Esposa de José Mujica le dedica sentido mensaje tras confirmar que tiene cáncer terminal: “Estaré con él hasta el final"
Este domingo, Mujica no participó en las elecciones, una ausencia histórica desde 1985, evidenciando el deterioro de su salud según su compañera y el presidente Yamandú Orsi.
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El exmandatario uruguayo José Mujica, de 89 años, enfrentó la fase terminal de un cáncer de esófago y permanece en su residencia rural de Rincón del Cerro, acompañado por su esposa, la exvicepresidenta Lucía Topolansky. En declaraciones radiales, ella confirmó que el objetivo es garantizarle una despedida en paz: “Estamos haciendo lo necesario para que viva este último pasaje de su vida lo mejor posible”.
El histórico dirigente del Frente Amplio había revelado en enero que el tumor se había extendido a otros órganos, y que, por su edad avanzada y su historial clínico, no toleraría intervenciones quirúrgicas ni tratamientos químicos. “Sinceramente, me estoy muriendo. Y el guerrero tiene derecho a su descanso”, dijo entonces al semanario Búsqueda.
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El deterioro de salud de José Mujica
La condición médica del expresidente de Uruguay se volvió aún más visible este domingo, durante las elecciones departamentales y municipales, instancia en la que por primera vez desde el retorno a la democracia en 1985, no participó del acto electoral. Su ausencia marcó un hito simbólico: Mujica había votado incluso en condiciones físicas adversas, como lo hizo en silla de ruedas durante las elecciones presidenciales de 2024.
Según Topolansky, el traslado hasta el centro de votación resultaba inviable. “La médica le recomendó que no fuera, el traslado era demasiado para él”, explicó. La confirmación del agravamiento de su salud también llegó por parte del presidente Yamandú Orsi, quien lo visitó días antes de los comicios. “Está mal”, expresó tras salir de la chacra. Más tarde, pidió públicamente respeto: “No hay que enloquecerlo, hay que dejarlo tranquilo. Todos debemos aportar a que en todas nuestras etapas de la vida la dignidad sea la clave”.
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Cuidados paliativos y vida en la chacra
José Mujica vivió en su emblemática chacra desde hace décadas. Allí ha mantenido su modo de vida austero, alejado de lujos, fiel a sus principios. Desde diciembre de 2024, cuenta con un dispositivo médico que le permite alimentarse e hidratarse con mayor facilidad. Desde entonces, su vida pública se ha reducido al mínimo.
En la entrevista de enero, el exmandatario dejó clara su decisión: no abandonará su hogar en este tramo final. “Yo me voy a morir acá. Ahí afuera hay una sequoia grandota. Está Manuela —su perra— enterrada ahí. Estoy haciendo los papeles para que ahí también me entierren a mí. Y ya está”, afirmó con serenidad. La frase resume su vínculo profundo con la tierra que habita, un lugar que también es símbolo de su historia personal y política en Uruguay.
Topolansky, su compañera de vida y militancia, se mantiene a su lado cumpliendo la promesa de acompañarlo hasta el final. “Yo estoy hace más de 40 años con él y voy a estar hasta el final”, dijo en Radio Sarandí, resaltando también el desafío de preservar la intimidad familiar en medio del interés público: “Con un personaje como Pepe es medio imposible”.
El legado de una figura atípica en Uruguay
José Mujica gobernó Uruguay entre 2010 y 2015 y se convirtió en una figura singular en la política internacional por su estilo directo, sus discursos contra el consumismo y una vida desprovista de ostentación. Rechazó mudarse a la residencia presidencial y donó la mayor parte de su salario a proyectos sociales. Su viejo Volkswagen Fusca azul terminó por consolidar la imagen del “presidente más pobre del mundo”, un mote que siempre minimizó, aunque reconoció que era parte de una construcción que lo desbordó.
Durante su mandato, Mujica dejó frases memorables y posturas que resonaron fuera de fronteras. A pesar de sus limitaciones de salud, continuó participando en debates públicos, reflexionando sobre temas sociales y manteniendo diálogos con dirigentes de distintas generaciones. Según el presidente Orsi, incluso en este estado, Mujica continúa transmitiendo ideas valiosas: “Sigue siendo muy útil para esas conversas de media hora, una hora, dos horas, donde te traés un paquete de ideas y de sensibilidades que nos vienen muy bien”.
Tras su muerte el día 13 de mayo del 2025, su legado político y humano se nutre tanto de su historia como exguerrillero tupamaro, encarcelado por más de una década durante la dictadura, como de su rol como referente moral de una izquierda que reivindica la sobriedad y la cercanía con la gente. Mujica nunca dejó de ser una figura consultada, una voz escuchada dentro y fuera de Uruguay.