Policía monta negocio piramidal y escapa con dinero de jubilados
Inubicable en Puno. El suboficial Gary Pacsi Mamani captó 60 millones de soles en el sur del país, pidió su pase a retiro y huyó. Logró que le den sus ahorros prometiendo pago del 10% de interés mensual. Sus socios son policías.
“Ese Gary me ha dejado en la calle. Me he quedado sin dinero. Me da vergüenza ahora vivir de la ayuda de mis hermanos. Me he quedado sin ahorros”, cuenta el profesor jubilado Néstor Quispe.
La persona a quien acusa Quispe es Gary Jonnathan Pacsi Mamani (35), hoy inubicable. Este es un suboficial de segunda de la Policía en Puno que pidió su pase al retiro tras captar millones de soles de 7.000 personas del sur del país. Los invitaba a invertir en sus negocios a cambio de devolverles mensualmente el 10% de su inversión y después de 12 meses todo su capital. A varios, que invirtieron montos mínimos, usó como señuelos para aparentar que cumplía su palabra.
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Néstor Quispe cuenta que, tras jubilarse como profesor en Juliaca, un amigo le sugirió invertir sus 60.000 soles de sus ahorros con Gary Pacsi. Aceptó porque la promesa era que multiplicaría su inversión en solo 12 meses. La persona que le sugirió fue un policía en actividad, hijo de uno de sus colegas. La presencia de efectivos de la PNP en esta trama de acopiar dinero fuera del sistema financiero no era casual. Eran los jaladores y a la vez socios de toda la red que montó Gary Pacsi. La mayoría tiene registrado bienes adquiridos con dinero de los incautos ahorristas. Los policías socios, por cada persona que lograban convencer, ganaban el 5% del total de la inversión. Quispe, que ahora tiene 69 años, reconoció que solo en dos oportunidades recibió el 10 % de lo prometido. Después, Gary y sus socios desaparecieron.
No menos dramática es la situación de la Dina Luque. Ella es una comerciante que animada por los jugosos intereses empeñó su casa al banco, animó a sus hijos mayores a hacer lo propio y ahora el banco la amenazó con embargar su casa familiar y la que pertenece a uno de sus hijos.
La estafa. Esta es la vivienda que era su centro de operaciones. Está cerrada, nadie atiende.
“Toda mi familia ha invertido 200.000. Ahora todos estamos a punto de quedarnos en la calle. (…) Mi familia se ha dividido porque las esposas de mis hijos me culpan a mí de haberlos animado. Lo peor es que nos van a quitar la casa. El Estado tiene que hacer algo”, dice a La República.
Luque, que se dedica a la venta de abarrotes en Puno, aceptó que solo en tres ocasiones recibieron los intereses mensuales. “Luego, cuando fuimos a reclamar, ya no nos atendían. A mí también me motivó un policía”.
Son alrededor de 7.000 personas las que entregaron su dinero a Gary Jonnathan Pacsi Mamani. Los propios afectados estimaron que el dinero que acumuló supera los 60 millones de soles. Esta cifra exorbitante se debe a que captó dinero en Puno, Cusco, Arequipa, Tacna y Moquegua. En cada uno de estos lugares abrió oficinas que funcionaban como sucursales que estuvieron dirigidas por sus principales colaboradores, la mayoría policías en actividad o familiares. Los afectados están agrupados por regiones, por ocupación profesional y afinidad. En los siguientes días interpondrán la denuncia ante la Fiscalía. Esperan que las autoridades fiscales y judiciales actúen de inmediato. Evitaron revelar el nombre de sus coordinadores y de sus defensores para que no sean amedrentados.
Las personas de las ciudades donde operó Gary Pacsi viajan hasta Puno para exigir la devolución de su dinero. En la ciudad, su centro de operaciones y captación de dinero fue el inmueble del jirón Grau n.° 365, el cual pertenecía a los padres del abogado Enrique Calmet Choque. Este es un personaje cuestionado del rubro inmobiliario que alega propiedad de varios inmuebles de dominio público y privado.
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Locales y testaferros
El sueldo de Gary Pacsi Mamani, según la PNP, bordea los 3.000 soles. Sin embargo, en junio del 2021, compró la vivienda de la familia Calmet por un millón 300 mil soles. Hasta esta vivienda, ubicada a espaldas de la plaza de Armas, acuden una vez por semana Dina Luque y Néstor Quispe para exigir su dinero. Nadie le atiende porque la casa permanece cerrada. Los afectados están convencidos de que Gary Pacsi invirtió el dinero en bienes que están a nombre de testaferros. El dinero estaría invertido en proyectos inmobiliarios y discotecas en Lima, Moquegua, hoteles en Cusco. Pero ningún bien está a nombre de los inversionistas. Están a nombre del entorno de Gary, su esposa, sus cuñados , parientes y amigos cercanos.
El inmueble que adquirió Gary Pacsi operaba como oficina central de la constructora e inmobiliaria K’leg S.A., y a la vez tenía autorización de la SBS para instalar una tienda de cambio de moneda extranjera. Ninguna de las dos empresas funcionó. Más bien sirvieron como fachada para captar dinero. Según los propios trabajadores de Gary, al día acumulaban entre 100.000 y 150.000 soles que no eran bancarizados. Los inversionistas daban su dinero a quien administraba el local a cambio de la firma de un contrato en el que le prometían devolver el 10% de su inversión. En la red cayeron fiscales, jueces, policías y servidores públicos. A la mayoría de ellos sí se les devolvió su ganancia más capital. Ahora, tácitamente son sus principales colaboradores. Gary Pacsi y sus hombres más cercanos no tienen ninguna investigación en el Ministerio Público. Todo esto pese a que el caso es público.
La clave
Según el economista Manuel Monteagudo, lo que hizo Gary Pacsi fue montar un negocio piramidal. “Eso es organización criminal al amparo de la estafa. Ese sistema ilegal que aplicó solo funciona en la medida que cada vez ingrese más dinero a la red”, afirmó.