El descontrol y los riesgos en la venta de chips reciclados: "Clonaron mi número y lo usaron para extorsionar"
La eliminación repentina de una cuenta de WhatsApp destapó un problema mayor: la venta de chips reciclados con historiales activos y posibles vínculos a delitos. Entre suplantaciones, extorsiones y operadoras que entregan números usados sin advertirlo, la experiencia revela un vacío regulatorio que expone a cualquier usuario a ser acusado, clonado o estafado sin saberlo.
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El sábado 8 de noviembre, mi rutina digital dio un giro inesperado. WhatsApp me envió una notificación fría: mi cuenta quedaba suspendida por supuestamente enviar “mensajes spam”. Algo similar había ocurrido una semana antes, pero en aquella ocasión la suspensión duró solo unas horas. Esta vez, sin embargo, la aplicación fue concluyente: mi cuenta quedó eliminada definitivamente. Buscar soluciones fue inútil; la única vía parecía ser cambiar de número y empezar desde cero. Con esa urgencia, me dirigí a la operadora.
En el trayecto, la Policía me intervino. Me pidieron mi identificación, como suele ocurrir con mayor frecuencia desde que se declaró el estado de emergencia. La sorpresa se convirtió en pánico: existía una alerta para el titular del número telefónico 980299826.
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Los agentes me mostraron capturas de pantalla de mensajes extorsivos y, para mi horror, la foto de perfil asociada a esos mensajes era un retrato mío. Quedó claro al instante: alguien había clonado mi cuenta y usaba mi identidad con fines delictivos. Cambiar de número dejó de ser un simple trámite para convertirse en una cuestión de seguridad inmediata.

Tanto Entel como Movistar entregaron chips reciclados que no estaban correctamente “limpios”. Foto: Sebastián Blanco / La República.
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Expliqué previamente mi actividad laboral y que me dirigía a realizar el trámite de cambio de número. Los detectives insistieron en revisar mi celular, a lo cual accedí sin inconveniente, ya que no tenía nada que ocultar. Se aseguraron de que, en efecto, yo no tenía relación con los mensajes maliciosos que se me atribuían. Ese momento me tuvo muy asustado. Pensé que la pesadilla terminaba, pero se volvió aún más agobiante. La responsabilidad de las operadoras.
Llegué a la sede de Movistar, ubicada en el tercer nivel del centro comercial Plaza Norte. Expliqué lo sucedido para agilizar el proceso. Procedieron a dar de baja mi antiguo número y pedí que me vendieran un nuevo chip. El número asignado fue el 942448398. Me dijeron lo de siempre: se activaría en unas horas.
Efectivamente, antes de la medianoche ya podía usar el servicio, pero no con el número que me asignaron, sino con otro completamente diferente: el 931031281. Al revisar la aplicación, me encontré con una cuenta de WhatsApp ya creada y contactos desconocidos. Como era muy tarde para volver a la oficina, decidí no usarlo hasta el día siguiente.
Indignado, regresé a la operadora el domingo 9 para exigir una explicación. Solo me dijeron que, “en el sistema”, el número aparecía como nuevo. Pedí darlo de baja también, pero la respuesta fue un muro burocrático: si lo hacía, me aplicarían una penalidad económica por no haber cumplido el tiempo mínimo de uso (15 días), según la persona que me atendió. Le respondí que no pensaba pagar por un error de ellos y redactaron un reclamo detallando el caso.
Tras este fracaso, acudí a Entel —ubicada en el mismo centro comercial— con la esperanza de que, esta vez, el chip no estuviera reciclado. Pese a que pedí explícitamente un número nuevo, el resultado fue el mismo: me entregaron el 934099401. Al regresar a casa y descargar WhatsApp, ya existía una cuenta activa, con más de 7.000 contactos. Con la rabia que cualquier usuario sentiría, volví a buscar una solución.
Exigí una aclaración al operador que me atendió y su respuesta fue inquietante: “Actualmente, todas las operadoras entregamos números reciclados”. Insistí en la gravedad del asunto, preguntando cómo era posible vender chips con información sensible de terceros en medio de una ola creciente de inseguridad. Me respondieron que, al momento de la venta, el sistema marca el número como “sin historial”.
Persistí indicando que esa información era falsa y solo entonces me entregaron, finalmente, un número verdaderamente nuevo. No quedé conforme. Pedí el libro de reclamaciones para dejar constancia de lo ocurrido y solicitar una respuesta más convincente. Tardaron más de media hora en entregarlo, pero finalmente presenté mi queja.
La solución no es solo cambiar de número. Enfrentamos una ola de inseguridad desbordada, especialmente por extorsiones mediante llamadas, mensajes de texto y WhatsApp. A pesar de la cruda realidad en las calles de Lima y otras regiones del país, las operadoras, a mi parecer, no cumplen con un requisito básico: proteger los datos de los usuarios.
Para entender el riesgo de que nuestra información quede en manos de terceros por el reciclaje de líneas, basta revisar las cifras del Observatorio Nacional de Seguridad Ciudadana del Ministerio del Interior. De enero a octubre de 2025, se reportaron 23.213 denuncias por extorsión en el Sistema de Denuncias Policiales (SIDPOL-PNP).

Si bien es cierto la venta de chips reciclados no está prohibida, no existe un adecuado protocolo de seguridad por parte de las operadoras. El peligro es para quien fue titular de la línea reciclada y para quien la adquiere luego de unos meses. Foto: Sebastián Blanco/La República.
¿Es legal la venta de chips reciclados?
A raíz de mi experiencia, investigué si existe alguna norma que regule la venta de números. La Ley General de Telecomunicaciones de Perú y su reglamento establecen un marco para la gestión de la telefonía móvil, pero no prohíben específicamente la reutilización de números. Es decir, esta práctica es legal.
La normativa principal es la Resolución de Consejo Directivo N.º 172-2022-CD/OSIPTEL, que aprueba las Condiciones de Uso de los Servicios Públicos de Telecomunicaciones. Esta normativa establece los derechos y obligaciones de las empresas operadoras y de los usuarios en el marco de la prestación de servicios como telefonía fija, móvil e internet. También regula aspectos como el acceso, la contratación, la facturación, la suspensión y el término de los servicios, así como la información que las empresas deben proporcionar, este último es de especial atención.
Me comuniqué con Osiptel para ampliar mi investigación. Me indicaron que las operadoras deben comunicar al usuario si están entregando un número reciclado. También aclararon que es responsabilidad del cliente preguntar por esta información al momento de adquirir el número. Por lo tanto, cuando el operador de Entel me dijo que no sabía si el número era nuevo o no, me mintió.
Una de las razones por las cuales se reciclan tantos números es la alta demanda, pero también admitieron que no existe un proceso real de “limpieza” del historial. Tras seis meses de inactividad, los números son dados de baja y redistribuidos por el Estado a las operadoras.
Desde Movistar, en otro momento, manifestaron que "ante una reasignación de un número que fue dado de baja, la operadora elimina toda vinculación con el titular anterior. Todos los cambios (altas, bajas o reasignaciones) se registran en nuestros sistemas y se reportan diariamente a OSIPTEL, que gestiona la base de líneas móviles de todas las operadoras".
Además, según la compañía "los casos de suplantación o uso indebido de aplicaciones de mensajería no se originan en la asignación del número, sino en las medidas de protección que tienen dichas aplicaciones ajenas a nosotros (como plataformas tipo WhatsApp). Las aplicaciones de mensajería son administradas por sus propios proveedores y cuentan con mecanismos independientes de seguridad.
La firma también recomienda "activar la verificación en dos pasos en todas las aplicaciones y mantener contraseñas robustas. Esta medida añade una capa adicional de seguridad, ya que además tener la validación inicial vía SMS también se requiere un segundo elemento que solo el usuario posee, como un PIN personal de seis dígitos, reconocimiento biométrico o una app de autenticación".
Frente a esta práctica generalizada, me pregunto si las ventas legales están facilitando la inseguridad. ¿Qué está haciendo Osiptel para frenar y proteger a los usuarios? Recuerda, si tuviste un número y lo dejaste inactivo varios meses, es probable que ya haya sido reciclado.
Revisa si existen líneas activas a tu nombre sin tu consentimiento. También elimina cualquier cuenta asociada al número anterior: WhatsApp, redes sociales o cuentas bancarias. No sabemos en manos de quién puede acabar tu información personal ni qué actos delictivos puedan cometer sin que logres enterarte a tiempo.
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