Las pirámides suelen evocarnos imágenes de las imponentes estructuras que se levantan en Egipto, México y Perú. Sin embargo, en Europa también existen edificaciones piramidales que han sido menos conocidas, pero que encierran misterios que podrían desafiar lo que sabemos sobre la historia de estas formaciones. Entre estas estructuras, una en particular ha captado la atención por su antigüedad y contexto histórico.
Ubicada en el sureste de la llanura de Argos, en Grecia, una antigua estructura piramidal ha despertado el interés de arqueólogos e historiadores. A pesar de su tamaño reducido en comparación con sus contrapartes egipcias, esta pirámide podría ofrecer una visión única sobre los primeros ejemplos de arquitectura piramidal en Europa. La historia detrás de esta construcción sigue siendo un enigma que intriga a los expertos.
En el sureste de la llanura de Argos, en Grecia, se encuentra una estructura enigmática conocida como la pirámide de Hellinikon. Aunque de dimensiones mucho menores en comparación con las gigantescas construcciones egipcias, esta pirámide ha capturado la atención de arqueólogos e historiadores por su posible antigüedad.
Las ruinas de la pirámide de Hellinikon. Foto: CC
Descrita por el geógrafo griego Pausanias en el siglo II d. C., la pirámide de Hellinikon es una edificación de piedra caliza gris, con una base de 7,03 por 9,07 metros y una altura de 3,5 metros. Su estructura trapezoidal es un testimonio de las habilidades arquitectónicas de la época.
Pausanias menciona que esta pirámide podría haber sido una tumba conmemorativa para los soldados caídos en una batalla legendaria por el trono de Argos. Según su relato, el monumento podría haber sido erigido para honrar a los combatientes que murieron en un enfrentamiento sin victoria decisiva entre los reyes Preto y Acrisio. La pirámide está adornada con relieves de escudos argivos, que refuerzan la idea de su función como tumba conmemorativa.
Litografía de la pirámide de Hellinikon realizada por el escritor austríaco Amand Schweiger von Lerchenfeld en 1887. Foto: PD
La pirámide de Europa ha sido objeto de múltiples estudios y excavaciones. En las primeras décadas del siglo XX, el arqueólogo alemán Theodor Wiegand investigó la estructura, sugiriendo que podría haber servido como una torre de vigilancia.
En la década de 1990, el arqueólogo griego Ioannis Liritzis llevó a cabo una serie de excavaciones que revelaron restos de cerámica y otros artefactos. La datación de la pirámide se ha complicado debido a los hallazgos mezclados y los métodos de datación empleados.
El interior de la pirámide de Hellinikon, en la región griega de la Argólida. Foto: National Geographic
El debate sobre la antigüedad de la pirámide de Hellinikon continúa. La datación por termoluminiscencia realizada por Liritzis y su equipo arrojó un rango de antigüedad que podría situar a esta pirámide entre 2500 y 2000 a. C., e incluso algunas cerámicas proponen fechas de entre 3000 y 660 a. C.
Esta cronología ha llevado a algunas afirmaciones de que la pirámide griega podría ser más antigua que las pirámides egipcias. Sin embargo, estas conclusiones han sido criticadas, muchos expertos cuestionan la fiabilidad de los métodos y los materiales datados.