
Desmantelan red de trata en España que secuestraba mujeres para explotación sexual: algunas víctimas eran migrantes
Víctimas fueron forzadas a prostituirse en pisos insalubres de Bizkaia y Cantabria, España. La red de trata de personas estaba dirigida por un matrimonio y su hijo.
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En mayo, la Guardia Civil desmanteló una red de trata de personas y liberó a nueve mujeres que eran sometidas a explotación sexual de manera constante. Las víctimas, mayormente originarias de América Latina, vivían en condiciones de hacinamiento, eran monitoreadas a través de cámaras en sus habitaciones y se veían forzadas a prostituirse sin pausa.
La operación, denominada “Bildalketa”, permitió detener a siete personas e investigar a otras tres por delitos de trata de personas, prostitución coactiva, tráfico de drogas, blanqueo de capitales y pertenencia a grupo criminal. Entre los arrestados se encuentran un matrimonio y su hijo, líderes del entramado criminal con base en Castro Urdiales, Cantabria.
Una estructura familiar detrás de la red de trata de personas
Según la Guardia Civil, en el centro del grupo se encontraba un matrimonio que explotaba sexualmente a las víctimas, mientras su hijo se encargaba del transporte entre los inmuebles y del cobro del dinero generado. Además, siete mujeres colaboradoras se turnaban en jornadas de 12 horas para vigilar a las víctimas dentro de los pisos.
Las mujeres rescatadas eran originarias de Colombia (cinco casos), Bolivia, Venezuela, Paraguay y España. Varios de estos casos involucraban a inmigrantes traídas a España mediante engaños, como una víctima que fue trasladada desde Grecia y movida por pisos en Bizkaia, Cantabria y Almería.
La red mantenía a las mujeres en un régimen de aislamiento y control, sin posibilidad de salir ni de comunicarse con el exterior. Esta dinámica facilitaba el sometimiento continuo y permitía que el grupo obtuviera beneficios económicos con total impunidad, hasta la intervención policial.
Pisos insalubres, cámaras de seguridad y explotación 24/7
Los registros realizados por la Guardia Civil se llevaron a cabo en Barakaldo (Bizkaia) y Castro Urdiales (Cantabria). En los inmuebles intervenidos, las autoridades encontraron a las mujeres viviendo en condiciones infrahumanas, con literas compartidas, escasa higiene y vigilancia permanente por cámaras tanto en zonas comunes como en los dormitorios.
Durante la operación, los agentes incautaron más de 20.000 euros en efectivo, siete teléfonos móviles, un ordenador portátil, dosis de cocaína presuntamente para los clientes, pastillas de sildenafil y documentación vinculada a la actividad ilícita.
La evidencia recopilada permitió documentar el modo de funcionamiento de esta red de trata, incluyendo el sistema de turnos, el flujo de dinero y la coordinación logística entre pisos. El uso de drogas y fármacos sexuales también refuerza la línea de investigación sobre la naturaleza sistemática del delito.
España, foco de redes de explotación con víctimas migrantes
Este caso pone nuevamente el foco en la presencia de redes de trata de personas en España, especialmente dirigidas a la explotación sexual de mujeres inmigrantes. La estructura desmantelada operaba con niveles de organización similares a los de una empresa ilegal, y empleaba estrategias de vigilancia, control psicológico y aislamiento para mantener sometidas a las víctimas.
Las autoridades destacaron que la operación fue posible gracias a la alerta emitida por una ONG en 2024, lo que permitió iniciar la investigación con tiempo suficiente para intervenir sin poner en riesgo la vida de las víctimas.
La Guardia Civil de Bizkaia, encargada de la operación, reiteró la necesidad de mantener canales de colaboración activa entre instituciones, ONGs y ciudadanía para detectar y combatir este tipo de crímenes. España se ha convertido en uno de los principales puntos de tránsito y destino para víctimas de trata, lo que exige reforzar los mecanismos de prevención, atención y rescate.