Líderes del G7 en Canadá: tensión comercial con Estados Unidos y guerra entre Irán e Israel en agenda
La cumbre del G7 reúne a líderes mundiales en Canadá en un contexto de tensiones militar entre Israel e Irán, disputas comerciales con Estados Unidos y presiones derivadas de la guerra en Ucrania.
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La edición 2025 de la cumbre del G7 comenzó este domingo 15 de junio en Kananaskis, Alberta, Canadá. Se trata del primer encuentro de este foro global con Donald Trump nuevamente como presidente de Estados Unidos. El evento reúne a los líderes de las principales potencias industrializadas del mundo, en medio de una compleja coyuntura internacional marcada por la guerra en Ucrania, los recientes enfrentamientos entre Irán e Israel, y las disputas comerciales impulsadas por la Casa Blanca.
El G7 es un grupo intergubernamental integrado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido. Fue creado en 1975 para coordinar políticas económicas entre las economías más avanzadas, y desde entonces ha ampliado su agenda para incluir temas de seguridad internacional, derechos humanos, sostenibilidad y cooperación global. La cumbre número 51 es la primera organizada bajo el mandato del nuevo primer ministro canadiense Mark Carney, quien asumió el cargo en marzo de 2025.
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Los temas que abordará la cumbre G7 en 2025
La cumbre tiene lugar del 15 al 17 de junio en el centro turístico de Kananaskis, en las Montañas Rocosas de Alberta. De acuerdo con las autoridades canadienses, el evento cuenta con medidas de seguridad excepcionales: patrullas terrestres y aéreas, zonas de exclusión aérea de hasta 55 kilómetros, y restricciones de acceso a senderistas desde el 10 de junio, según datos de la agencia EFE.
Mark Carney, anfitrión de la cumbre, ha definido tres ejes centrales: protección de las comunidades y la seguridad global, fortalecimiento de la seguridad energética con énfasis en minerales críticos, e impulso de alianzas económicas orientadas al crecimiento sostenible. No obstante, medios como The New York Times señalan que las reuniones bilaterales y las discusiones informales destacarán en el evento.
En materia económica, uno de los puntos más sensibles es la política comercial de Trump. El presidente ha implementado aranceles del 50% a productos chinos y amenazó con nuevas tarifas a bienes europeos a partir del 9 de julio. Según el analista Max Bergmann, citado por El País, “la percepción entre los europeos es que el país que más inestabilidad económica genera es Estados Unidos”. Por ello, los representantes europeos esperan entablar diálogos directos con Washington para reducir tensiones.
En cuanto a Ucrania, se espera que los líderes debatan nuevas estrategias de apoyo. El presidente Volodímir Zelensky fue invitado a la cumbre y busca asegurar respaldo a una nueva ronda de sanciones contra Rusia. Sin embargo, la posición de Estados Unidos sigue siendo incierta. Trump ha mostrado escepticismo respecto a Kiev y ha evitado comprometerse de forma definitiva con las políticas de presión europeas.
El conflicto entre Irán e Israel en la agenda
La crisis reciente entre Irán e Israel también ocupa un lugar central en la agenda del G7. El conflicto se intensificó tras un ataque israelí contra instalaciones iraníes, que provocó una respuesta de Teherán. Diplomáticos han descrito el contexto como “muy volátil” y advierten que las tensiones amenazan con expandirse a nivel regional.
Durante los días previos a la cumbre, el primer ministro canadiense Mark Carney declaró que el conflicto “amenaza la paz regional”, en una llamada a la moderación. En contraste, Donald Trump ha expresado públicamente su respaldo a los bombardeos israelíes y advirtió que Irán enfrentará “ataques aún más brutales” si no acepta reducir radicalmente su programa nuclear.
La división de posturas entre Estados Unidos y algunos países europeos complica la posibilidad de emitir una declaración conjunta sobre Medio Oriente. Fuentes diplomáticas confirmaron a NYT que los organizadores del G7 ya han abandonado la idea de un comunicado final, tradicionalmente emitido al cierre del evento.
El impacto económico de la crisis también preocupa a los asistentes. El aumento en el precio del petróleo, derivado de la escalada militar, amenaza con agravar la inflación global. La Unión Europea aprobó esta semana una reducción en el precio tope del crudo ruso como parte de su estrategia para debilitar los ingresos del Kremlin, aunque no está claro si Estados Unidos respaldará esta medida.
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¿Qué países asistirán?
Además de los siete países miembros y la Unión Europea, Canadá extendió invitaciones a líderes de varias naciones no integrantes del G7. Entre los asistentes confirmados se encuentran: México (Claudia Sheinbaum), India (Narendra Modi), Brasil (Luiz Inácio Lula da Silva), Corea del Sur (Lee Jae-Myung), Australia, Sudáfrica (Cyril Ramaphosa), Ucrania (Volodímir Zelensky) y Arabia Saudí (Mohamed bin Salmán), así como el secretario general de la OTAN.
La ampliación de participantes busca generar un enfoque más global frente a desafíos como la seguridad energética, la protección de las cadenas de suministro, la migración y la competencia tecnológica. China, aunque no participa directamente en el G7, es uno de los temas principales. En días previos a la cumbre, Estados Unidos anunció nuevas sanciones contra importaciones chinas y un acuerdo preliminar con Pekín sobre minerales estratégicos.






















