
Lee Jae Myung, nuevo presidente de Corea del Sur, es investigado por corrupción y tiene cercanía a Corea Del Norte
El líder del Partido Demócrata, Lee Jae-Myung, asume la presidencia de Corea del Sur en medio de acusaciones por corrupción y críticas por su postura conciliadora con Corea del Norte, tras la caída del conservador Yoon Suk-yeol.
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Con el 49,20% de los votos, Lee Jae-Myung se convirtió en el nuevo presidente de Corea del Sur, superando al candidato conservador en unas elecciones marcadas por la polarización y la reciente destitución de Yoon Suk-yeol. Su ascenso marca un giro en la política surcoreana tras meses de crisis institucional y protestas sociales.
Jae-Myung, de 59 años, llega al poder con un historial que combina una carrera de superación personal, múltiples procesos judiciales abiertos y una estrategia política orientada al acercamiento con Corea del Norte. Mientras el país enfrenta desafíos económicos y sociales, la Comisión Nacional Electoral confirmó su victoria y anticipa un mandato cargado de tensiones internas.
Un político en la mira judicial desde antes de llegar al poder
Lee Jae-Myung no es ajeno a la polémica. El ahora presidente surcoreano enfrenta actualmente cinco procesos judiciales por presunta corrupción, entre ellos un caso relacionado con un proyecto urbanístico en Daejang-dong, que tuvo lugar cuando era alcalde de Seongnam. Además, se le investiga por malversación, transferencias ilegales al régimen de Kim Jong-un y por emitir declaraciones falsas durante su campaña presidencial.
La Corte Suprema de Corea del Sur ordenó en mayo la reapertura de uno de estos casos, en el que ya había sido absuelto en segunda instancia. La nueva audiencia está programada para el próximo 18 de junio, aunque su investidura le otorga inmunidad presidencial frente a la mayoría de los cargos penales. Algunos expertos afirman que los juicios previos a su mandato podrían continuar, mientras que otros sostienen que deben suspenderse hasta que deje el cargo.
El artículo 84 de la Constitución de Corea del Sur establece que el presidente solo puede ser procesado durante su mandato en casos de insurrección o traición. Esta protección legal podría influir directamente en el curso de las investigaciones que rodean a Lee Jae-Myung, quien ya ha sido tildado de “criminal” por sus adversarios políticos.
Posturas divisivas: de la renta básica al acercamiento con Corea del Norte
Como líder del Partido Demócrata de centroizquierda, Lee propone implementar una renta básica universal, un plan ambicioso que ha dividido a la opinión pública. Esta promesa se suma a su defensa del diálogo con Corea del Norte, una posición que ha despertado críticas de los sectores más conservadores, que lo acusan de ser simpatizante del régimen de Kim Jong-un e incluso de alinearse con intereses chinos.
Durante la campaña, Lee también fue señalado por su postura considerada antifeminista, lo que generó fricciones incluso dentro del espectro progresista. La diputada Sim Sang-jung, reconocida figura del feminismo surcoreano, expresó su rechazo a ciertas declaraciones del ahora presidente, lo que amplificó las divisiones internas en el bloque opositor.
A pesar de las críticas, Lee se mantuvo firme en su mensaje de reconciliación nacional. En su primer discurso tras conocerse los resultados, prometió “superar la insurrección” y restaurar la democracia en referencia a la ley marcial que intentó imponer Yoon Suk-yeol en diciembre, acción que llevó a su destitución en abril por el Parlamento.
Un ascenso marcado por la violencia, la pobreza y la lucha social
La historia personal de Lee Jae-Myung ha sido un punto central en su narrativa política. Nacido en 1964 en Andong, en el centro-este de Corea del Sur, creció en condiciones de pobreza y trabajó desde joven en fábricas. Estudió Derecho con una beca y ejerció como abogado en causas de derechos humanos antes de entrar en política en 2004.
Fue alcalde de Seongnam entre 2010 y 2018, y posteriormente gobernador de Gyeonggi, la provincia más poblada del país. Durante su gestión se destacaron políticas sociales como el ingreso básico para jóvenes y la consolidación de las finanzas públicas. Sin embargo, su periodo también estuvo marcado por escándalos, incluyendo el presunto suicidio de un funcionario vinculado al caso Daejang-dong en 2021.
En enero de 2024, Lee sobrevivió a un apuñalamiento en plena calle, un episodio que reforzó su imagen de figura resiliente, aunque también evidenció la profundidad de la polarización en Corea del Sur. El ataque se convirtió en un símbolo de la tensión política que atraviesa el país y del perfil polarizante del nuevo mandatario.