Vietnam hace frente a su peor rebrote de la COVID-19 con medidas como la prueba de detección del virus de los 13 millones de habitantes de Ho Chi Minh, la mayor ciudad del país, después de haber hallado una nueva mutación que mezcla características de las variantes india y británica.
Al igual que en otros países del Sudeste Asiático como Tailandia, Malasia o Camboya, los casos han aumentado a gran velocidad en Vietnam en las últimas semanas, lo que ha llevado a las autoridades a decretar confinamientos selectivos y cierres de negocios no esenciales.
En Ho Chi Minh (antigua Saigón), que desde hoy aplica nuevas restricciones, el Gobierno se ha propuesto recoger 100.000 muestras al día en las próximas semanas, con prioridad para personas de alto riesgo, incluidos trabajadores de parques industriales, con el objetivo de hacer pruebas de detección a los 13 millones de habitantes de la ciudad.
Según los datos del Ministerio de Salud, las autoridades han completado 50.000 test desde la aparición de los nuevos contagios comunitarios en el país el pasado 27 de abril y al menos 62.000 personas han entrado en contacto con los 157 pacientes positivos hasta el momento en la ciudad.
El anuncio de los análisis a gran escala coincide con la imposición, a partir de este lunes, de un distanciamiento social en toda la ciudad, con distintos grados según la zona, que limitan el número de personas reunidas en interiores y exteriores y prohíbe la apertura de negocios de ocio como los restaurantes, bares, peluquerías y salones de masaje.
La mayor parte de los contagios están ligados a un centro religioso en el distrito de Go Vap, cercano al aeropuerto, donde hoy se han implementado las medidas más duras, aunque algunas imágenes de la zona difundidas en los medios de comunicación mostraban bullicio en las calles y atascos de tráfico.
“Podemos movernos y salir a comprar o a pasear”, declaró a Efe una residente del distrito.
La inquietud en el país ha aumentado después de que el ministro de Sanidad, Nguyen Thanh Long, anunciara el sábado que han detectado en el país una nueva variante de la COVID-19, que mezcla mutaciones de la india y la británica, y que, según los expertos, resultaría más infecciosa y resistente.
“Más concretamente: es la variante india con mutaciones que originalmente pertenecen a la variante británica”, apuntó el ministro en declaraciones recogidas el sábado por el portal VnExpress.
La nueva versión del coronavirus, que fue descubierta al investigar la secuencia del genoma del virus en algunos nuevos infectados en la nación indochina, se expande con facilidad por vía aérea, según las investigaciones realizadas por científicos vietnamitas, lo que explicaría la rápida expansión del virus en Vietnam en las últimas semanas.
Desde que se desencadenó la cuarta oleada, el pasado 27 de abril, Vietnam ha registrado 4.164 contagios nacionales repartidos en 34 de sus 63 provincias, con las provincias de Bac Ninh y Bac Giang, en el norte, como principales focos.
Pese a vivir su peor ola de contagios, los números de Vietnam siguen siendo bajos a comparación de los de la mayoría de países, con 7.168 casos desde el inicio de la pandemia, incluidos 47 muertos por el coronavirus.
Sin embargo, su éxito para poner freno al avance del virus no se ha replicado en la campaña de vacunación, que avanza lentamente, y, hasta el momento, solo se ha inoculado el fármaco a algo más de un millón de vietnamitas entre una población de 96 millones.
Los problemas para el suministro de vacunas han llevado al presidente del país, Nguyen Xuan Phuc, a escribir este domingo una carta a su homólogo estadounidense, Joe Biden, para pedirle ayuda para la importación y producción de vacunas.
En la misiva, Phuc explica que el coronavirus está golpeando a Vietnam y al Sudeste Asiático en las últimas semanas, y solicita que Estados Unidos no solo facilite el acceso a vacunas, sino que también transfiera la tecnología para que Vietnam pueda producirlas, según reveló hoy el portal VnExpress.
Vietnam ha recibido, hasta el momento, 2,5 millones de dosis de la vacuna de AstraZeneca sobre el total de 38,9 millones de dosis que tiene comprometidas con la firma anglo-sueca y con Pfizer.
A diferencia de la mayor parte de sus vecinos, no ha adquirido las vacunas chinas Sinopharm y Sinovac, y parece hacer una decidida apuesta por el desarrollo de vacunas por dos empresas autóctonas, una pública y otra privada.
La más avanzada, de la empresa privada Nanogen, está a punto de entrar en su tercera fase de pruebas y, si todo avanza según lo previsto, podrá comenzar la producción en masa a partir de agosto, lo que supondría un espaldarazo para la notable industria farmacéutica vietnamita.