Un hombre fue juzgado por los daños corporales que le produjo a una bebé a la que apretó con gran fuerza y terminó rompiéndole las costillas y las piernas. El hecho sucedió en el pueblo de Millbrook, en Cornwall, Inglaterra, en el 2018.
Stephen Foster atacó a la niña de cinco meses de nacida en dos ocasiones diferentes. El sujeto de 32 años confesó ante el tribunal que una vez puso el brazo de la pequeña detrás de la cabeza y lo giró todo lo que pudo.
No satisfecho con su accionar, tiró de la pierna izquierda hacia atrás debajo de su cuerpo, y tirando del otro brazo detrás de su pierna rota.
Durante sus declaraciones ante la audiencia de Plymouth Crown Court, uno de los médicos que atendió a la bebé dijo que las lesiones se parecían a lo que podría ocasionar un accidente automovilístico o una caída a gran altura.
La madre de la menor muy preocupada por su salud la llevó al médico debido que la pequeña no paraba de llorar. Cuando la auscultaron se dieron con la sorpresa de que la niña había sido víctima de maltrato. En un examen completo determinaron que tenía hematomas hasta en el pecho.
Heather Hope, miembro del Servicio de Fiscalía de Crown, afirmó que los médicos habían encontrado fracturas en espiral en la parte superior del muslo de la infante. El hueso en la parte superior del brazo y un hueso del antebrazo también presentaban lesiones.
Hope aseveró que las lesiones no pudieron realizarse accidentalmente y se debieron a que alguien usó la fuerza extrema contra la pequeña.
“La bebé tenía un dolor intenso e inconsolable debido a la lesión”, expresó el fiscal.
Ante las investigaciones y debido que todas las pruebas tornaban en su contra, Foster confesó su delito y se entregó a la policía. El juez encargado del caso dictaminó seis años de prisión contra el agresor y lo describió como ‘particularmente vulnerable’.