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Zinaida Portnova, la adolescente que envenenó a 100 nazis en la Segunda Guerra Mundial

A sus 17 años, tras vivir un traumático evento, la joven soviética luchó contra la invasión nazi y se convirtió en una de las contrincantes más letales que enfrentó el ejército de Hitler.



Galya Portnova junto a fotografías de su hermana Zinaida Portnova, joven que envenenó a cien nazis. Foto: Globallock Press /Mazy.
Galya Portnova junto a fotografías de su hermana Zinaida Portnova, joven que envenenó a cien nazis. Foto: Globallock Press /Mazy.

Durante la Segunda Guerra Mundial, miles intentaron luchar, como pudieron, contra la invasión a sus territorios y los abusos a los que su población era sometida. Uno de estos personajes, que pasó a la historia por su heroísmo, fue la joven soviética Zinaida Portnova. A sus 17 años y en búsqueda de venganza, ocasionó un envenenamiento masivo que acabó con la vida de al menos 100 nazis en el año 1943.

¿Quién fue Zinaida Portnova?

Nacida el 20 de febrero de 1926 en Leningrado, formó parte de una familia trabajadora, por lo que a sus 14 años fue enviada a vivir a Bielorrusia con su abuela. Sin embargo, sus planes cambiaron cuando la Operación Barbarroja se extendió por toda la Unión Soviética.

Zinaida se convirtió en una heroína en Rusia. Foto: composición LR/VK

Zinaida se convirtió en una heroína en Rusia. Foto: composición LR/VK

De esta manera, surgiría un hecho que marcó para siempre a Zinaida, pues los abusos cometidos por los invasores también afectaron a su abuela, a quien golpearon brutalmente. Según cuenta el escritor Henry Sakaida en su obra “Heroines of the Soviet Union”, este suceso originó un odio de la adolescente hacia los soldados alemanes.

Así, Portnova se unió a los “Jóvenes vengadores”, organización de resistencia clandestina, en la que inició repartiendo folletos antinazis y realizando operaciones de sabotaje. Con rapidez, se convirtió en un elemento importante de la agrupación.

Zinaida Portnova decidió luchar contra los nazis luego que maltrataron a su abuela. Foto: Revista Ciencia, Sociedad y Defensa

Zinaida Portnova decidió luchar contra los nazis luego que maltrataron a su abuela. Foto: Revista Ciencia, Sociedad y Defensa

Así, en agosto de 1943, logró infiltrarse en una cantina que era visitada por soldados de Hitler. De esta manera, esperó algunas semanas, hasta que halló el momento más oportuno e ingresó a la cocina, donde colocó veneno para ratas en las ollas de la comida. El envenenamiento ocasionó que al menos 100 nazis perdieran la vida.

Aunque Zinaida intentó huir, fue capturada y obligada a beber de la sopa que había alterado. Algunos bocados después, la dejaron ir al notar que no presentaba ningún malestar. La joven se retiró hacia un refugio, donde se apresuró a tomar leche para neutralizar el veneno.

 Postal emitida por la URSS en honor a Zinaida Portnova. Foto: LiveJournal

Postal emitida por la URSS en honor a Zinaida Portnova. Foto: LiveJournal

Sin embargo, su apresurada salida y el hallazgo del tóxico elemento en la cocina provocó que se le señalará como la principal sospechosa de la muerte de 100 nazis. Así, soldados del ejército alemán iniciaron su búsqueda y, en el camino, acabaron con algunos integrantes de los “Jóvenes vengadores”.

¿Cómo murió Zinaida Portnova?

Zinaida Portnova fue capturada poco tiempo después en la ciudad de Obol, donde, a pesar de que mató a un soldado y logró escapar por un instante de un primer interrogatorio, fue nuevamente arrestada e inmovilizada por una bala en su pierna.

A pesar de haber sido interrogada bajo sádicos actos de tortura, Portnova no confesó ni brindó algún tipo de información, por lo que fue fusilada en un bosque, el 15 de enero de 1944.

 Portnova intentó huir tras ser capturada, pero fue inmovilizada. Foto: Fishki.net

Portnova intentó huir tras ser capturada, pero fue inmovilizada. Foto: Fishki.net

El temple de la joven la llevó a ser considerada como una gran heroína para la Unión Soviética. En 1958, recibió oficialmente el título de Héroe de la URSS y se le erigió un monumento en Vitebsk. En la actualidad, varias ciudades, calles y escuelas rusas recuerdan y honran su nombre.