ha sido asesor de Boluarte. ¿No percibió que ella tenía esas debilidades o patrones de conducta como política?

Yo no he sido su asesor formal, fue una relación amical y familiar (con ella). Luego vino la campaña. Dina Boluarte no es cualquier ciudadana, viene de Apurímac, conoce el país. El problema que hay es que no tiene la formación práctica necesaria, porque ha ocupado un cargo limitado como es en el Reniec. O sea, el problema está en que la presidencia es de un vuelo tal, que ella no puede afrontar el cargo. El problema está en que no escucha a sus asesores.

—¿A qué punto llega a tener influencia el primer ministro Alberto Otárola en el discurso de Dina Boluarte ante la ola de informes por las muertes en regiones?

Hubo varios discursos, uno ha sido cuando sucede lo de Ayacucho. Hubo una intención de protegerse los dos, hubo un razonamiento legal y eso los ha juntado de manera definitiva. Yo no niego las capacidades de Alberto Otárola. Sugerimos que él fuera el asesor legal (en el caso Club Apurímac). Yo creo que él lo hizo bien, pero luego desarrolló una línea militarista que nos ha llevado a una posición de no diálogo. Ellos dicen que son comandantes de las Fuerzas Armadas, pero la culpa la tienen los policías y los militares. Esas son leguleyadas. También compartes responsabilidad.

—¿Podría mejorar la situación de Dina Boluarte cambiando de primer ministro?

Creo que daría un aire que se lo vienen pidiendo muchas personas hace rato, permitiría definir roles del Gobierno, por ejemplo, el poner personalidades que tengan mejor manejo minero, del desarrollo del Perú que está amarrado con gente que quiere bloquear el centro del país. Y la otra cosa que le falta al gobierno es capacidad de negociación, no hay Gobierno como el de hoy que no tiene capacidad de construir una línea de diálogo.

Dina Boluarte se reunió este lunes con los miembros del Comando Conjunto. Foto: composición de Fabrizio Oviedo/La República

—¿Cree que Otárola fue alguien determinante para que Boluarte se encuentre en esta encrucijada?

Hasta cierto punto sí, pero creo que es el gato negro que se ha cruzado en el camino de Boluarte.

—¿Tanto así?

Totalmente, no es porque él sea una mala persona, sino porque sus concepciones son completamente reñidas con su lógica.

—¿Existe un cogobierno entre Dina Boluarte y la derecha del Congreso?

Claro, la canciller obedece al Ejecutivo y al Congreso. Igual pasa con varios ministros. El ministro de Inclusión Social es un hombre de Patricia Chirinos. Esa es parte de las alianzas que se han hecho.

—¿Pero es sólida esa alianza? Se lo consulto por lo siguiente: Martín Vizcarra llegó al poder apoyado por el Congreso, pero luego ese mismo sector que lo llevó al poder lo destituyó. ¿Boluarte no puede terminar igual?

Yo creo que ella no va a llegar a terminar su mandato, hay una oposición muy volteada. A eso incluye el esfuerzo que estamos haciendo para que haya un referéndum para un adelanto de elecciones.

—Volviendo a lo de Otárola. ¿No cree que retirarlo de la PCM expone a Boluarte a que él la traicione?

Si ella se hubiera allanado a la investigación de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y salía Otárola, quedaba fortalecida. Esas investigaciones permiten dilucidar para que la gente sepa que el Estado está actuando. Una parte de los peruanos no se siente parte del país, no tienen una serie de elementos básicos y vamos a tener una situación que no va a parar. Puede haber paz, pero eso (la protesta) va a volver.

Es cierto que las protestas en regiones se retomarán en junio o julio. Las tomas de Lima o los paros han demostrado que son la condena de los dirigentes sindicales son medidas que no tienen límites y se negocia con acciones que no tienen límites, el Gobierno cerró los oídos, pero muchos mandatarios locales ahora trabajan con el Gobierno.

—Para terminar, ¿cómo explicar que Dina Boluarte haya llegado a la vicepresidencia con un partido de izquierda, como Perú Libre, y luego, cuando llega a la presidencia, comience a gobernar con la derecha?

Los actos de este tipo se dan cuando uno pasa por tragedias como las de Ayacucho. Eso originó la pérdida de legitimidad de su Gobierno. Al final es un desastre completo. Aquí no es solo la ciencia jurídica, sino la política. Si tú a la gente de Puno le dices que se deben limitar a pedir agua y desagüe, les estás diciendo que no tienen lugar para pedir cambios de fondo. Aquí tenemos un error de conceptos. Ese tipo de concepto está expuesto por muchos funcionarios públicos. No hay una relación de empatía.