
La increíble historia de Juan, el mono que hizo historia como el "primer astronauta argentino" en ir al espacio
La histórica misión de a penas 15 minutos, impulsada por la CNIE, llevó a Juan a casi 90 kilómetros de altitud, colocando a Argentina entre las pocas naciones que enviaron seres vivos al espacio.
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Un vuelo impulsado por la Comisión Nacional de Investigaciones Espaciales (CNIE) consagró al mono Juan en el primer "astronauta argentino" y de Sudamérica, durante su misión espacial a bordo del cohete sonda Canopus II. El histórico momento ocurrió el 23 de diciembre de 1969 y posicionó al país entre las pocas naciones del mundo que experimentaban con seres vivos en el espacio. Antes de él, otros animales fueron enviados sin éxito. Este fue el caso de Laika, una perrita capturada en Moscú, quien fue el primer ser vivo que murió en órbita.
La misión espacial se realizó desde la base de Chamical, en la provincia de La Rioja, en horas de la mañana en un vuelo suborbital. El primate pesaba 1,4 kilogramos y 30 centímetros de tamaño, viajó sedado en una cápsula ubicada en la punta del cohete. En tan solo ocho minutos, alcanzó una distancia de casi 90 kilómetros, rozando la línea de Kármán, que cruza la atmosfera de la Tierra y el espacio exterior.
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La historia del mono misionero que regreso con vida del espacio
Juan, el primer ser vivo sudamericano enviado al espacio, fue capturado en la selva misionera por la Gendarmería Nacional, a fin de cumplir una misión histórica. El vuelo, considerado "suborbital", fue un éxito, ya que el mono volvió sano y salvo a la Argentina. Juan viajó sedado, pero consciente. Llevaba un chaleco impermeable y se encontraba sentado en un asiento diseñado para afrontar los efectos de la aceleración.
El mono misionero iba dentro de una cápsula de nombre Amanecer, presurizada y con una reserva de oxígeno para al menos 20 minutos. El viaje fue un hito para el país, ya que para ese entonces solo Estados Unidos, la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y Francia habían logrado enviar seres vivos al espacio.

El mono Juan viajó abordo del cohete sonda Canopus II. Foto: LN
Un retorno exitoso hacia la Tierra
Tras su retorno, el mecanismo desarrollado por los científicos permitía que la velocidad de la nave reduzca y permita una caída casi vertical, perfecta para el posterior despliegue de un pequeño paracaídas. En el trayecto, Juan seguía respirando el oxígeno de la cabina; sin embargo, logro no depender de la reserva y cayó como una pluma en la salina La Antigua, a 60 kilómetros de donde había despegado.
Luego de su llegada a la base en perfecto estado, Juan aún estaba bajo los efectos del sedante mirando a su alrededor luego de su viaje de apenas 15 minutos. Después de ser estabilizado, fue trasladado al zoológico de la ciudad de Córdoba, donde vivió dos años y se convirtió en uno de los mayores atractivos del lugar.