El Megapuerto de Chancay, ubicado a 80 kilómetros al norte de Lima, Perú, es uno de los proyectos de infraestructura portuaria más importantes de Sudamérica, con una inversión liderada por la empresa china Cosco Shipping. Este ambicioso desarrollo generó inquietud en Chile por su posible impacto en los puertos de San Antonio y Valparaíso, que lideran el tráfico marítimo hacia Asia desde el Pacífico sur.
En este contexto, Ramón Castañeda, gerente general del Puerto de San Antonio, declaró a Diario Financiero sobre el posible impacto del megapuerto de Chancay en las operaciones del puerto chileno. Castañeda afirmó que, con una capacidad operativa de 2,5 millones de TEU y un movimiento actual de 1,8 millones, el Puerto de San Antonio aún dispone de un margen significativo para seguir creciendo.
En una entrevista reciente, Ramón Castañeda señaló que el desarrollo del megapuerto de Chancay no representa una amenaza directa para el Puerto de San Antonio ni para otros puertos chilenos. Según el ejecutivo, Chile trabaja en función de sus propias necesidades y proyecciones comerciales, más que en responder a los avances en infraestructura de las naciones vecinas.
Destacó que el Puerto de San Antonio cuenta con una capacidad de 2,5 millones de TEU, de los cuales actualmente utiliza 1,8 millones, lo que refleja un marco fundamental para atender la creciente demanda sin necesidad de competir directamente con el proyecto peruano.
"El comercio está creciendo en la región, no estamos buscando que los países vecinos tengan menos posibilidades, ni perjudicarlos. Y creo que tampoco a la inversa", indicó Castañeda cuando fue consultado sobre el megapuerto de Chancay y la posible amenaza que significaría.
El gerente también enfatizó que la infraestructura chilena sigue siendo atractiva para empresas internacionales, lo que respalda su posición como un actor relevante en el comercio marítimo global. Castañeda explicó que Chile mantiene una política neutral en el desarrollo de su comercio exterior y que no busca afectar el desarrollo de otros países de la región.
Aunque reconoció que el proyecto de Chancay es ambicioso y podría influir en las dinámicas comerciales, insistió en que los puertos chilenos seguirán desempeñando un papel clave gracias a su eficiencia operativa y su ubicación estratégica en el Pacífico.