Senasa y municipalidades trabajan en conjunto para reducir presencia de plaguicidas en alimentos
La gran cantidad de plaguicidas en los alimentos producen graves daños en la salud. Autoridades instaron a empresas a hacer un uso regulado de los mismos.

A nivel global, numerosos países han optado por prohibir plaguicidas considerados altamente peligrosos, apoyándose en investigaciones científicas. En Perú, el Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa) colabora con entidades competentes en salud humana, como la Dirección General de Salud Ambiental (Digesa) del Ministerio de Salud (Minsa) y el Midagri con la finalidad de reducir la cantidad de alimentos que salen al mercado con pesticidas.
En los últimos años, se ha restringido la comercialización de 41 ingredientes activos de plaguicidas, basándose en exhaustivos informes técnicos elaborados por las autoridades de salud y medio ambiente. La responsabilidad de fiscalizar estos insumos prohibidos recae en los municipios locales y el Ministerio Público, con quienes SENASA lleva a cabo operativos de control de manera constante.

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Cabe resaltar que en una reciente investigación, liderada por Jaime Delgado, abogado experto en defensa del consumidor, y publicada en el medio Salud con Lupa, analizó 15 piñas Golden adquiridas en tres reconocidos mercados de la capital peruana. Los resultados del laboratorio Mérieux NutriSciences revelaron que ninguna de las frutas evaluadas cumplió con los estándares sanitarios exigidos en el país.
Las muestras de piña fueron obtenidas en diversos puntos de venta, incluyendo los mercados San José de Jesús María, el exterior del Mercado Surquillo N.º 1 y el Mercado Santa Rosa, situado en la avenida San Luis de San Borja. Se realizaron análisis en un total de nueve ejemplares, los cuales se clasificaron en tres categorías: enteras, solo pulpa y solo cáscara.
Los hallazgos del estudio indicaron que ninguna de las piñas enteras analizadas cumplió con los estándares sanitarios establecidos, ya que todas excedieron los Límites Máximos de Residuos (LMR) permitidos. En contraste, solo una muestra de pulpa se encontró libre de pesticidas, mientras que la cáscara presentó una alarmante acumulación de residuos tóxicos.