El Gobierno de Ecuador reconoció que tienen dificultades para recoger los cadáveres en la ciudad de Guayaquil, la más afectada por la pandemia del coronavirus, pero piensan redoblar sus esfuerzos para atender la emergencia.
Entre las medidas, anunciadas el lunes por el presidente Lenín Moreno, está la construcción de un camposanto para enterrar de forma digna a los fallecidos por la enfermedad COVID-19.
Moreno tomó la decisión tras acordar acciones con su vicepresidente, Otto Sonnenholzner, quien recientemente habló en una rueda de prensa virtual sobre la posibilidad de una fosa común para enterrar cadáveres en Guayaquil.
“La intención del Gobierno es que todos, no solo los fallecidos por COVID-19, sino todos los personas que fallezcan estos días en la ciudad de Guayaquil (...) deben tener un entierro digno, acompañado del representante de la religión que profese”, dijo.
En ese sentido, crearon una fuerza especial, que incluye a las Fuerzas Armadas, para levantar y enterrar los cuerpos.
En las últimas horas la situación se ha vuelto dramática en Guayaquil. Medios locales y la propia ciudadanía a través de redes sociales han reportado, incluso con videos, la cantidad de muertos que yacen en el suelo.
Este martes el número de fallecidos en Ecuador por COVID-19 subió a 75, luego de que anunciaran 13 personas nuevas en relación con el día previo, informó el Servicio Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencias.
A través de su cuenta oficial de Twitter el ente comunicó que la cantidad de contagiados ascendió de 1966 a 2240.