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Sociedad

Armandito, el niño que acudió descalzo a clases, recibió útiles y uniforme, pero su historia aún no termina

La Casa de la Solidaridad ayudó a este pequeño que impuso sus ganas de estudiar sobre sus limitaciones económicas; sin embargo, no todo es felicidad.

Armando vive en una vivienda rústica junto con sus padres y hermanos. Pero él es feliz con los libros y uniforme que recibió de ciudadanos solidarios. Foto: composición de Jazmín Ceras La República/Casa de la Solidaridad
Armando vive en una vivienda rústica junto con sus padres y hermanos. Pero él es feliz con los libros y uniforme que recibió de ciudadanos solidarios. Foto: composición de Jazmín Ceras La República/Casa de la Solidaridad

La historia de Armando, un niño de 9 años que, sin importar las adversidades y limitaciones que a su corta edad le impone la existencia, encontró en sus estudios una motivación. El primer día de clases (13 de marzo de 2023), descalzo y sin la vestimenta escolar completa, acudió a un aula prefabricada en el centro poblado Huacrachiro, en el distrito de Puinahua (Loreto). Su rostro sonriente y mirada inocente quedó impregnada en la memoria de miles de lectores que conocieron parte de su vida y lo convirtieron en un símbolo de superación. Desde que se supo de este caso, el pequeño ha recibido el apoyo de la Casa de la Solidaridad, que le entregó útiles y uniformes, mientras el Estado sigue ausente.

Jorge Alvarado, integrante de la Casa de la Solidaridad, contó que tuvo que viajar 15 horas en una embarcación y cruzar los ríos Amazonas, Ucayali y Puinahua desde la ciudad de Iquitos hasta Huacrachiro. En ese sentido, señaló que el sacrificio y la travesía valió la pena para ayudar a Armandito y sus compañeros de clases, que esperaban con ansias su visita, ya que entregaría el uniforme escolar, zapatos, mochila, cuadernos y lapiceros.

“El pequeño ahora tiene lo necesario para estudiar. Él (Armandito) tienen discapacidad mental, pero le sobran las ganas para aprender. Sus amigos también recibieron material de estudio”, subrayó Jorge Alvarado, quien indicó que los productos son de donaciones de pobladores, empresas y algunos congresistas de Loreto; aunque no hay un solo lápiz que haya sido enviado por el Ministerio de Educación (Minedu), afirmó.

Según las imágenes de un clip, se observa a Armando participar de una ceremonia con su uniforme y su mochila en sus hombros, rodeado de sus padres y amiguitos. Definitivamente, su sonrisa no tiene precio.

Urgen servicios básicos

En ese contexto, Jorge Alvarado manifestó que Armandito vive en el distrito de Puinahua con sus padres y tres hermanos. “Su casa rústica está cerca de la zona petrolera, el nivel de pobreza es muy alto y su alimentación es a base de yuca y plátano”, remarcó.

El pequeño comparte su tiempo entre la escuela y la agricultura. “Así como Armando, hay muchos niños que sufren necesidades. Es urgente que el Gobierno Regional de Loreto y el Ministerio de Educación informe sobre este problema a la presidenta Dina Boluarte y haya una atención prioritaria a los sectores olvidados”, expresó el benefactor.

La historia de Armandito no termina, ya que la pobreza golpea todos los días. Solo basta conocer que, en Puinahua, sus habitantes beben agua de río y únicamente tienen luz entre las 6.00 p. m. y 10.00 p. m.

Periodista egresada de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Chiclayo (UDCH). Redactora de la sección Sociedad de La República y con interés en temas políticos.