Debate sin confrontaciones: los ocho candidatos chilenos optaron solo por destacar sus propuestas a tres semanas de elecciones
A tres semanas de las elecciones presidenciales y parlamentarias del 16 de noviembre, el debate televisado mostró a ocho candidatos más preocupados por reafirmar sus propuestas que por confrontar.
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El segundo debate presidencial en Chile reunió este domingo a los ocho aspirantes al Palacio de La Moneda en una reunión marcada por la cautela. Ninguno arriesgó con ataques directos ni propuestas novedosas o polémicas, incluso entre quienes intentan remontar posiciones en las encuestas. A diferencia del primer debate de septiembre, esta vez predominó más la exposición de las propuestas, sin momentos que puedan cambiar drásticamente el curso de las campañas electorales.
El encuentro se desarrolló a tres semanas de las elecciones del 16 de noviembre y tuvo un formato centrado en bloques temáticos de seguridad, economía y contingencia. En ellos, los postulantes se limitaron a reforzar sus ejes de campaña, mientras los cruces personales fueron mínimos o inexistentes.
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Una derecha unida y sin ataques internos
Uno de los rasgos más visibles del debate fue el pacto de no agresión entre los candidatos de derecha. Evelyn Matthei, José Antonio Kast y Johannes Kaiser evitaron enfrentarse directamente, pese a que las últimas encuestas —Cadem y Feedback— muestran que Kast mantiene una ventaja ajustada sobre Kaiser y Matthei.
Matthei declinó aprovechar la oportunidad para criticar a Kast, limitándose a señalar que lo había perdonado “de verdad” por los ataques en redes sociales que sufrió en el pasado. Kaiser, por su parte, optó por centrar su discurso en su propuesta de una PGU para madres, mientras Kast mantuvo su tono tradicional en temas de seguridad, migración y orden público.
Kaiser logró instalar una de las frases más comentadas de la noche: “Queremos que Chile se transforme en el mejor país del mundo para ser mamá”, al presentar su idea de aumentar la pensión garantizada universal para mujeres con hijos.
Jara mantiene el liderazgo sin sobresaltos
Jeannette Jara, candidata del pacto oficialista Unidad por Chile, llegó al debate con el respaldo de los sondeos que la ubican en primer lugar de intención de voto, con entre un 27% y un 30%, según distintas encuestas. Su desempeño fue prudente y sin grandes momentos, en línea con una estrategia de evitar errores que puedan afectar su posición antes de la primera vuelta.
Jara tomó cierta distancia del gobierno de Gabriel Boric, especialmente respecto del error en el cálculo de las tarifas eléctricas, pero evitó confrontar con otros candidatos. En materia de seguridad, defendió el despliegue de las Fuerzas Armadas en la frontera y propuso levantar el secreto bancario para combatir el narcotráfico.
Su desafío, coinciden los analistas, será superar el techo del 30% de apoyo del oficialismo y asegurar una mayoría en la eventual segunda vuelta.
Parisi y ME-O buscan espacio sin lograr impacto
El economista Franco Parisi, del Partido de la Gente, no logró sobresalir, aunque consiguió instalar dos propuestas que generaron eco: permitir retiros de fondos de las AFP para mujeres endeudadas y eliminar el IVA a los medicamentos. Ambas ideas buscaron conectar con el votante desencantado, un segmento clave en una elección con voto obligatorio.
Marco Enríquez-Ominami, en tanto, protagonizó uno de los momentos más tensos del debate tras ser confrontado por el periodista Iván Valenzuela sobre el caso SQM. El candidato respondió con molestia y sin abordar directamente el fondo de la acusación, lo que marcó uno de los escasos episodios de tensión de la noche.
Un debate que no cambia el rumbo electoral
Más allá de las diferencias ideológicas, el foro de Canal 13 confirmó la tendencia a la moderación que ha caracterizado esta campaña. No hubo ataques frontales ni giros de guion, y cada candidato pareció hablarle a su propio electorado.
En la recta final hacia el 16 de noviembre, los analistas coinciden en que el debate difícilmente modificará las preferencias ya instaladas. Con Jeannette Jara liderando con holgura y la derecha dividida entre Kast, Matthei y Kaiser, la contienda parece encaminada hacia una segunda vuelta sin grandes sorpresas, en un clima político contenido y de baja confrontación.

























