Desde hace semanas, medios y redes sociales, sobre todo en España, están fantaseando con que Europa sufra un apagón eléctrico que provocaría el caos. Los expertos afirman que es improbable, pero la noticia de un gran apagón cumple todos los requisitos de espectacularidad y miedo para subir las audiencias. Que tenga fundamento o no, es irrelevante.
Existen en el panorama mediático noticias magnificadas, tergiversadas o directamente noticias falsas o fake news motivadas por diferentes razones. Puede ser por un interés político o geopolítico por parte de unos gobiernos o partidos, y también puede ser por un interés económico de una empresa o un lobby, es decir, hay una mano exterior a los medios que logra imponerles su agenda.
Asimismo, también puede ser, sencillamente, porque los medios detectan que ese tema puede disparar audiencias, aunque sepan que el asunto no es relevante o simplemente sea mentira, alarmista o pernicioso. En este caso, serían algo así como fake news endógenas, el propio medio es el cerebro del fraude.
El origen de la psicosis se dio el 13 de octubre tras unas declaraciones de la ministra de Defensa de Austria, quien afirmó que “Austria no es una isla, sino que se encuentra en el corazón de Europa. Eso significa que nosotros también tenemos que esperar un apagón en el futuro cercano. Un escenario realista, como un corte de energía en toda Europa, siempre puede ser posible”.
En un principio, comienzan algunas reacciones de usuarios de las redes sociales que juegan al sensacionalismo: “Si llega ‘El gran apagón’, no podremos sacar dinero de los bancos ni tampoco echar combustible, entre otras limitaciones para el aseo, alimentación y comunicación. ¿Os dais cuenta de lo que eso significa?”, “Austria se prepara para ‘El gran apagón’... ¿Estás tú preparado?”
El 20 de octubre, la agencia española Efe difunde un artículo titulado “Tras la COVID-19, Austria se prepara para el escenario de un gran apagón”, que será reproducido por varios medios.
El único elemento en el que se sustenta es en las declaraciones de la ministra austríaca y una campaña puesta en marcha por el Ejército de ese país para prevenir a la población ante una posible serie de apagones. Nada que tenga relación con España ni con algún otro país europeo.
El tema es aprovechado por la ultraderecha de VOX para embestir contra el Gobierno. Sin disponer de ningún otro dato ni información, solo porque han escuchado a la ministra austríaca, registran una petición de comparecencia al Gobierno y una pregunta.
Quieren que comparezca el director del Departamento de Seguridad Nacional en la comisión mixta de Seguridad Nacional del Congreso. Afirman querer saber si el Gobierno va a proponer la inclusión en la nueva Estrategia de Seguridad Nacional como riesgo o amenaza la posibilidad de sufrir un “gran apagón eléctrico” de varios días que afectará a todo el continente europeo.
Esto dice la diputada de VOX en el Congreso: “Algunos países están advirtiendo ante el riesgo de apagón eléctrico por una sobredemanda que pudiera llevar en el futuro muy cercano. El Gobierno debería estar más preocupado de eso y no de las tonterías del género, del ministerio de igualdad y de dar más dinero a los sindicatos”. La prensa recoge diligentemente las reclamaciones de VOX.
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Tanto los expertos como la propia Red Eléctrica Española (REE), el operador que asegura el correcto funcionamiento del sistema eléctrico y garantiza el suministro, no cesan de afirmar que la posibilidad de un gran apagón en España actualmente es impensable, pero eso no frena a los medios para seguir con su burbuja informativa.
La sola hipótesis de que toda Europa se quede sin luz tiene todos los elementos de morbo, espectacularidad, caos, intriga y emoción como para que los medios no suelten fácilmente ese hueso.
El asunto es tema perfecto para un programa del canal de televisión Cuatro en el que se dedican a las conspiraciones y cuestiones sobrenaturales, presentado por el periodista Iker Jiménez. “Según los expertos, el apagón en Europa podría durar hasta dos semanas y ocurriría en algún momento desde ahora hasta los próximos cinco años #Horizonte #ElGranApagón”, dice el presentador en un tuit.
No existe ningún fundamento para esa afirmación ni ningún experto de prestigio la apoya, pero la televisión consigue el premio deseado: el mayor share de la segunda temporada del programa con un 8,2% y 734.000 espectadores.
Red Eléctrica Española emitió un comunicado para descartarlo y, por su parte, la ministra de Transición Ecológica y vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, daba explicaciones en un programa de radio de máxima audiencia. “Podemos descartar con total rotundidad el riesgo de apagón eléctrico”, remarcaba. Y recordaba que, al contrario de lo que afirmaba la ministra de Austria, España es “una isla” en términos de autosuficiencia eléctrica, su situación no va unida al resto de Europa.
Pero daba igual, los medios seguían con el asunto, las redes y los grupos de WhatsApp continuaban inflando la burbuja y la gente ya estaba agotando en los comercios linternas, hornillos de gas, velas y todo tipo de artilugios para afrontar ‘El gran apagón’.
La explicación es sencilla: que se descarte un gran apagón no es noticia, no será tema de comentarios en la cola de los comercios ni en la mesa familiar ni en los grupos de WhatsApp. Y como cualquier no noticia, no es de interés para los medios.
En cambio, el escenario de que, súbitamente, toda España, toda Europa, se quede sin electricidad permite todo tipo de fantasías. Puede ser alarmistas, puede generar chistes, puede dar juego para criticar al Gobierno, puede servir para aparentar que se sabe mucho de energía o simplemente que se está informado de lo último.
Es un magnífico tema para que te hagan caso; si eres persona, para tu ego; si eres medio de comunicación, para mejorar tu audiencia y tu cuenta de resultados. Ya se sabe que lo apocalíptico y el miedo vende. Si ya lo hace cuando sabemos que es ficción, imaginen si hacen creer que puede ser real.