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¿Por qué los aviones no suelen volar sobre el océano Pacífico para ir de América a Asia? La respuesta tiene que ver con el tiempo

¿Por qué los aviones toman estas rutas más "largas"? La respuesta, además de involucrar a la geografía, abarca factores como la seguridad, las condiciones meteorológicas y, sobre todo, el tiempo.

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Por más que parezca más rápido de llegar, toma más tiempo. Foto: composición LR/Freep

Inabarcable y misterioso, el océano Pacífico se extiende como una inmensa frontera azul entre América y Asia. Sin embargo, lo que muchos desconocen es que los aviones comerciales, cuando conectan estos dos continentes, suelen evitar esta vasta extensión de agua. En lugar de volar directamente sobre el Pacífico, trazan rutas que los llevan a cruzar el Atlántico y sobrevolar Europa o África, un recorrido que a simple vista podría parecer más extenso.

¿Por qué los aviones toman estas rutas más "largas"? La respuesta, además de involucrar a la geografía, abarca factores como la seguridad, las condiciones meteorológicas y, sobre todo, el tiempo. Aunque la ruta directa por el Pacífico podría parecer más rápida, las aerolíneas optan por caminos alternativos, lo cual desafía la intuición y busca la manera más eficiente de conectar ambos hemisferios.

¿Por qué los aviones no suelen volar sobre el océano Pacífico para ir de América a Asia?

A la hora de planificar rutas aéreas entre América y Asia, las aerolíneas evitan sobrevolar el océano Pacífico, y esto se debe a varios factores que priorizan la eficiencia y seguridad de los vuelos. Aunque la intuición indique que una ruta directa sería la mejor opción, las aerolíneas toman en cuenta las siguientes razones:

  • Optimización del tiempo y ahorro de combustible: la forma esférica de la Tierra y su abultamiento en el ecuador hacen que una trayectoria desviada hacia los polos, aunque parezca más larga en un mapa plano, resulte más corta en la práctica. Esto permite un ahorro considerable de tiempo y combustible.

La Tierra no es una esfera perfecta, es abultada en el ecuador. Foto: captura de pantalla/Genial/YouTube

  • Disponibilidad de aeropuertos para aterrizajes de emergencia: al cruzar el Atlántico o volar cerca de áreas como Alaska, los aviones tienen más opciones de aterrizaje en caso de un problema mecánico, algo esencial para la seguridad de los pasajeros y la tripulación.
  • Aprovechamiento de las corrientes de chorro: estas corrientes de aire a gran altitud, especialmente la corriente en chorro polar y la subtropical, fluyen de oeste a este. Al utilizarlas, los aviones pueden reducir su tiempo de vuelo de manera significativa, lo que representa un beneficio tanto para la aerolínea como para los pasajeros.
  • Condiciones meteorológicas: las rutas sobre el Pacífico pueden presentar mayores desafíos meteorológicos, como tormentas o turbulencias severas. Aunque los aviones pueden enfrentarse a estas condiciones, es más seguro y eficiente evitarlas si hay rutas alternativas con mejor clima.

En el mar es más probable que atraviese climas severos. Foto: captura de pantalla/Genial/YouTube

  • Menor turbulencia sobre tierra: volar sobre tierra permite a los aviones evitar algunas turbulencias que son más comunes sobre las grandes masas de agua, lo que se traduce en un vuelo más cómodo para los pasajeros.
  • Rutas establecidas: muchas rutas transatlánticas ya están bien establecidas, con sistemas de control aéreo eficientes y una gran experiencia de las aerolíneas en esas trayectorias, lo que facilita la planificación y coordinación de vuelos. Esto hace que sea más sencillo optar por estas rutas en lugar de abrir nuevas sobre el Pacífico.
  • Costo operativo y tarifas de sobrevuelo: algunas rutas implican sobrevolar territorios de varios países, lo que puede conllevar tarifas de sobrevuelo. Las rutas bien establecidas por el Atlántico a menudo resultan más económicas, ya que las aerolíneas ya tienen acuerdos y permisos establecidos.
  • Menor demanda de rutas directas: a nivel comercial, la demanda de vuelos directos entre ciertos destinos en Asia y América puede ser menor. Las aerolíneas prefieren concentrar vuelos en rutas con mayor demanda para optimizar la ocupación de los aviones y la rentabilidad del vuelo.
  • Infraestructura y mantenimiento: las rutas establecidas cuentan con una infraestructura de apoyo más robusta en caso de necesitar mantenimientos o recambios técnicos, lo que facilita la operación de la aeronave y reduce el tiempo fuera de servicio en caso de imprevistos.
  • Optimización de conexiones: las aerolíneas también planifican rutas pensando en facilitar conexiones en sus principales centros de operaciones. Al evitar rutas directas sobre el Pacífico, pueden llevar a los pasajeros a través de sus hubs, maximizando las opciones de conexión con otros vuelos.

Entonces, ¿no hay vuelos de Chile hacia el océano Pacífico?

Contrario a lo que muchos podrían pensar, Chile cuenta con varias rutas aéreas que cruzan directamente el océano Pacífico. La ubicación del país, en el sur de América, lo coloca en una posición ventajosa para estos trayectos, ya que la curvatura de la Tierra es menos pronunciada hacia el polo sur y la distancia es más corta en comparación con el ancho del ecuador. Esto facilita vuelos más directos hacia Oceanía y Australia.

Desde Santiago, es posible volar hacia destinos como la Isla de Pascua en 5 horas, Tahití en 8 horas, Auckland en 11 horas, Sydney en 14 horas y Melbourne en 15 horas. Estas rutas demuestran que el Pacífico no es una barrera para los vuelos desde Chile, sino una vía de conexión directa con destinos al otro lado del océano.

La Isla de Pascua pertenece a Chile como "territorio especial" y se encuentra en el Pacífico Sur, en el extremo más oriental de la Polinesia. Foto: Gtres