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La historia de Adam Castillejo, el venezolano que se convirtió en el segundo hombre en ser curado del virus del sida

Adam Castillejo, conocido como el 'paciente de Londres', logró curarse del VIH después de un arduo tratamiento con trasplante de células madre.


El conocido 'paciente de Londres' logró superar el virus que causa el sida. Foto: composición LR/Radio Nacional/Universal Assistance

Una historia inspiradora viene a nuestra mente cuando hablamos de pacientes que luchan constantemente contra enfermedades difíciles de superar. Un caso muy particular es el de un joven venezolano llamado Adam Castillejo, quien fue diagnosticado con VIH a principios de 2003, cuando tenía apenas 23 años de edad.

Al conocer el diagnóstico, Adam sintió que era una sentencia de muerte, ya que por entonces el sida se percibía como una condición incurable. Además, los médicos le dieron escasas posibilidades de supervivencia, con una expectativa de vida de 10 años, y, con mucha suerte, de 20. Sin embargo, tiempo después, de forma inesperada y contra cualquier pronóstico, logró superar el virus que causaba el sida.

Adam Castillejo es la prueba viva de que se puede vencer al VIH. Foto: es.ara.cat

El largo proceso para vencer al sida

Después de conocerse su crítica condición, Adam sufrió otro revés, ya que nueve años más tarde, mientras continuaba su tratamiento contra el VIH, los médicos le diagnosticaron un linfoma, un cáncer del sistema linfático, que casi lo llevó al borde de la muerte.

Tras comprobarse la delicada situación en la que se encontraba, declaró lo siguiente en una entrevista con el medio español El País: “Fue otra sentencia de muerte, pero esta vez yo podía hablar, podía decirle a la gente que tengo cáncer, y las personas me brindaban apoyo, cariño y comprensión. Con el VIH no podía hacerlo debido al estigma y el odio, y decidió que era mejor no comunicarlo públicamente por miedo al rechazo”, afirmó.

A pesar de la adversidad, Adam logró recuperarse de ambas enfermedades gracias a un largo proceso, durante el cual se sometió a un trasplante de médula ósea. Al contar con la ayuda de un donante, tuvo la fortuna de que este poseía una alteración genética que impedía al VIH penetrar en las células.

“Los doctores, inicialmente, buscaban el trasplante para curar el cáncer, ya que en ese momento, en 2015, cuando me ofrecieron la posibilidad de ese trasplante, yo estaba en estado terminal y me habían dado seis meses de vida. Cuando me informaron que consiguieron un donante, me sentí muy emocionado, pero me dijeron: 'Tenemos otra sorpresa para ti. No solo queremos curar el cáncer, también queremos curarte el VIH'. Y yo respondí: ¡Guau!”, sentenció.

El éxito de su tratamiento

A pesar del éxito en su tratamiento contra el cáncer y el VIH, revelar su identidad no fue sencillo para el 'paciente de Londres'. “Veía la televisión y pensaba: 'Están hablando de mí'”, recordó en una entrevista con The New York Times. “Era algo muy extraño, una situación muy rara”, añadió. Tras conversar con su madre y su hermana, Adam Castillejo decidió hacer pública su identidad.

El segundo paciente curado en el mundo del SIDA nació en Caracas, Venezuela. Es hijo de un padre con raíces españolas y neerlandesas, rasgos que resultaron clave en su tratamiento.

Luego de ser diagnosticado con VIH, Adam Castillejo hizo un giro en su estilo de vida: comenzó a trabajar como chef, adoptó una dieta más saludable y se dedicó al ciclismo, la natación y el running, integrando el deporte a su rutina diaria.

Adam Castillejo en la actualidad

Actualmente, Adam lleva seis años sin recibir tratamiento antirretroviral, y el VIH no ha vuelto a aparecer en su sistema inmunológico. Además, el cáncer también desapareció, y vive plenamente con el sueño de abrir un restaurante de cocina fusión, en el que pueda combinar sus raíces venezolanas y neerlandesas con sus estudios de cocina francesa y su experiencia con platillos escandinavos.

Cuando se le pregunta sobre el momento en que superó ambas enfermedades, en la entrevista con The New York Times, aseguró lo siguiente: “Tengo la fortuna de haber estado en el lugar preciso en el momento adecuado, pero, como persona, sigo siendo el mismo. Más aventurero, quizás, porque la vida me ha dado una segunda oportunidad”, finalizó.