La ruta de las armas de EE.UU. a Haití que alimenta a las bandas criminales y goza del silencio de Donald Trump
En 2024, la policía haitiana decomisó un envío de armas que salió de Fort Lauderdale, en Florida, y llegó a Haití por una ruta marítima.
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"Cuando comenzaron las pandillas y la violencia, el gobierno no hizo nada para detenerlas y dejaron que esto creciera y creciera. Ahora es demasiado complicado detenerlo", lamentó a la BBC Juliette Dorson, de 50 años, quien huyó de Puerto Príncipe tras sobrevivir a un tiroteo. Ya varias décadas han pasado y la crisis de inseguridad y el miedo no cesan, incluso más de 5.600 personas han muerto, según la ONU. Vivir en Haití es como estar en una prisión abierta, solo que en lugar de oficiales hay pandillas, que siempre portan armas de alta gama.
Sin embargo, cómo es posible que las pandillas estén recargadas de armas y/o municiones si ello no las producen. Ahí es donde Estados Unidos entra al escenario. Informes de Naciones Unidas y de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (UNODC) apuntaron a que la mayoría de las armas incautadas -desde pistolas de 9 mm hasta fusiles de asalto y rifles de francotirador- provienen de EE.UU. y entran a Haití por mar, aire y tierra, aprovechando una costa extensa y fronteras prácticamente porosas. Los internacionalistas Carlos Novoa y Jorge Antonio Chávez conversaron con La República para analizar esta red de contrabando que continúa y el silencio que guarda Donald Trump ante la crisis.
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El negocio con EE.UU. que disparó la crisis y su Constitución
Como asegura Carlos Novoa, si bien el tema del tráfico de armas de Estados Unidos hacia Haití no es nuevo, hoy enfrenta uno de los peores escenarios bajo el control de casi el 90% de las pandillas en el territorio. Solo entre 2020 y 2022, más del 80% de las armas rastreadas en la pequeña isla fueron fabricadas o importadas desde EE.UU., desde el norte hacia el Caribe. Una comisión de desarme haitiana también estimó, hace cinco años, que podría haber hasta 500.000 armas pequeñas en el país, de las que solo unas 38.000 están registradas de forma legal. Así lo explicó la United Nations Office on Drugs and Crimes (UNODC). Un informe de las Naciones Unidas, en 2025, estimó también que en Haití circulan de forma ilegal entre 270.000 y 500.000 armas de fuego, y la mayoría están en manos de pandillas.

No solo armas, sino también municiones son traficadas desde EE.UU. Foto: BBC
Según el informe 'Criminal Markets in Haiti', la combinación de un Estado debilitado, aduanas sin capacidad operativa, corrupción dentro de instituciones clave y una Policía Nacional superada en número y armamento permitieron que las pandillas accedan a rifles de asalto, ametralladoras y municiones de alto calibre. La UNODC detalló que Haití cuenta con solo una embarcación operativa para patrullar 1.770 km de costa y menos de 300 agentes para vigilar la frontera terrestre, condiciones que "facilitan ampliamente la entrada de cargamentos ilícitos por mar, aire y tierra".
Para entender cómo inicia este contrabando debemos ir a la raíz del asunto. Según el internacionalista Carlos Novoa, "primero, la venta de armas está permitida en la Constitución de los Estados Unidos. Es algo histórico, algo que los propios estadounidenses -aún sabiendo que es algo peligroso, porque genera muchas muertes de inocentes- sienten que tienen el derecho de tener esas armas. Está en la Segunda Enmienda de la Constitución". Esto es lo que Jorge Chávez - y también los medios internacionales- lo llama el lobby más grande y poderoso de EE.UU.
"Tienen un lobby político muy poderoso y entienden que si hubieran restricciones a la venta de armamento dentro de los Estados Unidos, eso minaría sus utilidades, debido a que ellos desarrollan actividades de gestión de intereses, financian campañas de ciertos políticos, apoyan a ciertos políticos que defienden sus intereses. Entonces, ahí hay un tema problemático, si es que hay una venta de armas tan grande en el país y es lógico pensar que esas armas van a cruzar las fronteras hacia otros países", dijo.

Zona de depósito de armas de EE.UU. en Fort Lauderdale, Florida. Foto: BBC
Esas flexibilidades permitirían que "Estados Unidos venda, en muchos casos, armas de una manera más sencilla que para vender alcohol (...) Con la gran cantidad de armas que hay en el mercado, pues no hay manera de asegurar que esas armas no salgan fuera del país y que lleguen a un país que es básicamente un estado débil o fallido como Haití, y que generen los problemas que generan", añadió Chávez.
Sumado a ello, otros factores también contribuyeron al incremento del tráfico de armas en Haití. Expertos como Robert Muggah coinciden en que ese contrabando está directamente relacionado con la crisis política desde 2018, el asesinato de Jovenel Moïse y el colapso generalizado de las instituciones, elementos que permitieron a las pandillas adquirir "poder de fuego superior al del propio Estado haitiano", según The Guardian.
Las rutas del tráfico de armas
"Aquí todas las armas son de EE.UU., todo el mundo lo sabe. Si ellos quieren detener esto, ¡fácilmente podrían hacerlo en un mes! Pedimos que nos dé la oportunidad de vivir", dijo enojado a la BBC un ciudadano haitiano, en referencia a la participación del país estadounidense en este tráfico de armas que alimenta a las pandillas. Pero, ¿cuál es la ruta de este contrabando desde Estados Unidos?
Ruta marítima directa desde Florida a Haití
En esta primera ruta, las armas compradas en Florida se empaquetan en contenedores o carga general (ropa, alimentos, donaciones, materiales de construcción) y viajan en buques de carga desde puertos como Fort Lauderdale o Miami hacia Puerto Príncipe, Cap-Haïtien o Port-de-Paix. En 2024, por ejemplo, la policía haitiana decomisó un envío que salió de Fort Lauderdale y llegó a Cabo Haitiano a bordo del carguero Rainer D, con 12 fusiles de asalto, 14 pistolas y casi mil cartuchos, según BBC.
Ruta vía terceros países, en especial República Dominicana
Parte de las armas salen de Florida, Estados Unidos, llega primero a puertos o aeropuertos dominicanos y luego cruza una frontera de 392 km muy difícil de vigilar hacia Haití, utilizando pasos oficiales y rutas clandestinas.
"Hay rutas que van hacia México, pero esas armas también llegan a Bahamas, llegan a Jamaica, que es otro país del Caribe que tiene problemas de seguridad muy graves y, por supuesto, llegan a Haití, que es sin ninguna duda el estado más débil que hay en el Caribe", añadió Chávez.

La ruta marítima del contrabando de armas de EE.UU. a Haití. Foto: BBC
Rutas aéreas y pistas clandestinas
La ONU ha identificado al menos 11 pistas de aterrizaje informales o clandestinas en Haití -muchas construidas originalmente para ayuda humanitaria tras el terremoto de 2010- que hoy casi no se vigilan y son utilizadas para vuelos privados o pequeños envíos de armas y drogas desde Estados Unidos.
Tráfico "hormiga" y paquetería de la diáspora
Los envíos de la diáspora haitiana en EE.UU. -contenedores con comida, ropa y otros bienes- han sido utilizados para ocultar cajas con rifles y pistolas, como mostró una investigación de la BBC sobre contenedores cargados en patios de almacenamiento del sur de Florida.
Una vez en Haití, las armas se concentran en barrios bajo control de pandillas en Puerto Príncipe y corredores viales estratégicos; desde allí se redistribuyen para sostener secuestros, extorsiones, control territorial y ataques a infraestructuras clave, como lo detalló la UNODC.
Sin embargo, estas no serían las únicas redes de tráfico de armas que provienen de Estados Unidos, según Novoa. "Existe en Europa del Este, existe desde Rusia, desde Irán, es decir, todo puede estar ocurriendo porque, repito, cuando hay un país fallido, como lo es Haití. Lamentablemente, es el país más pobre del hemisferio luego de 200 años, ese es otro tipo de análisis que habría que hacer. Haití no tiene un gobierno sólido fuerte, no manda, el gobierno no manda, sino mandan las pandillas", describió.
"Hay muchas rutas, pero también que si hubieran mayores restricciones en la venta legal de armas dentro de los Estados Unidos, seguramente el tráfico hacia el exterior también se reduciría", concluyó Chávez.
El silencio de Trump sobre el contrabando de armas
Donald Trump, el presidente que acaba de amenazar con empezar “muy pronto” a detener "por tierra" el tráfico de drogas desde Venezuela tras las ejecuciones extrajudiciales en el Caribe, brilla por su ausencia al no tomar medidas rigurosas contra el contrabando de su propio país que eleva la crisis en Haití.
Durante su primer gobierno, el mandatario habló de la isla principalmente en clave migratoria, no en términos de seguridad ni tráfico de armas. Incluso, en 2018, en una polémica reunión sobre política migratoria, se refirió a Haití y a varios países africanos como “shithole countries”, según confirmaron legisladores presentes, citado por The Guardian. Esta visión despectiva se reflejó en sus decisiones: su administración eliminó el Estatus de Protección Temporal (TPS) para miles de haitianos en Estados Unidos y endureció deportaciones, medidas que sus líderes calificaron de "catastróficas" para un país ya sumido en crisis humanitaria.
En materia de armas, Trump no se refirió públicamente al vínculo entre armas estadounidenses y la violencia en Haití, pese a que informes de la ONU documentaban que la mayoría del armamento incautado en el país era de origen estadounidense. Más bien, su gobierno relajó restricciones a la exportación de armas: en 2020 trasladó el control de exportaciones de armas ligeras del Departamento de Estado al Departamento de Comercio, decisión celebrada por la industria armamentista pero criticada por organizaciones especializadas, que la consideraron una medida que “facilitaba” que armas de EE.UU. terminaran en manos de pandillas en el Caribe, incluyendo Haití, como lo informó el Centro para el Progreso Americano. Para Trump, estos cambios buscaban simplemente "eliminar trabas burocráticas", no responder a riesgos de seguridad regional.

Más del 80% de las armas rastreadas son de EE.UU., según la ONU. Foto: BBC
Ya de regreso en la Casa Blanca, en 2025, Trump revirtió la regla interina de Biden, que había endurecido las exportaciones a 36 países de alto riesgo, restaurando el marco más laxo de su primer mandato. Organizaciones como Everytown, Brady y redes caribeñas contra el tráfico de armas señalaron que esta decisión "eliminaba salvaguardas clave" y aumentaba la probabilidad de que armas estadounidenses siguieran fluyendo hacia pandillas haitianas. Pese a estas advertencias, el republicano mantuvo silencio sobre la relación entre la industria armamentista de EE.UU. y el fortalecimiento de las pandillas haitianas, enfocando su discurso en migración y seguridad interna, y no en el tráfico ilícito que, según la ONU, alimenta directamente la violencia en Haití.
Para Chávez, este silencio en restricciones sería un acierto para la Administración Trump, pues, para ellos, "si hay malos que tienen armas, los buenos también deben tener derecho a armarse", como lo visto en el Caribe. En cambio, Novoa considera que estas acciones del republicano al exterior serían "una cortina para los errores internos de EE.UU. como el tráfico de armas". Sumado a ello, el gobierno de Trump también estaría centrado en otros temas ahora "como el Medio Oriente, Ucrania-Rusia y, por supuesto, el Caribe con una eventual caída de Maduro", detalló Novoa.
En lo que sí coinciden ambos expertos es que rechazan la idea de que el Gobierno de EE.UU. venda armas directamente a los criminales, pero Novoa no lo descarta. "Si la administración Trump considera que debe fortalecer su seguridad nacional, pues sería absolutamente contradictorio que venda armas a bandas criminales que arrendarían su territorio a otras empresas criminales que realizan ese tipo de actos (...) además sería una violación del derecho internacional porque hay una resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que prohíbe la venta de armas a Haití y, por supuesto, esa resolución ha pasado con la anuencia de los Estados Unidos, que es un miembro permanente del Consejo", explicó Chávez.
No obstante, el internacionalista aclara que "una cosa es que el gobierno activamente tenga tratos con criminales y otra cosa es que algún funcionario esté cometiendo un acto ya sea de de corrupción, mal uso de los bienes del Estado, o utilizando la información que maneja pueda beneficiar a organizaciones criminales. En ese caso la responsabilidad es personal", finalizó con la explicación.
























